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El Granada agranda la herida del Valladolid

Recio lidera el convincente triunfo del conjunto andaluz ante un rival en caída libre, muy flojo en defensa e inexistente en ataque

Rafael Pineda
Nyom, ante Berdigch y Sastre.
Nyom, ante Berdigch y Sastre. Miguel Ángel Molina (EFE)

El Granada se aprovechó de la debilidad del Valladolid para lograr un triunfo que se le resistía. Tres puntos que cicatrizan la herida de un equipo andaluz algo perdido en las últimas jornadas. La victoria supone un duro golpe para un Valladolid en caída libre, que echa mucho de menos a su mejor hombre, el lesionado Ebert, mientras Óscar se mueve con demasiada parsimonia recién salido de una delicada dolencia. Apenas hubo señales de este Valladolid triste, romo en ataque y con evidentes problemas defensivos. Además, regaló los goles después de groseros errores individuales. El Granada respira y se aleja de la zona de peligro, donde habitará, casi con total seguridad, el equipo de Juan Ignacio Martínez. La concentración en La Manga ordenada por Lucas Alcaraz tuvo el efecto deseado, pues la victoria limpia la dolorosa derrota de los granadinos ante el Almería, que escoció mucho a su afición.

La salida en tromba del Granada sorprendió al Valladolid. Algo llamativo cuando te juegas la vida pero que se repite con demasiada frecuencia en los equipos de fútbol. Una circunstancia sobre la que avisan los entrenadores pero que se le olvida a los jugadores. En esta ocasión, a los del Valladolid. La imperdonable falta de concentración de los castellanos marcó de forma negativa su futuro en un duelo que se antojaba vital para sus intereses.

GRANADA, 4; VALLADOLID, 0

Granada: Roberto; Nyom, Mainz, Murillo (Coeff, m. 63), Angulo; Iturra, Fran Rico, Recio (Pereira, m. 83); Brahimi, El Arabi (Riki, m. 86) y Piti. No utilizados: Karnezis; Foulquier, Pereira, Dani Benítez y Buonanotte.

Valladolid: Mariño; Rukavina, Valiente, Rueda, Peña; Víctor Pérez (Sastre, m. 46-Baraja, m. 61)), Rossi; Berdigch (Larsson, m. 46), Óscar, Omar; y Javi Guerra. No utilizados: Jaime; Rama, Zubia y Manucho.

Goles: 1-0. M. 11. Impresionante chilena de Murillo. 2-0. M. 21. Recio, tras fallo de Mariño. 3-0. M. 54. Recio. 4-0. M. 77. El Arabi.

Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Omar, Rukavina y Rueda.

Los Cármenes. Unos 18.000 espectadores.

En apenas 10 minutos, los andaluces gozaron de una clarísima ocasión, por mediación de Piti, y anotaron el primer gol del encuentro. El tanto fue una auténtica delicia de un jugador a seguir. Es el central colombiano Murillo, de 21 años, que se inauguró como goleador en Primera con un impresionante remate de chilena. La Liga, incluso en sus avernos, guarda estos tesoros. El zaguero remató un buen pase de Brahimi, muy activo durante todo el encuentro.

Mariño, que había estado fabuloso en la ocasión de Piti, salió a por uvas en un saque de esquina lanzado por Fran Rico. Recio lo tuvo más fácil que Murillo para anotar a puerta vacía el segundo gol del Granada. En definitiva, el choque había quedado prácticamente sentenciado en 20 minutos, jugados por el Valladolid a un ritmo muy bajo y concediendo facilidades en defensa. Una mezcla explosiva que explica su delicada situación. El Granada, sostenido por un trivote potente, Recio, Iturra y Fran Rico, comenzó a vivir con mucha tranquilidad.

Juan Ignacio Martínez se la jugó dando entrada a un doble cambio, Sastre y Larsson. Pero no está el Valladolid para remontadas. En él, además, confluyen los típicos defectos de los equipos en apuros. Sastre se lesionó a los pocos minutos de estar en el campo, siendo sustituido por Baraja. Larsson, algo activo, falló un increíble gol a puerta vacía. El colmo de los despropósitos llegó cuando Rueda regaló un balón a Recio. El centrocampista completó su buena actuación con un gol en el que combinó velocidad y buen golpeo. El tanto desactivó cualquier esperanza visitante, entrando el partido en una fase de escaso ritmo. Todavía el Valladolid concedió otro gol en un error a la salida de un saque de esquina, con El Arabi en posesión dudosa. También hubo tiempo para algún gesto técnico fantástico de Piti, como un tiro de 35 metros que estuvo a punto de sorprender a Mariño.

Los 23 puntos que acumula el Granada al finalizar la primera vuelta son más que aceptables para un equipo que tiene como principal objetivo lograr la permanencia. Al Valladolid, por su parte, le espera un camino lleno de sacrificios y penurias para intentar no dar con sus huesos en Segunda División. La primera premisa para salvarse para por no comenzar los partidos con menos intensidad que su rival. Algo imperdonable cuando te juegas la vida.

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