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Novak Djokovic acecha a Nadal

El serbio remonta hasta el título a Ferrer, suma 17 victorias seguidas y mantiene viva la lucha por el número uno

J. J. MATEO
Djokovic, ante Ferrer en París
Djokovic, ante Ferrer en ParísYOAN VALAT (EFE)

Así son los campeones de época, así compiten los deportistas que sobreviven al paso del tiempo. Como Novak Djokovic. Cuando el serbio se pone a celebrar el Masters 1000 de París-Bercy (7-5 y 7-5 sobre David Ferrer, que gozó de break de ventaja en los dos parciales y sacó en ambos casos para ganarlos) hace mucho más que festejar su título 40 y su victoria 200 en los torneos de la categoría. Firma una declaración de guerra. Grita a los cuatro vientos que extenderá hasta el último día del curso la pelea que le enfrenta a Rafael Nadal por ocupar el número uno del mundo cuando acabe la temporada. Dice, por si alguien tenía dudas —y sí, las había—, que con 26 años aun sigue creyendo en que todo es posible. Desde que perdió la final del Abierto de Estados Unidos, y luego el trono del tenis, el serbio ha celebrado los tres torneos que ha disputado (Pekín, Shanghái y París-Bercy), sumando 17 victorias seguidas a caballo de las semifinales de la Copa Davis. Casi nada.

Djokovic persigue el número uno, que considera suyo. Por ahora, sus ambiciones están en manos de Nadal. Según la ATP, dos victorias del español en la Copa de Maestros, que arranca hoy (C+ y Tdp), aseguran el trono para el mallorquín, independientemente de lo que haga Nole en Londres y luego en la final de la Copa Davis (Serbia-República Checa). Si el español solo cuenta con una victoria en su casillero, entonces el serbio debe ganar invicto el título en Londres y añadir dos triunfos individuales en la lucha por la Ensaladera. Si Nadal no gana ningún partido a los maestros, aumenta el margen de maniobra del serbio, que aún así necesitaría imponerse en Londres. Difícil. Con un campeón como él, para nada imposible.

Ferrer, tras caer ante Djokovic en París
Ferrer, tras caer ante Djokovic en ParísMIGUEL MEDINA (AFP)

Lo sufrió en sus carnes Ferrer, el número tres del mundo, que compitió a la altura del dorsal. El alicantino propuso un partido a cara de perro, duro en las formas, agónico en el fondo. Su primera rotura llegó tras una dejada inspiradísima que selló un larguísimo intercambio hecho de 37 golpes, una barbaridad estadística cuando se trata de un partido en pista dura y bajo techo. Fue el aviso de lo que estaba por venir. En la defensa del título conquistado en 2012, Ferrer puso cada molécula de energía, cada gota de sudor, cada gramo de fuerza disponible en su cuerpo. El premio a su titánico esfuerzo, a sus derechazos, a sus recuperaciones impensables, fue verse 5-3 arriba en los dos sets que compusieron la final. El castigo a sus carreras, el precio de su desgaste, el tributo a esos metros de más que corrió frente al serbio —2.062 por 1994 ya a mediados del partido—, fueron las malas decisiones de cada final de parcial, fruto del agotamiento. En los momentos cumbres, Ferrer dudó entre levantar un muro o protagonizar arriesgadas acciones. Djokovic, que ya se había dado cuenta de que no le iban a llegar ataques por el lado del revés paralelo, impuso entonces su mayor capacidad de desborde, su mayor clase pura, el talento y el instinto de los tenistas llamados a dejar huella en la historia. Como dijo Ferrer: “No estar bien contra él en los momentos clave se paga”. Y añadió sobre esas pelotas que se le escaparon por los pasillos: “He cometido errores porque el partido estaba muy ajustado, es normal ante los mejores”. “En los momentos importantes no logro ganarles, pero lo importante es pelear”.

La pelea fue muy dura, y a la postre ingrata. El valor en la lucha, su pasión por la competición, merecieron el reconocimiento de Djokovic, que se vio varias veces contra las cuerdas. “Fue un partido muy difícil para mí”, dijo el campeón, que castigó duramente los segundos saques de Ferrer (el serbio sumó el 52% de esos puntos), y acabó por llevarse el 44% de los peloteos disputados con el servicio del español, toda una condena para el número tres del mundo. “Fue muy duro. Me enfrenté a uno de los mejores competidores del circuito, a alguien que nunca se rinde. Fui paciente y jugué agresivo”.

Así se despidió Nole de París, ya camino de Londres. Con un trofeo más en el palmarés. Manteniendo viva la lucha por el número uno. Con el orgullo magullado en Nueva York de nuevo lanzándole por el camino de la caza de los grandes títulos.

Copa de Maestros

Hoy. No antes de las 15.00. T. Berdych (R. Ch.)-S. Wawrinka (Sui.). No antes de las 19.00. M. López y M. Granollers-F. Verdasco y D. Marrero. No antes de las 21.00. Del Potro-Gasquet. Mañana. No antes de las 15.00. R. Nadal-D. Ferrer. No antes de las 21.00. N. Djokovic (Ser.)-R. Federer (Sui.).

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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