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Atlético y Barça no se dejan un milímetro

Los rojiblancos y los azulgrana igualan en un duelo intenso y confirman que apenas hay brecha entre ellos

José Sámano
Iniesta conduce el balón rodeado de jugadores del Atlético
Iniesta conduce el balón rodeado de jugadores del Atlético Juanjo Martín (EFE)

No se vencen ni a tiros. No hay brecha entre el Atlético y el Barça, de tablas en tablas. Tres retos en lo que va de curso y ninguno ha podido cantar bingo. Los ilustres azulgrana frente a la fuerza del colectivo colchonero por episodios, tres duelos intensos, equilibrados, un choque de estilos vibrante, señal de que en el fútbol hay más de una carta. En el Manzanares se vio otro capítulo intenso, un encuentro muy ajedrecista al comienzo que se desató cuando se activó Arda y su expansión coincidió con la salida de Messi. Aguantó el Atlético, resistió el Barça, que compitieron por cada palmo hasta el pitido concluyente. De algún modo, una victoria para el cuadro de Simeone, que en su “partido a partido” suma y sigue incluso antes los gigantes. De algún modo, un triunfo para los de Martino, que en una plaza de enjundia y ante un adversario colmado por su tránsito reciente no salió desairado pese a no contar con Messi y Neymar en plenitud.

ATLÉTICO, 0 - BARCELONA, 0

Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Arda, Gabi, Tiago (Cristian Rodríguez, m. 82), Koke; Diego Costa y Villa (Raúl García, m. 76). No utilizados: Aranzubia; Alderweireld, Insúa, Guilavogui y Sosa.

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Sergio Busquets, Xavi, Iniesta (Messi, m. 46); Pedro (Sergi Roberto, m. 81), Cesc y Alexis (Neymar, m. 67). No utilizados: Pinto; Bartra, Song y Adriano.

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó Gabi, Godín, Jordi Alba, Mascherano y Alves.

54.800 espectadores en el Vicente Calderón.

En el arranque, poco le duró el nervio al Atlético, desbravado muy rápido por el Barça, equipo capaz de anestesiar a cualquiera. El toque de corneta inicial de los de Simeone, equipo vitalista, enérgico, quedó atenuado en cuanto los azulgrana amansaron el juego con un fútbol algo somnoliento, más dirigido a templar la noche y rebajar los decibelios del Manzanares que a amenazar de entrada a Courtois. Los porteros pasaron un tiempo a la bartola.

El Barça no cayó en las emboscadas rojiblancas y el Atlético, para disgusto de su técnico, quedó encapsulado al principio. No es un equipo que se sienta incómodo sin la pelota, pero ante el líder tardó en tener respuestas con ella. Los colchoneros se alejaron demasiado de Víctor Valdés, con lo que se sentían incapaces de penalizar a su adversario tras un quite. El Atlético quiso correr a muchas, muchas cuadras del área barcelonista y sin apenas efectivos, con muchos futbolistas contenidos, incluidos los laterales, que suelen ser una vía de escape para los rojiblancos. No era el Atlético de las cumbres, sometido al ritmo de su rival, que no necesitó asustar a Courtois para sentirse gobernador. Si en el comienzo no hubo focos para los guardametas, tampoco para gente como Villa y Alexis, de puntillas por el Calderón, del que fueron apeados antes del final. Combativos como son, a Pedro y a Costa les faltó sutileza, siempre vencidos por sus custodios, con Mascherano y Miranda muy firmes. Sin forzar en ataque, el Barça se mantuvo a la espera de Messi y Neymar, suplentes.

Messi, suplente de inicio, es un partido por sí mismo, con él todo es posible

Fuera por el imponente cartel que aún tienen los de Martino o por la pericia de estos para amansar a contrarios de corte más físico, lo cierto es que los azulgrana consiguieron neutralizar un largo periodo a jugadores como Arda y Koke, capitales para catalizar el juego ofensivo del Atlético. Durante muchos tramos uno y otro se limitaron al pico y la pala, corre que te corre tras la pelota, su sustento. El peligro local se redujo a las jugadas con el balón parado, una veta que explota de maravilla por el físico de su plantel y el laboratorio de Simeone. Posesivo, el Barça tuvo fin en la periferia del área hasta que Messi despegó del banquillo.

Vista la alineación visitante era fácil adivinar que en el Manzanares se preveían dos partidos, con y sin Messi. La Pulga es un partido por sí mismo, con él todo es posible. Otra cosa es constatar su estado físico, difícil de presagiar porque es cuestión de Estado en el Barcelona. La entrada del argentino tras el descanso por Iniesta, saco de todos los golpes en un encuentro tenso pero sin brusquedades, dio otro aire al Barça, que ya en algún pasaje logró intimidar a su adversario. La irrupción de Neymar tuvo menos peso. El Atlético no tiene un banquillo tan deslumbrante, pero tiene sus armas y Simeone recurrió a Raúl García, que lleva un curso en ebullición.

Con el duelo al filo para unos y otros, la mejor respuesta a la pujanza de Messi llegó por parte de Arda, ya con más soltura en la última media hora, en la que su equipo ya no se quemó con la pelota, no la atizó como al principio. Con él logró estirarse más el Atlético, tener más hilo en ataque. Con el argentino y el turco al frente, el choque se mantuvo abierto, sin las correas iniciales y con más pulso. El que se espera de los que por ahora son los dos principales aspirantes al título. Con el Madrid con opciones de arrimarse un poco más, la cabeza es un nudo. Al Barça se le esperaba, el Atlético está con un mérito enorme y ni el campeón le ha podido descolgar. La primera rueda de ambos ha sido fantástica y el Atlético parece apuntarse al ritmo de los 100 puntos. La intriga continúa. Por el momento, entre Atlético y Barça no hay un milímetro, ni en la Liga general ni en la particular.

El resumen del partido

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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