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Arde Melbourne

La ola de calor que asola la ciudad provoca desmayos y vómitos en un día con seis abandonos por lesión Federer, récord de grandes seguidos (57), Verdasco, Muguruza y Suárez, a segunda ronda Carla Suárez pasa de ronda

Juan José Mateo
El canadiense Frank Dancevic se refresca.
El canadiense Frank Dancevic se refresca.Aijaz Rahi (AP)

Al niño recogepelotas que se desvanece contra el suelo solo le rescata Daniel Gimeno-Traver, que luego pierde 6-7, 1-6, 6-4 y 6-2 frente a Raonic. Esto es el verano australiano: más de 30 grados a las 09.00; 40 de media durante las horas centrales del día; y picos infernales por encima de los 43 que se van cobrando víctimas a lo largo de una jornada que deja seis abandonos, a una tenista vomitando (Peng), a otro desmayado que antes vio a Snoopy (Dancevic), a los tranvías cancelados y a las gradas de las pistas exteriores casi vacías, tan insoportable es el calor, tan castigador el sol y sus rayos.

“Se podría haber frito un huevo sobre el cemento”, dice Jo-Wilfried Tsonga tras deshacerse 7-5, 6-3 y 6-3 de Volandri. “Con el calor, la bola vuela”, le prolonga Roger Federer tras celebrar el récord de grandes disputados consecutivamente (57) eliminando 6-4, 6-4 y 6-2 a Duckworth. “¿Y el aire? ¿Dónde se ha ido el aire?”, resopla Fernando Verdasco mientras remonta 5-7, 6-3, 6-2 y 6-3 ante Zhang. "Fue como jugar sobre una sartén", añade Victoria Azarenka, la defensora del título, tras ganar 7-6 y 6-2 a Larsson. La jornada es una masacre fruto de la mezcla de temperaturas demoniacas; dolores previos acentuados por el cemento hirviente; cerebros cocidos como para seguir luchando bajo ese castigo divino; y mala praxis: igual que Isner, Reister, Haase, Tomic y Stepanek se retiraron de sus duelos tras disputar varias mangas, Polona Hercog ganó 30.000 dólares australianos (casi 20.000 euros) tras disputar seis puntos, ganar uno, y abandonar frente a Cornet. No estuvo ni cinco minutos en la pista. Inmediatamente engrosó una lista impresionante: en lo que va de 2014, ni siquiera seis torneos completos, ya casi 40 tenistas han dimitido antes de empezar o se han retirado de su partido.

"Mucho respeto hoy a todos jugadores y valientes que estan viendo el Open... Es salir fuera un segundo y el calor te da un puñetazo tremendo Tommy Robredo

En Melbourne, además, coincide la dureza de la competición sobre cemento con unas circunstancias climatológicas extremas. "Mucho respeto hoy a todos jugadores y valientes que estan viendo el Open... Es salir fuera un segundo y el calor te da un puñetazo tremendo", reflexionó Tommy Robredo.

“Lo más importante es que los jugadores empiecen el día bebiendo mucho, de forma progresiva, con bebidas isotónicas”, explica el doctor Ángel Ruiz Cotorro, de la federación española, que vio a más de un recogepelotas desmayado durante la jornada, a Peng vomitando durante el segundo set, a Dancevic desmayado sobre el cemento (se recuperó, pero perdió con Paire) y a varios partidos femeninos aplicando la regla de calor, que permite a las mujeres detener el encuentro diez minutos entre set y set. “Los jugadores deben llegar muy bien bebidos y comidos al partido, y en el partido deben comer desde un tiempo más temprano que otras veces, a la media hora de encuentro”, continúa el médico. “Les recomendamos que usen hielos en todos los cambios, no solo en la región cervical, sino incluso en las piernas, formando esas toallas llena de hielo y con agua muy fría. Es la pauta a seguir”, añade. “Hay que enfriar el cuerpo”.

Con el público celebrando cada nube con aplausos y los recogepelotas siendo rotados 15 minutos antes de lo normal, las previsiones apuntan a que la ola de calor no cederá hasta el sábado. Con el sol asegurado, los tenistas dependen ahora del viento, generoso el martes en Melbourne, y del índice de humedad, que fue benigno en la segunda jornada del torneo. En nada afectaron las condiciones de juego a Carla Suarez. Como si los dolores en el codo y el calor no fueran con ella, la número 16 mundial se deshizo en primera ronda de King por 6-3 y 6-2. Lo mismo hizo Garbiñe Muguruza, que prolongó su momento dulce (ganó su primer título la pasada semana) tumbando a una de las 25 mejores tenistas del mundo: 6-2, 2-6 y 6-2 a la estonia Kanepi, la número 23.

Mientras arde Melbourne, sigue el tenis.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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