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La siesta le cuesta cara al Sevilla

El Estoril empata en el último minuto, pero los de Emery consiguen sellar el pase a la siguiente fase

Rafael Pineda
Rakitic, rodeado de jugadores rivales.
Rakitic, rodeado de jugadores rivales.PACO PUENTES (EFE)

Un gol del Estoril en el minuto 90 cortó la progresión del Sevilla, que solo dejó detalles en el primer tiempo para caer en una incomprensible parálisis en la continuación de un partido gris, donde solo Reyes dejó detalles de su clase. El cuadro de Emery tendrá que ganarse el primer puesto en el último partido del grupo, en Alemania y ante el Friburgo, pero a pesar del empate ante los portugueses pasa a la siguiente fase de la Liga Europa, pues sale beneficiado en un posible triple empate si pierde en Friburgo. Es la consecuencia más real del empate de los andaluces ante un rival sin mordiente, pero ordenado y disciplinado, serio en defensa. Emery no acertó al mantener a Rakitic, fundido, en el campo, y no supo alterar el orden de un partido donde su equipo se echó demasiado atrás. Los jugadores destinados a ganarse un puesto, caso de Coke, Cala o Cristóforo, no mostraron credenciales para ser titulares. Tras la salida de M’bia, el Sevilla desapareció y pagó muy caro un repliegue inexplicable, con sus jugadores mal colocados y sin frescura para hacer el segundo gol que hubiera cerrado el encuentro.

Sevilla, 1 - Estoril, 1

Sevilla: Varas; Coke, Cala, Fazio, Alberto; Cristóforo, M'bia (Iborra, m. 60), Rakitic; Reyes (Jairo, m. 81), Gameiro y Perotti (Vitolo, m. 66). No utilizados: Julián; Diogo, Fernando Navarro y Bacca.

Estoril: Wagner; Mano, Tavares, Rubén, Babanco; Filipe Gonçalves (Galvâo, m. 61), Gonçalo; Carlitos, Evandro (Balboa, m. 76), Seba (Bruno Lopes, m. 83); y Leal. No utilizados: Ribeiro; Gerso, Joao Pedro y Amado.

Goles: 1-0. M. 7. Gameiro, tras gran pase de Reyes. 1-1. M. 90. Ruben Fernandes.

Árbitro: Anastasios Sidiripoulos. Amonestó a Alberto Moreno, Seba, Fazio e Iborra.

Ramón Sánchez Pizjuán. Unos 18.000 espectadores.

Hay un factor al que debe agarrarse este Sevilla en plena progresión. La mejoría general del equipo de Emery tiene un argumento perenne, que es Rakitic, y otro que ha resurgido con fuerza cuando pocos apostaban por él. Se trata de Reyes, un jugador que parecía perdido para la causa y que sembró de detalles de calidad el duelo ante el Estoril. El utrerano no tiene ya la velocidad de antaño, cuando hacía de cada carrera una ocasión de gol. Ahora juega con más pausa y selecciona los esfuerzos. Esa inteligencia recién adquirida fructifica en una visión de juego espectacular. Probablemente, Reyes sufrirá en los partidos fuera de casa, jugados a cara de perro, pero en duelos como los del Estoril su calidad marca la diferencia. El Sevilla se acercó con peligro en los primeros cinco minutos, en un remate de falta de Rakitic y otro fallido de Cala, hasta que a los siete minutos el balón le llegó a Reyes. El internacional dibujó dos regates estupendos y un pase en profundidad a Gameiro de enorme clase. El francés definió con elegancia y el Sevilla se puso por delante para dominar a su antojo el partido.

El Estoril, un equipo ordenado pero sin pegada, intentó hacerse con el dominio del encuentro, pero el Sevilla se replegó con orden y siempre encontró en Reyes el punto de desequilibrio. Partiendo desde la banda derecha, Reyes volvió a dibujar un par de pases excelentes. En el primero, Gameiro no controló bien y en el segundo Perotti estuvo a punto de lesionarse al lanzarse en busca de la pelota. Solo Reyes alteraba el juego previsible del Sevilla, refrescado por Emery en algunos puestos. Es el caso de Cristóforo, un jugador algo alocado, que necesita tiempo para hacerse importante. En el dominio absoluto del Sevilla hubo tiempo incluso para que Perotti, en guerra con un sector de la grada, pudiera arrancar los aplausos de la grada de Nervión. Detalles en la fría noche sevillana.

Reculó demasiado el Sevilla en la segunda mitad. Sobre todo porque perdió el balón y Reyes las fuerzas que le adornaban. El Estoril se hizo con el dominio del juego, pero a un ritmo tan lento que casi nunca fue capaz de superar la resistencia del Sevilla. La cuestión latía en Nervión, incapaz la grada de descifrar el porqué del paso atrás de su equipo. Ya fuera por orden de Emery o por decisión de los jugadores, el repliegue del Sevilla provocó que el partido se le hiciera muy largo. Roto y sin salida de balón, el Sevilla se aletargó y lo acabó pagando caro. En la última jugada del encuentro, Jairo falló en la salida del balón y después de un fallo en cadena de la defensa Ruben Fernandez hizo un tanto que le complica la clasificación al Sevilla.

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