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Ancelotti, entre dos fuegos

El vestuario del Madrid tacha al técnico de presidencialista por alinear a Bale y a Florentino Pérez le disgusta que no pusiera a Illarra, Isco y Benzema

D. TORRES
Cristiano y Bale hablan tras el primer gol del Barça
Cristiano y Bale hablan tras el primer gol del Barçadenis doyle (Getty)

Carlo Ancelotti hizo varias pruebas en los entrenamientos que precedieron al clásico. Probó con Ramos de mediocentro, tal y como finalmente dispuso en el Camp Nou; y ensayó otras posibilidades, por ejemplo, con Khedira de mediocentro, Di María y Modric como interiores, Bale y Cristiano abiertos, y Benzema en punta. El sábado los jugadores se enteraron de que el técnico había resuelto jugar sin un nueve puro. Durante la charla le indicó a Bale que debía desempeñarse como punta. Fue una sorpresa para todos. “Es un mal negocio”, reflexionó uno de los más veteranos antes del partido.

En los corrillos del camerino y en el viaje de vuelta la mayoría de la plantilla concluyó que si el Madrid tiró una hora contra el Barça fue porque Benzema no jugó en su puesto. Puede que el francés no sea un killer, pero todos coincidieron en que meter goles no es la única prioridad de un nueve y que Benzema domina como nadie el arte de apoyar al centro del campo, tirarse a las bandas, moverse en profundidad y dar continuidad a la circulación para profundizar en los ataques. Bale ignora estos conceptos y sus compañeros aseguran que es muy difícil pasarle una pelota si no es al pie. Los futbolistas piensan que el sábado Ancelotti demostró ser un inveterado presidencialista. Capaz de comprometer el encuentro más importante de la temporada solo por cumplir con el deseo de Florentino Pérez, que quería ver a Bale en la alineación.

Ancelotti se comprometió de alguna manera a amortizar todas las inversiones en fichajes

Los jugadores desconfían de Ancelotti porque lo ven excesivamente obsecuente con el presidente. Florentino Pérez, por su parte, tampoco se siente satisfecho con la conducta del entrenador. Salió del Camp Nou repitiendo entre los directivos y los empleados del club que el entrenador es un insumiso y que, lejos de su aparente disciplina corporativa, luego hace lo que le da la gana. Pérez atraviesa uno de los momentos de mayor agitación desde que dirige al Madrid. Sostiene que Ancelotti se comprometió de alguna manera a amortizar todas las inversiones en fichajes del pasado verano, haciendo que participen Isco, Illarra, Carvajal y Bale, a ser posible en todas las alineaciones titulares. El presidente le ha deslizado al técnico que Modric, Khedira y Di María son prescindibles frente a las prioridades estratégicas. Como a los jugadores, a Pérez también le fastidió ver a Benzema en el banquillo. Ayer, el presidente continuó trasladando mensajes al entrenador para dejarle constancia de su disgusto.

Ancelotti vive entre dos fuegos: su propio vestuario y su jefe, Pérez, que no deja de llamarle por teléfono, directamente o a través de intermediarios. El clásico convirtió las ascuas en llamaradas de varios metros. Dicen en Valdebebas que el hombre es consciente de la dificultad de su situación y que su indisimulado pesimismo no le hace perder el buen humor ni la cordialidad. En eso todos convergen: Ancelotti es un gran tipo. Un caballero en cuyo entorno advierten que cree firmemente que con sus decisiones, como alinear a Bale, ayuda al club. Añaden que si hubiera seguido un criterio puramente técnico no habría puesto al galés de inicio en el clásico.

Fuentes del Madrid aseguran que Pérez cree que Ancelotti debería tener “cintura” para administrar un sistema táctico que incluya a todos sus recientes fichajes. El técnico comenta en la caseta que esto es imposible de llevar a cabo sin comprometer el “equilibrio” del equipo. En este sentido, sospecha de Illarra. Intentó defenderle alegando que no le dio la titularidad en Barcelona por motivos físicos cuando la realidad es que no le convence como mediocentro porque le considera endeble defensivamente. Ancelotti culpa a Illarra del gol de La Juve en la última jornada de Champions. Ese día decidió no ponerle de titular ante el Barça. Respecto a Isco, los más veteranos observan que, de todos los fichajes del último verano, es el que menos agrada al entrenador. Para disgusto de Florentino Pérez.

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Sobre la firma

D. TORRES
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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