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“Trabajar en una cantera me sirvió de mucho”

El mediocentro del Villarreal explica cómo pasó de ser un jugador fino a otro más agresivo y completo

Bruno celebra el empate del Villarreal ante el Atlético.
Bruno celebra el empate del Villarreal ante el Atlético. Domenech Castelló (EFE)

En tiempos en que a los niños los llevan cada vez más pronto a las escuelas de fútbol para depurar la técnica y la táctica, Bruno Soriano (Artana, Castellón, 1984) prefirió otro camino. Cansado de la rigidez de la escuela del Villarreal, regresó a su pueblo, Artana, para divertirse jugando varios años con sus amigos antes de volver al Madrigal para triunfar. Su imagen el domingo ante el Atlético (1-1), con la cabeza vendada y exaltando a su público, remitió a un jugador de otra época, el más fiable los últimos cursos del Villarreal: ahora es el cuarto de la Liga en balones recuperados (tras Gurpegi, Fontàs y Musacchio) y el sexto en pases buenos (tras Xavi, Trashorras, Dani Alves, Iraola y Busquets). Solo ha sido dos veces internacional.

Pregunta. Antes era un zurdo muy fino sin apenas físico. Ahora es un león en el centro del campo. ¿Cómo fue la evolución?

Respuesta. Al principio no tenía tanto cuerpo ni tanta fuerza. Empecé poco a poco a trabajar en el gimnasio. Hago muchas pesas, tres sesiones por semana de media hora. He aprendido mucho con los preparadores físicos.

P. Pero la transformación también ha sido anímica. Manuel Pellegrini lo acusaba de cierta endeblez psicológica.

R. Fue con [Ernesto] Valverde cuando di un paso adelante en agresividad. No sé qué me pasó. Un día decidí que iba a ser agresivo.

P. ¿Le ayudó que el club le pusiera un sueldo de estrella y lo considerara un símbolo?

Fue con [Ernesto] Valverde cuando di un paso adelante en agresividad. No sé qué me pasó. Un día decidí que iba a ser agresivo.

R. Le dije al presidente [Fernando Roig] que quería sentirme valorado. A él le pareció bien y llegamos a un acuerdo.

P. El año pasado, el Villarreal descendió y usted, pese a las ofertas, prefirió seguir en Segunda como hicieron Buffon y Del Piero en la Juve.

R. Me gusta la idea de los jugadores que están toda su carrera en el mismo club.

P. Por sus características, se le compara a menudo con Busquets. ¿A qué jugador admira?

R. A Xabi Alonso. Recupera muchísimo, sabe estar y arriesga mucho en los pases.

P. Vivió una etapa gloriosa con Pellegrini en el banquillo. ¿En qué se diferencia este equipo de aquél?

R. Este no es tan bonito. Aquel podía dar 50 pases seguidos. Era imposible quitarles el balón a Santi [Cazorla], Rossi, Pirès y Senna. Ahora hacemos otro fútbol, más directo e intenso, pero igualmente bueno.

P. Defina con una palabra sus entrenadores. ¿Pellegrini?

R. Control y posesión.

P. ¿Valverde?

R. Recuperación y contra.

P. ¿Juan Carlos Garrido?

R. Control total del partido.

Este equipo no es tan bonito como el de Pellegrini. Aquel daba  50 pases seguidos. Era imposible quitarle el balón

P. ¿Y Marcelino García Toral?

R. Ambición y defensa.

P. ¿A qué se dedicó antes de ser futbolista?

R. Trabajé en una cantera. Y me sirvió de mucho para valorar las cosas. Estoy orgulloso. Yo era uno más entre mis amigos, unos estudiaban y otros trabajaban. Y cuando firmé mi primer contrato profesional, podía descansar en casa después de entrenar sin esas ocho horas diarias en la cantera.

P. ¿Sigue en Artana?

R. Sí... y que dure. Es un pueblo pequeño del interior, montañoso, con toda la fauna y la vegetación de la Sierra de Espadán.

P. Y sirven unos carajillos...

R. Sí, en todos los bares, unos carajillos con miel muy buenos.

P. Un pueblo con cuestas, ¿no se le cala el Ferrari azul?

R. No, vivo en una urbanización, pero es verdad que hay calles estrechas y no cabe por muchas. Mis amigos al principio me pedían que les diera una vuelta, pero ahora ya lo ven como algo normal. Siempre me gustaron mucho los coches y me pude permitir ese capricho.

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