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Fuego en la portería

Pizzi debuta como técnico del Valencia ante el Levante después de que Diego Alves arremetiera contra la titularidad de Guaita

Pizzi saluda a Alves en presencia de GuaitaFoto: atlas | Vídeo: ALBERTO IRANZO

Recién terminada la charla de Nico Estévez, técnico interino del Valencia, en el vestuario local de Mestalla, antes de enfrentarse al Real Madrid el pasado 22 de diciembre, el portero Diego Alves le saltó a la yugular:

—¿Por qué quieres fastidiarme?, ¿por qué echas por tierra mi trabajo de toda la semana?

—Es una decisión deportiva, respondió el entrenador.

Estévez, de 33 años, había sido ascendido del filial para estar esa semana ante el Nàstic en la Copa y el Real Madrid en la Liga, entre la destitución de Miroslav Djukic y la llegada de Juan Antonio Pizzi. Pero Estévez no se limitó a que la experiencia de entrenar en la élite le pasara por encima. Quiso tomar decisiones, entre ellas la suplencia de Alves. Ante el ataque, la reacción de Estévez fue fría. No respondió a los gritos con más gritos. Quienes respondieron con contundencia a Alves fueron otros: Javi Fuego, Oriol Romeu y Dani Parejo, líderes inesperados del vestuario. También el entrenador de porteros, José Manuel Otxotorena. Alguien tan pacífico como Otxotorena, curtido en mil batallas en el Liverpool, la selección española y el Valencia, entendió que aquella era una reacción inadmisible.

En el partido, el Valencia perdió 2-3 tras un fallo de Guaita en el tercer gol (no tapó su palo en el disparo de Jesé), aunque el equipo transmitió buenas vibraciones antes de la llegada navideña de Pizzi, que debuta esta tarde en el derbi valenciano ante el Levante en Mestalla (empatados a 20 puntos, en la mitad de la tabla). “Es muy grave lo que hizo Alves y junto antes del partido. Será sancionado”, anuncian en Mestalla.

"¿Por qué quieres fastidiarme?", le gritó el meta brasileño al técnico interino Nico Estévez

Hubo un tiempo, con Unai Emery en el banquillo, cuando la feroz competencia entre Guaita (26 años) y Diego Alves (28) les hizo fuertes. El técnico vasco los alternó casi de manera milimétrica en sus dos últimos años en el banquillo blanquinegro. Ese complejo equilibrio se rompió en verano. El Valencia puso a Alves en el mercado: tres millones, algo parecido a lo que había pagado por él al Almería en 2011. Nadie lo compró. Al mismo tiempo, la entidad quiso darle galones a Guaita, rechazó una oferta por él del Arsenal y le prometió la capitanía. Djukic, sin embargo, prefirió darle el brazalete a Ricardo Costa, que esta semana criticó al técnico serbio por exigirles poco, y sentó a Guaita en beneficio de Alves. Entre tanta confusión, los dos bajaron su rendimiento.

Es el primer incendio para Pizzi. Al técnico argentino, de 45 años, se le exige que imponga un estilo y marque unas pautas, ausentes con Djukic, a quien el vestuario acusa de inacción y de querer complacer desde el primer minuto, en junio pasado, al presidente, Amadeo Salvo. Entre esas actuaciones complacientes, negarse a renovar a Albelda, amigo del anterior presidente, Manolo Llorente, y, por tanto, una ruptura con el pasado. Como resultado, el Valencia se quedó sin jefes y la aparición inesperada de Romeu, Parejo y Javi Fuego para reprender a Alves fue saludada por el club como una pequeña luz que podrá encender Pizzi.

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