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“México juega al límite de su sistema nervioso”

Valdano analiza a la selección norteamericana de cara a la repesca y la forma de ejercer el liderazgo de Mourinho

Juan Diego Quesada
Valdano, durante la entrevista celebrada en México DF en octubre
Valdano, durante la entrevista celebrada en México DF en octubreSAÚL RUIZ

Jorge Valdano (Las Parejas, Argentina, 1955) entiende que el fútbol es un estado de ánimo y, en ese sentido, el de México se asemeja al de un funeral. Considera que la selección tiene que acabar con dos problemas que de otra manera le complicarán la vida frente a Nueva Zelanda, a la que se enfrenta el día 13 en la repesca. Es su última oportunidad de ir al Mundial de Brasil en 2014. "Primero, existe una enorme confusión, natural cuando te cambian el conductor cada partido. No hay un líder claro. Y segundo, el miedo. En torno al equipo se han creado una expectativas a la que los jugadores no pueden hacer frente y se ve una tensión tremenda", disecciona Valdano en un hotel del paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la Ciudad de México, a las cinco de la tarde, la hora del té y los toros. Habíamos quedado para hablar de su nuevo libro, Los 11 poderes del líder (Conecta), pero el exjugador y comentarista argentino se ha convertido a alguien a quien preguntar en caso de duda existencial relacionada con el balón.

México a día de hoy tiene más preguntas que certezas. Tras ganar el oro olímpico en Londres se esperaba que el Tri se consolidara como un equipo a tener en cuenta en la cita mundialista. Ocurrió que hasta se cuestiona su presencia. La selección se ha puesto en manos del quinto entrenador en un año, Miguel Herrera, un técnico con más pasión que discurso a quien se le pide que replique el modelo exitoso del América. Valdano encuentra más explicaciones dentro del terreno de juego que en la banda: "Los mexicanos están superados por la situación. Jugar al límite del sistema nervioso te hace perder reflejos, concentración, coordinación… Eso es terrible".

¿Recuerda alguna jugada concreta que ejemplifique ese nerviosismo? "La de Chicharito contra Costa Rica. Cualquier otro día le tiran una gallina y la clava en un ángulo. Pero ese estaba solo, sin arquero y se tropieza. Parecía una conjura de los dioses. Cuando el sistema nervioso se te tensa, te conviertes en una caricatura de futbolista".

Al entrar, en la puerta del hotel había congregegada una multitud de adolescentes que parecían esperar un autógrafo suyo. En realidad hacían guardia por Muse, una banda inglesa de rock. El escritor llegó puntual a la recepción, acompañado por una asistente de la editorial. Se mostró cálido y cercano, como si fuéramos viejos conocidos. En unas horas había quedado para cenar con Joaquín Sabina, que también andaba por aquí. Aunque tenga amistades en el mundo de la farándula, lo de Valdano tiene más que ver con el papel y el césped que con un escenario.

A través de anécdotas futbolísticas, el que fuera entrenador del Tenerife, Real Madrid y Valencia plantea en su última publicación, el motivo último de esta cita, las claves del liderazgo, tanto en una empresa como en un vestuario. Apela al talento, la credibilidad, la pasión y la humildad para tratar de explicar algunas virtudes de los exitosos.Cita más a Cristiano Ronaldo que a Messi, a quien considera un talento natural que debe más a sus padres que al esfuerzo. "Cristiano se lo debe a su extraordinaria profesionalidad y sentido de la perfección. Los chicos no tienen que fijarse ni en su peinado ni en el coche ni la novia, sino en su capacidad de superación", dice.

Leyendo el libro se encuentran ejemplos constantes de líderes que ejercen una influencia positiva sobre quienes les rodean. Habla sobre todo de Guardiola. La sensación que da es que en los aspectos negativos se refiere constantemente, sin citarlo, a José Mourinho. "Ese puente lo cruza usted como lector. Yo nunca tuve la tentación de cruzarlo al escribirlo. Si hubiera escrito este libro hace 10 años, sin haberlo conocido, no hubiera tocado ni una coma. Lo que hizo Mourinho fue refrescarme la memoria sobre un determinado líder que existe desde que el hombre es hombre. Son dos maneras de ver el fútbol y terminan siendo dos maneras de ver el mundo", señala.

