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El presidente del COI exige controles de mejor calidad

Thomas Bach es partidario de la suspensión de por vida en determinados casos, incluso con un primer positivo

Thomas Bach, presidente del COI
Thomas Bach, presidente del COIThemba Hadebe (AP)

Comparando el dopaje con el terrorismo, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, ha sido más que claro en su defensa del deporte limpio. No sólo por sus palabras, en las que se ha mostrado partidario de la “suspensión de por vida” de un atleta ya desde su primer positivo (hasta ahora, la cadena perpetua solo se aplica a los reincidentes), sino porque ha anunciado que los deportistas tendrán que pasar más controles en los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 en la ciudad rusa de Sochi.

Bach ha participado hoy miércoles en la Conferencia Mundial que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) organiza hasta el viernes en Johannesburgo con el objetivo de poner negro sobre blanco que la lucha contra el dopaje va en serio y a partir de ahora será mucho más estricta. Para empezar, el presidente del COI ha anunciado que en Sochi se practicarán 2.453 controles, 300 más que los que se hicieron en Vancouver hace cuatro años. Nunca se habían hecho tantos. Del mismo modo, también habrá 400 pruebas más antes de iniciar la competición como “medida de disuasión y protección” del “deportista limpio”, en una alusión a la lucha contra el terrorismo. En pleno debate sobre la revisión del Código antidopaje y de la actuación de los organismos controladores nacionales en casos recientes de positivos, el dirigente deportivo ha abogado por centrarse en la investigación de análisis “más científicos” y eficaces capaces de detectar el dopaje con más acierto. Incluso, Bach, elegido presidente del COI en sustitución de Jacques Rogge hace apenas dos meses, se ha permitido dudar de la eficacia de las pautas que se siguen actualmente y se ha preguntado si no se puede incidir más en la búsqueda de pruebas “más fiables, sostenibles y eficaces”, que podrían ser “menos intrusivas” para el atleta. “¿No es hora de averiguar si los análisis de sangre y orina son realmente la mejor y última solución?”, ha cuestionado ante los cerca de mil delegados que han acudido a la capital sudafricana, en la que la AMA aprobará el nuevo Código antidopaje para que entre en vigor el 2015.

En declaraciones a la agencia AP, Bach también se ha referido a la prohibición de por vida del ciclista Lance Armstrong, mostrándose en la misma línea que el lunes apuntó el presidente de la AMA, John Fahey. Así, para el presidente del COI, el siete veces campeón del Tour de Francia, desposeído de todo triunfo por su aceptación de que se dopó, no ha hecho nada para merecer el perdón. Al contrario, sus peticiones de clemencia han llegado “mal y tarde”, por lo que no ha lugar a que se revise su caso.

Armstrong no ha venido a Johannesburgo pero su historial de toma de substancias ilegales planea sobre el centro de convenciones. De hecho, su caso dejó al descubierto que las pruebas diseñadas para detectar el dopaje no eran infalibles porque las pasó sin problema durante años. Aprendida la lección y con el orgullo tocado, ni el COI ni la AMA quieren que se les vuelva a colar un Armstrong más. Por eso, las dos entidades se alían para endurecer la normativa y al atleta que se le detecte irregularidades para aumentar su rendimiento y potencia se le podrá aplicar una sanción de cuatro años, lo que le impedirá participar en los próximos Juegos Olímpicos. “Tenemos que mejorar en las medidas de seguridad y en las pruebas de control”, ha insistido Bach, acorde con lo anunciado por la AMA. El COI destinará “algunos millones” de dólares en la detección de positivos (un millón en las previas a Sochi), cantidades que, a su juicio, no son un gasto sino más bien “una inversión para el futuro del deporte”.

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