Oxlade-Chamberlain absuelve al Arsenal

Aunque no sea del todo comparable, un partido de revancha en sí mismo sigue siendo una oportunidad para resarcirse de un fallo o para ahondar en una herida, por más que éste se haya producido en otra competición. El Arsenal, que cayó estrepitosamente en la Premier 5-0 ante el Liverpool, pudo devolverle hoy el golpe en el Emirates Estadium, eso sí, en la FA Cup. Lo consiguió gracias a la actuación de uno de sus jugadores más en forma, Oxlade-Chamberlain, que con un gol y una asistencia anuló a unos reds voluntariosos que dicen adiós al trofeo de copa en los octavos de final.

En el juego de las diferencias respecto al partido de liga, el Arsenal arregló varios de los tachones de entonces. Presionó más al Liverpool, intentó aislar a sus extremos, y movió el balón con mayor velocidad en cerca del área rival. Si hace ocho días Arteta tuvo problemas a la hora de dar salida el balón, esta vez estuvo bien ayudado por Flamini. El español se centró en buscar a Oxlade-Chamberlain en la banda derecha. Si acaso hubo alguna similitud en el conjunto de Wenger con el borrón de hace una semana, fue a la hora de jugar con su delantero centro. Sanogo sustituyó a su paisano Giroud en la punta del ataque, y las diferencias fueron evidentes. El internacional sub-20 francés apenas había disputado hasta hoy dos partidos con los gunners. Lesionado de gravedad al comienzo de la temporada, la confianza de Wenger en él es total. Sin embargo, la falta de partidos se le notó principalmente a la hora de ejecutar movimientos precisos en espacios reducidos y a la hora de definir. Hasta en tres ocasiones disparó al aire el galo, mientras el balón se le escondía entre las piernas.

En esa lucha de intensidad, el Liverpool trataba de desahogarse utilizando la pillería de Suárez. Ocupado Gerrard con la ayuda a los defensas, fue Coutinho el principal lanzador del ataque de los reds. El receptor principal, en un estilo que cada vez se asemeja más al del fútbol americano, fue Sterling, el obús jamaicano. Monreal, que sustituyó a Gibbs en el lateral izquierdo padeció el galope imparable del extremo. Comparten ambos equipos una banda derecha demoledora, un carril por el que las soluciones llegan con un simple balón en largo. Oxlade-Chamberlain tenía las piernas frescas y lo demostró al cazar un balón suelto tras un mal despeje dentro del área del Arsenal. Con un disparo raso batió a Jones y rubricó la primera diferencia imborrable del duelo.

Con el gol ganaron serenidad los gunners pero perdieron posesión ante un Liverpool sorprendido por lo ocurrido pero sabedor de que a diferencia de otras temporadas posee un saco más profundo de alternativas. Con Coutinho de nuevo encontrando huecos entre la línea de tres del centro del campo del Arsenal, Suarez y Sterling maniobraron con algo más de peligro. El uruguayo es garantía de peligro, y por más que se le presuponga marcado con dos jugadores encima suyo, es tan capaz de soltar un latigazo desde fuera del área como de asistir desde la línea de fondo.

Sin embargo, y aunque por momentos se motivase a trompicones, el Arsenal, gracias a un Özil intermitente, aunque con algún fogonazo de luz ocasional, fue capaz de volver a golpear al Liverpool. Un pase interior del alemán a Oxlade-Chamberlain, que pisó la línea de fondo como un caballo desbocado, terminó gracias a una genial asistencia del inglés en las botas de Podolski que de primeras volvía a superar a Jones. Decisivo el delantero alemán en la definición de la jugada, se le notó la falta de pericia en defensa cuando minutos después derribó a Suárez dentro del área en una jugada carente de peligro. Gerrard engañó a Fabianski y provoco el tembleque de los locales. Tanto  que dos minutos más tarde Sturridge pudo empatar el partido pero el portero polaco aguantó bien el último quiebro del inglés cuando ya se había hecho con el hueco suficiente. Se guardó Fabianski una mala salida en los últimos minutos de partido que pudo suponer de nuevo el empate para el Liverpool pero el cabezazo de Agger salió lejos de la portería. Y así, con varios sustos de por medio, se consumó la venganza copera del Arsenal.