En su último año como director deportivo del Real Madrid, en 2011, mantuvo un cúmulo de desencuentros con el entrenador portugués, con quien mantenía una vieja enemistad. El presidente le destituyó. "Si esto se ha percibido como un enfrentamiento, Florentino Pérez ha decantado claramente el vencedor de la lucha", dijo en una rueda de prensa que ofreció en el estadio el día de su marcha.

En uno de los capítulos, el referente al estilo, que para Valdano lo es todo, resalta los valores que llevaron al equipo blanco a ser considerado el mejor equipo del siglo XX. Cita como ejemplos a seguir a Di Stéfano y a Santiago Bernabéu. Reflexiona sobre lo que el Madrid fue pero no de lo que es. Se queda inconcluso. "¿Se queda abierto? Posiblemente no quise llegar al final de lo que pienso. Creo que el estilo es el tesoro que tiene el club, que ante se transmitía de una manera natural, de generación en generación. Ahora resulta que hay otro tipo de cadencia. El fútbol se hizo más global, más difícil de descifrar. Hay que hacer un esfuerzo para que eso no desaparezca. Por eso estando yo dentro intenté que todos los jugadores pudieran leer el Libro Azul (un código de conducta) para que comprendieran en qué consiste ser jugador del club".

¿Ese libro está ahora agarrando polvo? "Creo que ya no existe, que desapareció. No me consta que se entregue a los jugadores".

La trayectoria como comunicador de Valdano no se entiende sin la parábola. A ella acude constantemente para dotar de sentido lo que cuenta. Su anecdotario después de tantos años en todos los niveles del fútbol es interminable. En el libro cuenta una historia deliciosa acerca de Ricardo El Gringo Giusti, campeón del Mundo junto a él con Argentina en el Mundial de México 86. Lejos de cualquier pretensión, Giusti vive en un pueblito donde cada domingo se organiza un partido con gente que nunca jugó, ni de lejos, a su nivel. En cambio, él es quien llega cuatro horas antes, corta el césped, limpia el vestuario y prepara el asado posterior. Valdano cree que se trata de esos tipos que pasaron por la fama, el dinero, la gloria y salieron indemnes.

Asombra su respuesta a la pregunta de si se imagina entrenando a algún equipo en el futuro: "Desde mi última experiencia ha pasado mucho tiempo (1997). Demasiado. Me da la sensación de que no fue en esta vida, fue en otra". ¿Recientemente ha recibido alguna propuesta? "De Asia, de Europa, de América. He recibido muchas propuestas en fases distintas (…) Hubo casos que se me ofreció entrenar al Real Madrid (siendo director deportivo) pero me parecía que sentenciaba el resto del camino. A partir de ahí no es que quien se sentara en el banquillo podría percibirme como una amenaza, es que lo era".

Es más, asegura que ya no tiene alma de entrenador. Ve a Guardiola, Bielsa, al mismo Mourinho ("gente que ha entregado su vida al fútbol") y no se reconoce. Se considera una persona dispersa a la que le gusta viajar, leer, emprender cosas nuevas. Y contar historias. Antes de despedirnos vuelve a mencionar a Giusti.

-Yo en el 90 hice un intento de jugar el Mundial. Llevaba tres años fuera del fútbol por una hepatitis. Bilardo (entonces seleccionador argentino) me llamó y me pidió que le entregara seis meses de mi vida y él me daba un Mundial. Yo acepté. Una semana antes del torneo me dijo que no me veía y me dejó fuera. A mí me había desconvocado y a Giusti le había dicho: 'vos te quedás si saltás los alambrados'. Se refería literalmente a saltar los alambrados de Trigoria (lugar de concentración). Al día siguiente me cruzo al gringo vestido de corto, dispuesto a saltar, yo iba con una agenda de EL PAÍS, para irme al aeropuerto. Nos íbamos a despedir y me dice: 'Qué tristeza. Tú y yo no nos merecemos esta tristeza. Vamos a sacarnos una foto porque dentro de unos años la vamos a ver y nos vamos a reir'. Se fue corriendo, trajo la máquina y Pachamé (segundo de Bilardo) nos hizo la foto. Hace tres o cuatro años pasé por Buenos Aires y en la recepción encontré un paquete con la foto en un marco. Y efectivamente me dio risa. Es la única foto de fútbol que tengo en mi despacho.

El mundo de Valdano se alimenta a base de recuerdos y fútbol.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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