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La ACB, en el diván

A la espera de elegir a su nuevo presidente, los clubes recaban ideas para refundar la competición y relanzar un producto mustio

Faustino Sáez
Vista del Pabellón de San Pablo
Vista del Pabellón de San PabloDIARIO AS

Catarsis para recuperar la identidad. Tormenta de ideas para sobrevivir a la tempestad. La Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) está estos días tumbada en el diván en busca de un nuevo presidente ejecutivo y de soluciones organizativas, estéticas y estructurales, de continente y de contenido, que le permitan enderezar el rumbo que ha llevado a la liga española a perder protagonismo social y relevancia mediática en los últimos años.

El pasado 12 de noviembre, en la Asamblea General Ordinaria reunida en Barcelona, la ACB decidió poner en marcha un Plan Operativo para los tres próximos años (2014-2017) con el objetivo de “generar un cambio global en el producto, su promoción y su relación con el entorno”. En dicho encuentro, en el que se aprobaron las cuentas de 2012-2013 y presupuesto para la presente temporada —con un 10% de incremento en los ingresos y un 38% en el de reparto a los equipos—, se fijó la fecha del 16 de diciembre para la elección del ejecutivo que sustituirá al frente de la nave a Albert Agustí, el antiguo director general despedido hace dos meses y medio por los clubes junto a Alberto García Chapuli, director de arbitraje.

Sergio Rodríguez busca un balón
Sergio Rodríguez busca un balónDIARIO AS

Entre el sigilo y las luchas internas, se ha elaborado una lista de media docena de candidatos a nuevo mandamás que encabezan y polarizan Alfonso López, exdirector de comunicación de Endesa y uno de los artífices del acuerdo de patrocinio que firmó la compañía energética con la Liga hace tres temporadas —postulado por Madrid, Unicaja y Joventut—; y el ex secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler —propuesto por el Fuenlabrada—. También aparecen, con remotas opciones, los exjugadores Fernando Arcega y Luis Miguel Santillana entre otros. Una comisión de tres clubes —Joventut, CAI y Baskonia— seleccionará en estos días un mínimo de tres nombres que se votarán en la asamblea del día 16 en la que el elegido debería contar en la elección final con el respaldo de 14 de los 18 clubes. “La división es notable. Es improbable que en una primera votación salga el presidente. El equilibrio de fuerzas puede estar ahora en un 10-8 o 11-7”, coinciden en apuntar al menos un tercio de los clubes. Con el sempiterno Eduardo Portela relegado a misiones representativas, hubo consenso a la hora de trazar el perfil ideal pero está lejos el acuerdo para elegir la figura que lo encarne. El constante baile de presidentes y directivos en los clubes hace imposible establecer criterios y alianzas estables.

Alfonso López y Albert Soler encabezan la lista de candidatos de unos clubes divididos

Al tiempo que apuran el tira y afloja para acordar quien será su próximo jefe, los equipos recaban ideas y sugerencias estos días, en la sede del CSD en Madrid, en intensivas jornadas de trabajo. La primera sesión, contó con jugadores, entrenadores, y árbitros, que reflexionaron sobre reglamento y táctica para fomentar el espectáculo sobre el parqué. La segunda, celebrada el lunes, reunió a medios de comunicación en un debate que abarcó desde el sistema de competición a la proyección social de la Liga, pasando por la relación de los jugadores con los propios medios. El próximo lunes se cerrarán los encuentros con profesionales de los sectores de patrocinio y televisión. En busca del relanzamiento “todo es revisable y no hay mayores certezas que la necesidad de un cambio radical”, asumen los equipos.

El presente de la ACB se percibe por profesionales y aficionados como una competición en la que el margen para alterar jerarquías es mínimo, la política de adjudicación de plazas europeas encapsula a la clase noble y la dificultad para pagar el canon de ingreso en la liga crea, en la práctica, un grupo casi cerrado en el que el descenso es un abismo de cartón piedra y el ascenso una utopía. Una pérdida de credibilidad a la que se une la intención expansionista de la Euroliga —que amenaza con alargar su calendario al fin de semana—, la debilidad e irrelevancia de las competiciones inferiores —LEB Oro y Plata—, el distanciamiento con la FEB, organizadora de las mismas, la fractura económica entre los clubes —que han perdido 50 millones de euros de presupuesto en tres años— y el decadente panorama televisivo.

El común de los aficionados ha extraviado su vínculo con la competición y sus clubes, incapaces de recitar al completo los 10 o 12 jugadores que configuran la plantilla de un equipo que en ocasiones cambia de nombre, colores y heráldica por imperativo del patrocinio. El 72% de los jugadores de la Liga llevan menos de dos campañas en su club. Unas idas y venidas que fomentan el desarraigo de la hinchada. Solo la ilusionante irrupción del Madrid de Laso ha agitado un espectáculo que languidece entre planteamientos ajedrecísticos. El baloncesto español intenta redefinirse, recuperar puntos, aficionados, espectáculo y lozanía.

Caída de ingresos y telespectadores

F. S., Madrid

En los últimos 15 años, la audiencia de los partidos de la ACB presenta una caída imparable, de una media de 1.200.000 telespectadores en la temporada 1996- 1997 a los 260.000 del curso actual. Un descenso que ha ido acompañado de un desplome aún mayor en los ingresos que aporta la televisión. En 1999, la ACB y Canal + alcanzaron un acuerdo por cuatro años a razón de 10.200 millones de pesetas (61,2 millones de euros). En la temporada 2002-2003, la última de contrato con Canal +, los clubes ingresaron 19,2 millones de euros por derechos de televisión. Este curso, 11 años después, tan solo percibirán 2,5 millones (-87%) entre las autonómicas y TVE. El anterior contrato con TVE (que abarcaba el trienio 2009-2012) aportó a la ACB 8,8 millones de euros.

Ya sin Telemadrid, Canal Sur, Canal Nou y Castilla-León en el lote, las televisiones autonómicas dejan a oscuras a sus respectivos territorios, que no ven a sus equipos, al tiempo que la propia TVE maltrata el producto con un constante baile de horarios y canales cada jornada entre La 1 y Teledeporte. La plataforma Orange Arena tampoco ha demostrado su funcionalidad. El Madrid optó hace unas jornadas por auto-retransmitirse sus partidos de Liga a través de Real Madrid TV —que en enero emitirá en abierto por TDT—.

Solo la reunión de los dos grandes sobre el parqué dispara la expectación. La última final entre Madrid y Barça consiguió las mejores audiencias de una serie por el título desde 1997. El duelo a cinco asaltos estableció la mayor audiencia total (9.911.300), el mejor promedio por partido (1.982.260) y el mejor registro en un solo encuentro (3.346.500 en el quinto y definitivo choque) en 16 años.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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