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Nadia Tronchoni
Jorge Lorenzo, el pasado viernes, durante la entrevista.
Jorge Lorenzo, el pasado viernes, durante la entrevista. JOSÉ JORDÁN

Dice Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 1987) que no le pesan los dos títulos de MotoGP que logró en 2010 y 2012. No siente ninguna responsabilidad. Él solo se levanta cada día con la intención de ser mejor piloto porque fue educado para eso. Hace unos meses que vuelve a tener muy cerca a su padre, Chicho, el que le inculcó esa exigencia y le enseñó a ir en moto. Están entrenándose juntos, como cuando era niño, puliendo detalles. “Esas pequeñas cosas que aún se pueden pulir”, dice el corredor, que se acerca a la perfección en cada entrenamiento.

Pregunta. Hace unas semanas empezó a autodenominarse “el patito feo”. ¿Por qué se sentía así?

Respuesta. Fue una broma. No me sentía así. Pero si no soy el mejor al final de cada sesión me enfado. Esa es la mentalidad de la gente competitiva y yo siempre he sido muy competitivo, desde que tenía dos años. Con el tiempo aprendes a relativizar la derrota, no te enfadas tanto y los cabreos te duran minutos; antes me duraban horas. No me gusta perder. Aunque la derrota siempre me ha hecho más fuerte.

P. ¿Cómo se libera de la presión?

Si no soy el mejor,
me enfado... La derrota siempre me ha hecho más fuerte

R. Con los pensamientos. Pensar en positivo te hace estar más tranquilo. Cuando no tengo buenas sensaciones o creo que una carrera no me va a salir bien es cuando me atacan los nervios. Así que intento cambiar mis pensamientos. Y si no puedo, cierro los ojos y hago meditación: me relajo, elimino los pensamientos de todo tipo y me centro en la respiración.

P. Siempre fue de naturaleza más pesimista que optimista, ¿no es cierto?

R. No me considero pesimista, me considero realista.

P. A mitad de temporada denunciaba que pilotaba una moto inferior a la Honda. Se sentía débil respecto al rival. ¿Cómo consiguió darle la vuelta a la tortilla?

R. Como lo conseguí en mis inicios. Cuando no tienes la mejor moto tienes que olvidarte de eso y concentrarte en tu pilotaje y en sacar el máximo rendimiento a la moto que tienes en ese momento.

P. ¿Cómo ha evolucionado su moto gracias al cambio seamless y el trabajo de Yamaha?

R. El motor de ahora es ligeramente mejor al que utilizamos en Catar, en la primera carrera. Es más potente y más fácil de llevar. Y el seamless nos ha dado, creemos, una décima por vuelta. Además, hemos mejorado mucho en aceleración, que con la 800cc era bastante mala; ahora casi nunca perdemos en aceleración, sí de medio a alto régimen, en velocidad máxima. La moto es más competitiva, menos de lo que me gustaría, pero algo es algo.

P. Pese a la mejora, la M1 ha perdido rendimiento en frenada.

R. Sí, somos menos estables en frenada. La Honda reduce sin embrague y eso seguramente les da una ventaja a la hora de entrar a la curva, pueden frenar antes e inclinar la moto un poco antes; nosotros nos quedamos tiesos en la entrada de la curva. Eso se debe a la electrónica y a ese cambio sin embrague. En Yamaha trabajamos en ello para el futuro.

P. ¿De qué se siente más orgulloso esta temporada?

R. De la mejora que he hecho en mi pilotaje.

Después de la proeza de Assen me sentí invencible, y eso me jugó una mala pasada

P. ¿Cuándo fue consciente de que la carrera que hizo en Assen [quinto tras fracturarse una clavícula] sería épica?

R. Cuando llevaba dos o tres vueltas en la sesión de calentamiento del domingo. Entonces supe que podía ser relativamente competitivo. Vi que era capaz de rodar muy rápido para haber pasado solo 30 horas desde la operación en la clavícula. Assen era el circuito en el que era posible hacer aquel quinto puesto [salía 12º], porque era tan superior a los demás sin estar lesionado que aún recién operado podía ir casi al mismo ritmo que los mejores. Al principio de la carrera, claro. En las últimas vueltas fue imposible, mi condición física me pasó factura, no podía prácticamente usar el brazo izquierdo y bajé mucho el rendimiento.

