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LOS MEJORES DE 2013 | DEPORTISTA EXTRANJERO

Tras el diluvio, un rayo iluminó Moscú

Como en los Juegos un año antes, Usain Bolt volvió a ganar el oro en los 100m, 200m y el relevo con Jamaica en los Mundiales

Carlos Arribas
Bolt, tras vencer en los 100 metros de Moscú.
Bolt, tras vencer en los 100 metros de Moscú. David J. Phillip (AP)

“Más das, más te piden. Alcanzas la luna, te piden el sol...”

Después de Londres 2012, donde se convirtió en el primer atleta de la historia que repetía victoria olímpica en los 100, los 200 metros y el relevo 4 x 100, Usain Bolt comprobó que el mundo no se detenía, que su carrera debía continuar, que la afición le esperaba. Y no es que él tuviera muchas ganas de someterse de nuevo a su papel, y a todo el sacrificio que conllevaba.

Rocket to Russia (cohete a Rusia) titula Bolt, homenajeando a los Ramones, el último capítulo de su autobiografía tan joven, el dedicado a los Mundiales de Moscú 2013, en los que volvió a ganar, como en Londres, como en Pekín y como en Berlín, un habitual trío de oros (100, 200, relevo) que solo la salida falsa en los 100 metros de Daegu ha evitado que se haya convertido en un pleno absoluto en todas las grandes competiciones que ha disputado desde 2008. Allí, en su libro, en el cohete hacia Moscú, escribe Bolt:

“Lo que descubrí en 2013 fue que era mucho más difícil encontrar la motivación para seguir ganando. He ganado tantas cosas en mi carrera, he derribado tantas barreras que, como me ocurrió en 2010, la voluntad para seguir sacrificándome no la encontraba por ningún sitio, no, sobre todo, después de Londres 2012. Sin embargo, no podía dejarme ir: a diferencia de 2010, 2013 era un año marcado como grande, era un año con Mundial y necesitaba alcanzar la mejor forma. Pero los comienzos fueron muy duros, el entrenamiento era matador, y cuando Justin Gatlin me ganó en Roma, la gente se volvió loca. Muchos aficionados temían que no estaría en forma para Rusia. Pero yo estaba tranquilo. A finales de julio, en el estadio olímpico, gané los 100 metros del aniversario de los Juegos de Londres y supe entonces que tendría suficiente energía para derrotarlos a todos en Moscú”.

Extranjero del año

  1. Usain Bolt: 21 votos
  2. Sebastian Vettel: 13 votos
  3. LeBron James y Cristiano Ronaldo: 9 votos

La seguridad absoluta de su éxito en Moscú, y al mismo tiempo el temor a un terrible exceso de confianza, la alcanzó Bolt en un inicio loco del mes de agosto, cuando todos los potenciales rivales, salvo Gatlin, uno tras otro se fueron borrando de los Mundiales. El primero fue su compatriota Yohan Blake, el campeón mundial de Daegu, que se pasó lesionado media temporada. Después llegó el escándalo: Asafa Powell y Tyson Gay dieron positivo en sendos controles antidopaje.

La noche de la final, finalmente, ante Bolt solo se alzaron dos enemigos, el diluvio universal y Justin Gatlin, a quien Bolt despreciaba más que a ningún otro rival desde un día en Dubai en el que para marcar su territorio, el velocista norteamericano que regresaba de una larga suspensión por dopaje (y no sabía, por tanto, que los tiempos habían cambiado), lanzó un gigantesco lapo a la calle de Bolt y luego lo miró desafiante. “Cometió el mayor error de su vida”, dijo luego Bolt.

En 2013 descubrí que era más difícil encontrar la motivación"

“En los tacos de salida de la final recordé lo que me había dicho el Coach unos días antes: ‘Gatlin saldrá mucho más rápido que tú, pero tienes que tener en cuenta que tus primeras zancadas estarán limitadas por tu altura, porque tu centro de gravedad está mucho más alto que el de la media. Levantarse de los tacos y alcanzar una posición vertical es mucho más complicado para una persona de tu altura, pero tu técnica y tu ejecución están por encima de cualquiera, vivo o muerto. Serás campeón de nuevo”, cuenta Bolt en su libro. “Mi salida fue lenta, realmente lenta. Cuando levanté la vista, Gatlin estaba varios pasos por delante, y me sentía cansadísimo, con las piernas vacías, como si alguien les hubiera chupado toda la energía. ¿Dónde estaba? Pero a pesar de ello, adelanté a todos los demás, a Gatlin también y gané con comodidad. “Olvida el dolor’, me decía, ‘simplemente llega hasta la línea’. Fue duro con la lluvia, no tenemos tiempo así en Jamaica. Gané sin gran emoción. Una vez más fui campeón del mundo. Mientras lo celebraba con los aficionados jamaicanos en las gradas, un rayo iluminó el cielo, púrpura y amarillo. Fue como una señal desde las alturas (rayo, en inglés, se dice lightning bolt...). Gané con 9,77s, mi mejor marca del año y en unas condiciones horrorosas por el tiempo, y yo estaba feliz, pero después hubo quien dijo que debería haber batido el récord del mundo. Por favor... ‘La culpa es tuya’, me dijo el Coach, ‘por ser tan condenadamente rápido”.

Bolt salió indemne de la polémica sobre el sistema antidopaje en su país

Bolt no solo ganó poco después su tercer oro mundial en 200m y el tercer relevo con Jamaica, sino que, casi más increíblemente aún, salió absolutamente indemne de la tormenta que se abatió sobre Jamaica poco después, sobre el atletismo de la isla, sobre el pésimo funcionamiento de su sistema antidopaje según la prensa norteamericana, que consiguió que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) enviara a Kingston una comisión de investigación cuyas conclusiones aún no se han hecho públicas.

Para entonces, Usain Bolt, quizás el mejor velocista de la historia, ya no estaba allí. Estaba recorriendo el mundo, bailando y festejando su vida, y buscando formas para motivarse para los años que vienen, pues ha prometido seguir siendo el más rápido hasta Río 2016, cuando ya tendrá 30 años.

De Phelps a Bolt

Ganador de 2012: Phelps

Ganador de 2011: Messi

Ganador de 2010: Messi

Ganador de 2009: Bolt

Ganador de 2008: Phelps

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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