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De la cerveza Whitbread a los ‘piratas’ de Disney

El patrocinio ha estado ligado a la Vuelta al mundo desde su nacimiento hasta hoy

Juan Morenilla
El Telefónica, en primer plano, en la pasada edición de la Volvo.
El Telefónica, en primer plano, en la pasada edición de la Volvo.PAUL TODD (VOLVO OCEAN RACE)

Dar la vuelta al mundo surcando los océanos del planeta nunca fue barato, así que desde su nacimiento esta regata ha estado unida al respaldo económico de los patrocinadores, en ocasiones empresas privadas con el objetivo de hacer ver su nombre en velas y cascos; otras organismos públicos que promocionan la imagen de los países que representan; y algunas pocas veces simplemente mecenas enamorados del mar que invierten su capital para hacer realidad un sueño.

Así nació, en 1973, la Whitbread Round the World, como se conoció a la regata hasta que la empresa Volvo la rebautizó a partir de 2001. Todo comenzó a gestionarse alrededor de unas pintas de cerveza en un pub de Portsmouth. Allí el almirante Otto Steiner, miembro de la Royal Naval Sailing Association, y el coronel Bill Whitbread, apellido de una conocida familia de fabricantes de cerveza, garabatearon las primeras normas de la que hoy es una competición universal. Así que la vuelta al mundo emergió gracias al apoyo financiero de la firma cervecera Whitbread.

A partir de ahí el resto de patrocinadores comenzaron a apuntarse a la aventura. Una marca de vino espomoso, dos emisoras de radio, un centro de estudios e investigaciones y otra marca de cerveza, 33 Export, junto a varios empresarios, se rascaron el bolsillo para respaldar económicamente a esos primeros barcos aventureros. En España, el primer patrocinio llegó en 1981 también gracias a una bebida, Licor 43, con sede en Cartagena, donde tenía un astillero Empresa Nacional Bazán, en la que trabajaba como ingeniero Joaquín Coello, patrón y alma de ese primer proyecto español. Fue el pistoletazo de salida.

Piratas del Caribe.
Piratas del Caribe.efe

El relevo de Licor 43, una marca que exportaba entonces a 40 países, lo tomó la marca de tabaco Fortuna, presente en las ediciones de 1985 (Fortuna Lights) y 1989 (Fortuna Extra Lights), y Pescanova con el Galicia 93 en ese año. Hubo entonces un paréntesis (sin participación española en las ediciones de 1997 y 2001), hasta que Movistar en 2005 y Telefónica en 2008 y 2011 dieron nombre a los veleros españoles.

El patrocinio ha llegado de muy diversas procedencias. Incluso de Disney, que en 2005 aprovechó el tirón de la saga Piratas del Caribe para dar este nombre a un barco caracterizado en sus velas con una calavera, un gran reclamo publicitario surcando los mares del mundo. Los tres últimos ganadores, por ejemplo, han sido patrocinados por un banco holandés (Abn Amro), por una multinacional sueca de telecomunicaciones (Ericsson) y por una compañía fracesa de seguros (Groupama).   

Entre los equipos inscritos ya para la próxima edición, hay uno patrocinado por SCA, una empresa sueca de productor de higiene, que aporta el sustento económico a una tripulación íntegramente femenina; Abu Dhabi da nombre al barco que vuelve a competir en la Volvo, en un claro intento de promocionar la vela en el emirato, con poca tradición en las regatas oceánicas; y el último en sumarse ha sido el grupo chino, patrocinado por Dongfeng, un fabricante de automóviles, autobuses, camiones y recambios. En estos dos últimos patrocinios ve la organización de la regata una gran oportunidad para abrirse a nuevos mercados y para que las empresas que apoyen a otros futuros conjuntos tengan visibilidad en zonas de gran desarrollo económico. “China pesa mucho, es un mercado enorme, espectacular”, analiza Íñigo Aznar, director de Desarrollo de negocio de la Volvo. “Económicamente, es un punto estratégico, abre toda la puerta del mercado asiático”. “Para las posibilidades de un proyecto español es una buena noticia”, añade Pedro Campos, impulsor del proyecto español; “es el gran escaparate. Las empresas españolas están interesadas en ese mercado. Cualquier patrocinador mira la rentabilidad que sumará su marca si es visible allí. Todos quieren estar en el mercado chino por el volumen de negocio que mueve”.

Precisamente el conjunto español rema todavía para conseguir un patrocinador que apoye económicamente su proyecto (el presupuesto de un equipo para la Volvo está entre los 12 y los 15 millones aproximadamente). Con la infraestructura encaminada después de la participación española en las últimas ediciones (Movistar y Telefónica), falta la rúbrica de un sponsor para comenzar a navegar. Ejemplos no le faltan.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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