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El Betis se regala una sonrisa

Colista en la Liga, el conjunto andaluz cobra ventaja tras capear con orgullo y fortuna el empuje del Athletic

Rafael Pineda
Chuli intenta batir a Herrerín.
Chuli intenta batir a Herrerín.José Manuel Vidal (EFE)

El fútbol, quizás la Copa, tiene estas cosas. El Athletic jugó y mandó, pero le perdió su falta de puntería. Kike Sola, que reaparecía tras una lesión, tuvo ocasiones de todos los colores y las falló. El Betis, colista de la Liga, se hizo con un meritorio y sufrido triunfo que le debería dar confianza para caminar por el torneo liguero. Su victoria se asentó en un estupendo remate de Rubén Castro, un mucho de fortuna ante las acometidas vascas y el esfuerzo de un grupo que tiene ganas de reivindicarse. Quedan 90 minutos en San Mamés que, probablemente, se le harán muy largos a los andaluces, pero nadie puede quitarles la ilusión de defender un buen resultado para poder seguir disfrutando de la Copa.

BETIS, 1-ATHLETIC, 0

Betis: Andersen; Juanfran, Caro, Jordi, Nacho; Nono, Salva Sevilla (Abeledo, m. 83), Verdú; Chuli (Lolo Reyes, m. 72), Rubén Castro y Cedrick (Molina, m. 63). No utilizados: Sara; Amaya, Didac y Chica.

Athletic: Herrerín; Iraola, San José, Gurpegi, Balenziaga; Mikel Rico (Ander Herrera, m. 58), Morán, Beñat (De Marcos, m. 79); Susaeta (Muniain, m. 58), Kike Sola e Ibai. No utilizados: Iraizoz; Ekiza, Iturraspe y Toquero.

Gol: 1-0. M. 42. Rubén Castro remata en suspensión un gran centro de Juanfran desde la banda derecha.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a San José.

Benito Villamarín. Unos 20.000 espectadores.

No le tuvo apego el Betis a este torneo, hundido como está en la Liga y pensando mucho más en la final que tiene el domingo ante Osasuna. El equipo verdiblanco se plantó en el césped con la piel de cordero, esperando a que el Athletic lo degollara. No tendrán muchas ocasiones los de Valverde para desarrollar su fútbol como en la fresca noche sevillana. Dominador absoluto del juego, el equipo vasco se sintió dueño y señor de un partido hecho a su medida.

El Betis, un manojo de nervios, con una alineación plagada de suplentes y jugadores de un perfil tierno, incapaces de rascar, se limitó a colocarse con orden y esperar el zarpazo. Cada balón al área del Athletic era sinónimo de peligro ante la bisoñez de una zaga inédita en el equipo sevillano. Valverde le dio la titularidad a Sola, que regresaba tras una larga dolencia, y comprobó desde la banda el gran mal que atenaza al conjunto vasco. No es otro que su falta de eficacia. A los tres minutos Andersen salvó el disparo de Morán, otro hombre que refrescó el once del Athletic, y a los siete Salva Sevilla despejaba bajo palos el remate de Gurpegi. En siete minutos lanzó tres saques de esquina un equipo bilbaíno que no aprovechaba su superioridad. El Betis, lleno de jugadores que tocan bien el balón, ni lo olía. Ibai fue el protagonista de tres ocasiones más para los vascos ante la incredulidad de una grada asombrada por la superioridad vasca.

El Betis, que había avisado en una ocasión de Cedrick, borró de un plumazo el éxtasis vasco. Juanfran dibujó su primera gran jugada del año y Rubén Castro emergió de los avernos para dibujar un perfecto remate de cabeza. Su suspensión recordó a la de los grandes rematadores con la testa, caso de Santillana o Zamorano.

El perdón le había costado caro al Athletic. Valverde tiró de Muniain, Herrera y De Marcos para, al menos, lograr el empate. Lo mereció el Athletic y Sola, en el campo donde hizo su primer gol como profesional con Osasuna, se estrelló con el meta Andersen y con el palo. El Betis se sobrepuso como pudo al acoso visitante y mantuvo el 1-0 contra viento y marea. Al menos la Copa le permite una sonrisa entre tantas penurias.

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