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Epopeya Valdemoro

La mejor jugadora de la historia del baloncesto español oficializa su retirada, tras 22 años de carrera, en un emotivo acto celebrado en Alcobendas

Amaya Valdemoro, en un momento de su despedida.Foto: atlas | Vídeo: J. J. Guillén
Faustino Sáez

Nunca la pasión competitiva llegó tan alto y tan lejos. Amaya Valdemoro Madariaga puso ayer, a los 37 años y en su Alcobendas natal, punto final a su memorable carrera deportiva tras unos meses de puntos suspensivos y vértigo a la retirada. Metáfora y colofón de su trayectoria, su última imagen sobre una cancha de baloncesto será la de una ganadora: con una medalla de oro colgada al cuello y levantando el trofeo de campeona de Europa con España junto a su inseparable compañera de viaje, Elisa Aguilar.

“Ni soñándolo hubiera imaginado un final mejor”, repasa Amaya minutos antes de su acto de despedida. “Es, sin duda, el mejor recuerdo. Tengo la suerte de que casi todos los años he ganado cosas, pero este título fue especial. Es el torneo en el que menos he jugado, en el que menos puntos he metido, pero el que más he disfrutado de largo; dentro y fuera de la pista. He sido increíblemente feliz”, explica al rememorar su sexta medalla con la selección —tras una plata y tres bronces europeos y un bronce mundial— lograda en Orchies (Francia) el pasado 30 de junio. Con la cinta rojigualda en el pelo y el número 13 en la camiseta. “Siempre he sido diferente. Cuando empezaba era el número que no quería nadie. A mí me parecía un número con muchísima personalidad y carácter”, cuenta. Fue la coronación de la reina del baloncesto español tras 22 años dedicados en cuerpo y alma a meter canastas. “Lo mío es pasión por jugar y por ganar”.

Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar levantan el titulo de campeonas de Europa el pasado junio
Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar levantan el titulo de campeonas de Europa el pasado junioEFE

Tres anillos de la WNBA, una Euroliga, ocho Ligas españolas, nueve Copas de la Reina, cuatro Supercopas, una Superliga rusa, tres Copas en Rusia y tres Mundiales de clubes colman un palmarés de leyenda que inauguró con apenas 16 años. Sus padres intentaron encauzar su hiperactividad a través del atletismo y en sus primeros sueños se imaginó como campeona olímpica de 1.500, pero pronto el baloncesto se cruzó para siempre en su vida. Debutó en Primera División en 1992 con el histórico Dorna Godella y en la selección española un año después, con 17 primaveras, hasta convertirse en la deportista española (en categoría masculina y femenina) con más internacionalidades: 258.

“Amaya es una de esas personas que invitan a soñar porque tienen una osadía sana. La convicción de que se puede alcanzar el podio y conseguir cualquier objetivo aunque todas las circunstancias indicaran lo contrario. Fue la primera en creer que todo era posible”, señaló el presidente de la FEB, José Luis Sáez, antes de entregarle la insignia de oro y brillantes de la federación. El broche a la carrera de una pionera que pasó por Estados Unidos —tres temporadas en los Houston Comets—, Brasil, Rusia y Turquía y que recorrió prácticamente todos los equipos importantes en España.

PALMARÉS

Títulos de clubes

  • 8 veces campeona de la Liga Española
  • 9 veces campeona de la Copa de la Reina
  • 4 veces campeona de la Supercopa de España
  • 3 veces campeona de la Copa de Rusia
  • 1 campeonato de la Superliga de Rusia
  • 3 veces campeona de la WNBA
  • 1 vez campeona de la Euroliga y 5 veces subcampeona
  • 3 veces campeona del Mundial de Clubes
  • 1 vez sucampeona del Campeonatto Paulista de Brasil

Selección española

  • Bronce en el Mundial de la República Checa en 2010
  • Bronce en el Eurobasket de Grecia 2003
  • Bronce en el Eurobasket de Turquía 2005
  • Oro en el Eurobasket de Francia 2013

Distinciones individuales

  • Real órden del Mérito Deportivo: bronce (2002) y plata (2008)
  • 3 veces seleccionada para el All-Star Game de la Euroliga
  • MVP del Eurobasket 2007
  • MVP de la Copa de la Reina 2004
  • Máxima anotadora del Eurobasket 2005
  • 258 veces internacional con la selección española

Un camino que Amaya estiró entre la ambición y el miedo. “Los deportistas vivimos en una burbuja, acumulamos experiencias y valores, pero la vida real y la retirada asustan. Seré jugadora de baloncesto toda mi vida pero a partir de ahora no podré disfrutarlo. No me da vergüenza decir que lo he pasado mal porque te encuentras vacía. Poco a poco el cuerpo y la mente se van adaptando, pero gran parte de mí se va a ir. Me va a faltar algo”, confiesa al tiempo que repasa su calvario. “Los últimos años han sido una pesadilla. Los fisios que me han tratado han sido mis psicólogos. Veía que esto se acababa y que no podía estar al nivel que necesitaba”.

Llegó in extremis a los Juegos de Atenas en 2004 tras superar problema en el sóleo de la pierna izquierda. Y se sumó a la convocatoria para el Mundial de 2010 en la República Checa tras una titánica recuperación de una compleja lesión de gemelo que la tuvo varios meses apartada de las pistas y la llevó incluso a plantearse la retirada. El esfuerzo mereció la pena y tuvo la recompensa de una histórica medalla de bronce, pero el 12 de octubre de 2011 regresó a la fatalidad, se fracturó las dos muñecas y volvió a sufrir un martirio. También lo superó. “Se retira la más grande y siempre lo quiso hacer por la puerta grande. Lleva muchos años jugando con dolor. A otros, cualquiera de sus graves lesiones, les hubieran llevado a dejarlo. Pero su carácter y su sacrificio han tenido recompensa. Se retira una persona con un corazón tan grande como su currículo deportivo”, repasa Elisa Aguilar.

“Siempre que metas una canasta acuérdate de mí”, le dijo su madre pocos días antes de morir por culpa de un cáncer fulminante. Amaya tenía entonces 18 años y la frase le acompañó durante toda su trayectoria. Fue su lema, su fuerza y su estímulo. “Si tengo que poner algún pero a mi carrera es no haberla podido compartir con mi madre. Esa casta y ese carácter que he demostrado siempre en la pista se lo debo a ella. En los momentos malos siempre he rezado y he hablado con mi madre”, confesó antes de ponerse como sorpresa final en su acto de despedida la camiseta de la selección española.

Flanqueada por José Luis Sáez, por la directora general de deportes del CSD, Ana Muñoz, y por el alcalde de su Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa, y rodeada de familiares y amigos, Amaya Valdemoro barnizó de lágrimas su epopeya triunfal.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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