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Santa Cruz da aire a Schuster

Un gol del delantero en la recta final corta la racha negativa del Málaga (1-0) a costa de un Getafe gris e inofensivo, sin pólvora

Rafael Pineda
Los jugadores del Málaga celebran el gol de Santa Cruz.
Los jugadores del Málaga celebran el gol de Santa Cruz.Jorge Zapata (EFE)

Respiró el Málaga a costa de un Getafe gris, escaso de ambición y corto de personalidad. Los de Schuster pusieron fin a su mala racha con todo merecimiento, pues siempre quisieron más y mostraron un talante mucho más combativo que su rival. Un triunfo de mérito frente a un Getafe insípido, al que rodeó un aire de displicencia. A pesar de la justicia de su victoria, le costó mucho al Málaga ganar. Esencialmente, porque el fantástico juego que ofrecieron sus laterales Gámez y Antunes, rapidísimos, no se transformó en gol porque Juanmi, un magnífico proyecto de delantero, no tuvo su día. Falló dos goles cantados. El fútbol, muchas veces, es un asunto de delanteros. Santa Cruz regresó de su lesión y al minuto de entrar en el campo conectó un fantástico remate de cabeza tras falta sacada por Duda. Una lección para Juanmi y un servicio más para la causa del veterano delantero paraguayo, rescoldo de un pasado glorioso y presente victorioso del Málaga. En el excelente golpeo de Santa Cruz encontró premio el equipo andaluz a su mejor partido. El Getafe, con Pedro León andando, fue incapaz de reaccionar.

MÁLAGA, 1; GETAFE, 0

Málaga: Caballero; Gámez, Sergio Sánchez, Weligton, Antunes; Camacho, Tissone; Portillo, Morales (Santa Cruz, m. 74), Eliseu (Duda, m. 68); y Juanmi (Darder, m. 86). No utilizados: Kameni; Flavio, Angeleri y Anderson.

Getafe: Moyà; Arroyo (Lafita, m. 84), Rafa, Alexis, Roberto Lago; Lacen (Colunga, m. 75), Mosquera; Pedro León, Sarabia (Gavilán, m. 69), Diego Castro; y Ciprian. No utilizados: Codina; Lisandro, Valera y Míchel.

Goles: 1-0. M. 75. Santa Cruz, con un remate de cabeza.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Arroyo, Eliseu, Rafa, Duda, Juanmi, Ciprian, Weligton y Colunga.

La Rosaleda. Unos 18.000 espectadores.

No está el Málaga para grandes alardes. Le falta confianza en su juego y mucha mordiente. Tampoco el Getafe pareció ofrecerle demasiada batalla. No obstante, conserva algunos elementos capaces de ofrecer esperanza a sus aficionados y a ese alicaído elemento que es ahora Schuster. Para empezar, no pierde la voluntad de intentar jugar bien al fútbol, lo que, de entrada, supone un alivio. Sin grandes tocadores en el centro del campo, el Málaga encuentra aire en sus laterales, dos futbolistas más que aseados, de mucho recorrido y buen centro. Gámez y Antunes, rápidos e incisivos, fueron los mejores argumentos del conjunto andaluz, también espoleado por algún que otro detalle de Portillo, tan bueno como intermitente. El Málaga, con un triunfo en los últimos 10 partidos disputados entre Liga y Copa, jugó de forma aceptable y encontró en sus laterales mucha profundidad. Avisó Sergio Sánchez después de una clara ocasión de Rafa, pero la jugada que definió a la perfección el juego de los locales se produjo a los 23 minutos. Un increíble pase de Antunes al área superó a los centrales del Getafe. Juanmi, con todo a favor, falló un gol cantado. Su golpeo con el interior dio en el poste con todo a favor. Una pifia monumental en un sábado de pifias de atacantes, como le ocurrió antes a El Arabi. También por ahí sufre el Málaga, pues el rápido y voluntarioso Juanmi no presenta las credenciales de Santa Cruz, en el banquillo tras salir de una lesión, o de El Hamdaoui, que sigue de baja. El pase de Antunes recordó al mejor Roberto Carlos.

Jugaba el Málaga y el Getafe, discreto, previsible y lento, bastante tenía con defenderse con cierto orden y buscar el gol en los lanzamientos de falta de Pedro León. Alborotaba Sarabia, pero en pocas ocasiones culminaba. Todavía quedaba tiempo para una magistral carrera de Antunes. Partió desde su campo sorteando rivales para disparar desde el borde del área con la derecha. No fue gol por poco, ese poco de eficacia que le faltó al Málaga para marcharse al descanso con ventaja. Había sido mejor que el Getafe, muy parado, con oficio, pero sin alma.

El conjunto de Schuster volvió a mostrar mucho más fútbol en la segunda mitad. También Juanmi volvió a fallar otro gol cantado. Ahora después de un rechace de Moyà que le dejó el balón franco en el área pequeña. El premio sería para Santa Cruz, un portento de eficacia. Saltó al campo y provocó una falta en el centro del campo. Duda la sacó con clase y crujió la defensa del Getafe, lo más serio del equipo madrileño hasta ese momento. Santa Cruz giró el cuello y la colocó en la escuadra. Shuster lo salvó con el remate del paraguayo. Fue valiente el técnico alemán al alinear a dos delanteros en el tramo final. Apostó fuerte y ganó, como el propio Málaga.

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