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“No se cansan de jugar finales”

Martino resalta la “alegría” de sus futbolistas por entrar en la pelea por otro título, el sábado 19 de abril en el clásico

Mascherano defiende a Griezmann, ante Pinto.
Mascherano defiende a Griezmann, ante Pinto.RAFA RIVAS (AFP)

Antes de viajar a San Sebastián, escondido entre elogios a sus jugadores, el técnico azulgrana, Tata Martino, también lanzó un aviso que pasaba por jugar un buen partido. Frente a la Real, aunque el duelo acabó en tablas, el Barça gobernó el juego y las ocasiones, también el balón. “Demostraron que están acostumbrados a jugar las finales y, salvo en algunas ocasiones del segundo tiempo, cuando quizá nos permitimos algunos despistes, se jugó bien”, argumentó el preparador.

Lo mismo entendió la plantilla. “Hemos realizado un buen encuentro, con la posesión de la pelota y ocasiones. Es verdad que hemos empatado, pero no hemos sufrido para nada”, explicó Piqué. Iniesta abundó: “Cuando los jugadores sobresalen [en referencia a él y Messi] es mérito de todo el equipo. Ese es el reto, estar bien todo el equipo”. Y, en Anoeta, pocos dieron carrete a la crítica, más allá de Alves, que se descolgó en el gol rival; y lejos de señalar a Pinto, que suma los duelos por éxitos y que se gusta en su trofeo, hasta el punto de que anoche se marcó tres regates en tres jugadas distintas, jugando con fuego pero a lo que exige el Barça, con la salida del balón limpia y al toque.

Felices por el triunfo y por el salvoconducto para la final, los jugadores se abrazaron y chocaron las palmas con el pitido final. “Está muy bueno que estos futbolistas sigan valorando el poder acceder a una final. De la misma manera que sabían las dificultades que nos iban a presentar los rivales, también han demostrado una alegría que no sé si se encuentra en planteles que se cansan de jugar finales”, reflexionó Martino. Le siguieron la cuerda sus futbolistas. “Cuesta mucho llegar a las finales, por más que llevamos años consiguiéndolo”, señaló Busquets. “Siempre es un refuerzo positivo para lo que resta de temporada”, amplió Piqué. “Una buena oportunidad para conseguir otro título”, matizó Iniesta. Y recogió el testigo el propio Martino: “Hay tres objetivos en el año y uno de ellos ya lo hemos logrado. Un objetivo más cumplido por estos jugadores que año tras año llegan a disputar las finales. Es un premio para ellos y yo estoy para acompañarlos”.

El estadio de la final aún no se conoce, aunque puede repetir Mestalla

Será el sábado 19 de abril, en un estadio todavía por conocer —puede repetir Mestalla por lo que supone de campo con buena capacidad y de ciudad punto de encuentro para las dos aficiones—, y será la séptima final entre ambos equipos. Esta vez el clásico servirá además para desempatar un balance de tres victorias en las finales para cada uno de los conjuntos, la última en el estadio del Valencia en 2011 para el Madrid, con aquel cabezazo de Cristiano Ronaldo a centro de Di María que batió a Pinto. Mestalla, por cierto, ha sido el escenario más repetido en estos enfrentamientos, sede de las finales de 1936 (ganó el Madrid), 1990 (ganó el Barça) y la de 2011. El Bernabéu, el Calderón y la Romareda han sido los otros marcos del clásico.

“Será un muy buen partido para cualquier jugador. Son dos grandes equipos en la lucha por el título, aunque ahora eso hay que dejarlo aparcado. Primero está la Liga y la Champions”, afirmó Busquets en referencia a una competición doméstica en que se vive una gran igualdad en la cabeza de la tabla y los octavos de la Champions, a la vuelta de la esquina contra el Manchester City.

“Es una gran final”, apuntó Iniesta, “dos equipos muy potentes. Queda muy lejos, pero estar ya en la final es un mérito muy importante”. “Hay que jugar como hoy”, analizó Piqué. “Es una rivalidad histórica. Una final es algo positivo y bueno, aunque el equipo ya estaba con confianza para jugar contra cualquier equipo”.

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