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“Adelina, Rusia está orgullosa de ti”

Putin y Rusia defienden el oro de la patinadora Sotnikova sobre la coreana Kim, cuestionado por los medios americanos y asiáticos.

A. I.
La rusa Adelina Sotnikova compitiendo en la prueba de patinaje artístico estilo libre femenino.
La rusa Adelina Sotnikova compitiendo en la prueba de patinaje artístico estilo libre femenino. Matthew Stockman (Getty Images)

Adelina Sotnikova se ha convertido hasta la fecha en el oro más polémico de los Juegos de Sochi. No para el público ruso, que el jueves abarrotó el Iceberg Palace y celebró enfervorecido, aplaudiendo y arrojando flores y peluches al hielo como manda la tradición, el triunfo de su patinadora, sobre el papel una segundona, sobre la Reina Kim, la coreana que lo ha ganado todo. Pero sí para algunos medios americanos y asiáticos, que han cuestionado las puntuaciones e incluso apuntan al conflicto de interés de alguno de los nueve jueces implicados. Rusia se defiende. Hasta el presidente Putin ha mandado, a través de la web del Kremlin, un mensaje a la nueva campeona de 17 años: “Has ganado y conquistado una cota por la que el equipo ruso de patinaje ha trabajado tantos años… Toda Rusia está orgullosa de ti”.

La discrepancia en las puntuaciones ha llegado a provocar que un usuario reclame “una investigación en torno a la polémica final de patinaje artístico femenino en los Juegos de Sochi” ha en la plataforma Change.org que hasta el momento ha recogido ya más de 1.500.000 firmas de apoyo.

Desde el mismo momento en que la patinadora rusa, la segunda en teoría del equipo, lloraba incrédula su victoria en la noche del jueves comenzaron los comentarios en los pasillos del Iceberg Palace y en los medios de comunicación americanos: “¿En serio ha patinado mejor que la coreana Kim?”. The New York Times incluso apuntó directamente a dos jueces: la rusa Shakhotseva, casada con un directivo de la Federación Rusa de Patinaje, y el ucraniano Belkov, suspendido un año por amañar las notas en Nagano 1998.

En este ambiente, el equipo ruso de patinaje en pleno, con Sotnikova y Liptiniskaya, la estrella adolescente caída que era la favorita, entrenadores y directivos de la federación, se ha enfrentado hoy a periodistas de todo el mundo en una multitudinaria rueda de prensa. “Adelina es la campeona. Nunca la vi tan concentrada ni patinar tan bien”, ha dicho Eteri Tutberizde, una de las entrenadoras; “quizá alguien puede pensar que Kim yu-Na fue ayer mejor, pero no para mí. Adelina es la mejor”. Cuando acabó sus palabras, la sala se llenó con los aplausos de los periodistas rusos.

La polémica es algo habitual en el patinaje. Es lo que siempre ocurre en los deportes que, como la gimnasia o la natación sincronizada también, dependen de la percepción subjetiva de unos jueces. Aunque el margen de discrecionalidad se ve reducido por un código de puntuación que establece de forma rígida el valor de cada dificultad, ese margen siempre existe. Como dijo la estadounidense Ashley Wagner, que solo pudo ser séptima y a la que hay quien acusa de haber sido incluida en el equipo americano por razones comerciales más que deportivas, “este deporte necesita objetividad si queremos que más gente crea en él”.

No es que los escépticos con el triunfo de Sotnikova, el primero del patinaje femenino ruso en unos Juegos, criticaran su forma de patinar. La rusa interpretó su programa de forma increíble y clavó todos los saltos menos uno, donde dudó un instante pero sin llegar a caerse. Pero mejoró su mejor marca en más de 18 puntos.

Los que la defienden aseguran que la rusa introdujo un triple más que su más directa rival, la campeona olímpica en Vancouver 2010 que apenas ha competido este año y que encabezaba la clasificación tras el primer día de competición. Pero lo cierto es que ningún equipo reclamó las notas, según han confirmado tanto el Comité Olímpico Internacional como la Federación Rusa de Patinaje.

El equipo ruso no quiere ni oír hablar de los jueces. “Este no es el lugar para discutir esta cuestión”, zanjó Tutberizde al redactor de The New York Times que le inquirió sobre el asunto. Y su colega Yelena Buyanova, entrenadora de la campeona, añadió: “La juez de la que habla era juez antes de casarse. No tiene ningún sentido discutir esto. Todos respetamos a las grandes patinadoras como Kim”.

¿Y qué piensa la campeona? “Cuando terminé, lo único que pensé es que había hecho lo que tenía que hacer”, ha dicho con una sonrisa. “Soy campeona olímpica, pero esto no es el final. Quiero ganar más”. Putin y Rusia están orgullosa de ella.

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Sobre la firma

A. I.
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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