P. A la siguiente carrera se rompió otra vez y se negó a correr en Alemania. Aunque le forzaron a hacerlo.

R. Wilco [Zeelenberg, director del equipo] y algunos más ya me preguntaron si quería correr en Phillip Island cuando me destrocé el dedo [en 2011], pero en ese momento mi prioridad era la salud. No quería hacerme más daño. En esas condiciones no tienes la misma fuerza física y cualquier pequeño susto que te dé la moto no lo controlas igual. En Alemania se dobló la placa y la clavícula quedó como una pirámide. Con aquella placa sujetando el hueso ya no tenía la misma fuerza, con una clavícula en forma de pirámide, mucha menos. No podía arriesgarme a caer otra vez y perder, a lo mejor, la carrera deportiva. Solo pensaba en la salud, no en el campeonato. Daba el Mundial por perdido.

P. Pero se recuperó y desde Indianápolis no se ha bajado del podio.

R. Cuando me pongo encima de la moto no pienso en nada, solo en ir lo más rápido posible. Eso en Alemania fue un error porque me creía en mejor estado del que estaba en realidad. Me creía invencible después de la proeza de Assen. Pensé que era capaz de todo y esa confianza extra me jugó una mala pasada. Pero es lo que me ocurre en cuanto me subo a una moto. Mi visión está limitada, como si estuviera en un túnel: no pienso en nada más, no pienso en las circunstancias, simplemente en ir lo más rápido posible.

P. Para lograr su tercer título solo le vale salir a ganar y esperar a que Márquez pinche. ¿Cómo se gestiona una carrera así?

La estrategia debe ser intentar salir bien y escaparse para ganar esta carrera. No va a ser fáci

R. La estrategia debe ser intentar salir bien y escaparse para ganar esta carrera. No va a ser fácil. En este circuito solo conseguí una victoria, normalmente me cuesta un poco. Tampoco es muy favorable a la Yamaha. Y tanto Pedrosa como Márquez están muy fuertes. Pero es todo lo que puedo hacer.

P. Dice que no le gusta la guerra psicológica, pero le dio un toquecito a Marc el viernes que él entendió como un gesto para meter presión.

R. Fue solo una broma.

P. ¿Se gastan bromas a menudo?

R. No, coincidió que él estaba parado para intentar practicar la salida y se me ocurrió hacer eso.

P. En el duelo que protagonizaron ambos en Sepang usted fue quien le dio a él a la entrada de una curva en una maniobra similar a la que le hizo Márquez en Jerez. ¿Fue un mensaje?

R. Bueno... en Sepang sabía que no tenía su ritmo, que la moto cada vez iba peor con las gomas gastadas y que la única manera de ponerlo en dificultad era pasarle en cada oportunidad que tuviese.

P. Usted aprendió de Rossi, el mejor en las guerras psicológicas...

Aunque Márquez gane el Mundial eso no significa que vaya a ganar los próximos cinco. Tengo todavía mucha cuerda

R. No sirven las guerras psicológicas fuera de la pista. Al menos en la mayoría de las ocasiones. Si hubo guerra psicológica por parte de Valentino, a mí no me afectó. En el caso de que lo mío no fuese una broma, esa tontería del toque no va a afectar a Marc. Yo no uso ese tipo de guerras. Me dedico a ir muy rápido en pista y esa presión por intentar ir igual de rápido que yo es lo que les hace estar presionados. Pero fuera de la pista no se puede hacer demasiado para poner nervioso a un rival de este nivel.

P. ¿Era capaz de irritarle Rossi?

R. No, porque con Valentino había una diferencia de edad que me hacía estar tranquilo. En circunstancias normales yo solo podía ir a mejor. No tenía prisa por batirle. Sabía que si hacía las cosas bien llegaría el momento. Nunca he mitificado a ningún piloto, así sería imposible ganar carreras.

P. Márquez ha aprendido tanto de sus rivales como ha mejorado usted desde su irrupción. ¿Quién ha llevado más al límite a quién?

R. Marc es un talento natural, tiene un estilo de pilotaje propio, muy parecido al que tenía ya en 125cc. Su llegada me ha hecho espabilar, trabajar más. Me ha llevado, seguramente, a volver a entrenarme con mi padre para aumentar mi nivel. Cuando yo llegué, Valentino era el mayor y yo le gané. Ahora él es el joven y yo el mayor, pero aunque gane el Mundial eso no significa que vaya a ganar los próximos cinco. Tengo todavía mucha cuerda y mucho margen de mejora.

P. Si gana este Mundial lo habrá merecido porque...

R. Lo habré merecido por no bajar los brazos, por no tirar la toalla, por la ambición de ser todavía mejor. Si lo gana Marc lo habrá merecido por su talento y rapidez. Por diferentes razones lo merecemos los dos, la verdad...

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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