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Portazo a la afición

Los futbolistas se niegan a jugar en estas fechas; el baloncesto acepta aunque entre quejas de algunos jugadores

Una imagen sin público del Camp Nou.
Una imagen sin público del Camp Nou. VICENS GIMÉNEZ

El Calderón se llenó el sábado de niños para ver la victoria de su equipo sobre Levante antes del parón navideño. Es una imagen de lo que podría ocurrir si la Liga siguiera durante las fiestas, como hacen la Premier, la NBA e incluso la Liga Endesa, y como le gustaría al presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas. Por el momento es imposible. El descanso de los jugadores es sagrado y está protegido por el convenio colectivo mientras duran las fiestas. Los aficionados, como tantas veces, no cuentan. En Inglaterra, la consideración es otra: entre el pasado martes y el próximo 4 de enero se jugarán 62 partidos, tanto de la Premier como de la Copa. No a todos los futbolistas españoles les disgusta esa atención a la clientela. “Me gusta el Boxing Day”, colgó ayer Mata, del Chelsea, en Twitter.

“Unos comen turrón y otros jugamos”

F. S.

Pese a haber ratificado hace dos días su III Convenio Colectivo en el que el descanso navideño se ciñe a los días 24 y 25 de enero, los jugadores del baloncesto han reabierto la polémica sobre la posibilidad de establecer un parón navideño. "La gente que hace el calendario estará en casita disfrutando de los partidos, calentitos, comiendo turrones y nosotros esteremos jugando", espetó Víctor Sada en el programa Play Basketde la Ser. "La temporada es muy larga, necesitas momentos para descansar. Me gustaría dar un toque. En la NBA juegan el 24 y el 25, pero es que allí la mayoría de los equipos juegan cinco o seis meses y aquí los equipos punteros estamos nueve meses en competición", contó.

Con más resignación se pronunció Rudy Fernández en la víspera del viaje del Madrid a Badalona. “No depende solo de los jugadores. Se podría descansar como hacen los del fútbol. Esperemos que algún día se llegue a un acuerdo para hacer un calendario de competición más ameno. Ahora parece la NBA, pero nos tenemos que acostumbrar”. “La Euroliga ha comprimido mucho el calendario pero, si entendemos la Navidad del 22 de diciembre al 7 de enero, hay espacio para conjugar el interés de los clubes, que consideran estas fechas muy rentables, con el de los jugadores de pasar unos días en familia”, tercia José Luis Llorente, presidente de la ABP.

El fútbol no siempre paró en Navidad. En A Coruña aún recuerdan al Deportivo jugando el 1 de enero de 1994. En estos tiempos, salvo la Premier, el resto de las grandes Ligas —Italia, Alemania y Francia— también para por Navidad. Solo Bélgica y Turquía mantienen sus torneos estos días.

“Nos gustaría por lo menos tener la posibilidad de jugar en estas fechas, sobre todo en años de Mundial, como este, o de Eurocopa, cuando los calendarios se aprietan mucho”, explica Tebas. “Desde que estoy en el mundo del fútbol se ha planteado esta cuestión, pero la conversación dura un minuto”.

La conversación es con el sindicato de futbolistas (AFE), que ha logrado consagrar en el convenio colectivo de los jugadores el derecho al descanso navideño. En 2010, el sindicato incluso recurrió a la Audiencia Nacional —que se declaró incompetente— después de que la Liga decidiera fijar algunos partidos el 2 de enero. A pesar de ello, desde el sindicato no se cierran en banda a que en el futuro esto pueda cambiar. “Todo es negociable”, aseguran fuentes del mismo.

Lo que no está tan claro es que si el calendario incluyera estas fechas hubiera más familias en los campos. “En nuestros estadios hay muchos abonados. No sería tan sencillo, pero por lo menos se podrían estudiar algunas iniciativas”, continúa Tebas.

Que las competiciones oficiales se detengan justo antes de Nochebuena y hasta el día 3 de enero no quiere decir que el fútbol desaparezca de España en estas fechas: jugarán las selecciones autonómicas —Cataluña contra Cabo Verde, el 30 de diciembre, y Euskadi contra Perú, dos días antes— y el Bernabéu espera para el último lunes del año un partido a beneficio de Unicef para el que cuenta con la bendición del sindicato.

En el caso del baloncesto, la Asociación de Jugadores solo tiene protegidos por convenio los días 24 y 25 en los que la ACB no puede programar ningún partido de la competición, ni los clubes organizar “entrenamientos, desplazamientos o cualquier otra actividad de naturaleza laboral”. Para los días 1 y 6 de enero, según el propio convenio, “se intentará hacer otro tanto por la ACB, siempre que el calendario de competición —a su exclusivo juicio— lo permita”. No obstante, ayer ya protestaron algunos jugadores como Sada y Rudy. Esta semana, los aficionados asistirán a dos jornadas casi consecutivas de la Liga Endesa. Hoy se disputa al completo la 12ª, con el duelo entre FIATC Joventut-Real Madrid como partido estrella, y entre el domingo y el lunes se juega la 13ª, con el clásico Real Madrid-Barça como gran reclamo (domingo, 19.00, La1).

El baloncesto siempre ha visto en el periodo navideño una oportunidad para ganar seguidores y cuota de pantalla sin la amenaza del fútbol monopolizando la atención mediática. Incluso el Real Madrid instauró, con éxito legendario, a mediados de los 60 el Torneo de Navidad, que se disputaba entre el 23 y el 25 de diciembre —desapareció en 2004—. Pero la saturación del calendario ha llevado al amontonamiento de los partidos, más por necesidad que por voluntad. Caso paradigmático es el del propio Real Madrid que, al más puro estilo NBA, se verá obligado a disputar tres partidos en siete días: los dos de la Liga Endesa y la primera jornada del Top 16 de la Euroliga el día 2 de enero en Belgrado, después de viajar el día 1. Hoy, no a todos les gusta la idea. Y, mucho menos, a los futbolistas, que prefieren cerrar por vacaciones cuando su clientela justamente está de vacaciones con tiempo libre.

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