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El Sevilla, sin complicaciones

El equipo de Emery tira de oficio para superar (2-1) con facilidad a un Maribor al que apenas dio opciones

Rafael Pineda
Gameiro con el balon frente a Arghus del Maribor.
Gameiro con el balon frente a Arghus del Maribor. Jorge Guerrero (AFP)

Cómodo pase del Sevilla a los octavos de final de la Liga Europa, asentado en un extraño gol de Reyes al filo del descanso y la distancia abismal en calidad que existe entre el cuadro andaluz y el Maribor esloveno. El Sevilla no necesitó su mejor versión para desarbolar a los eslovenos. Fue eficaz y dominó el encuentro, aunque su primer tiempo fue más bien discreto. En Europa, el Sevilla se mueve con destreza, pues suma 12 partidos sin conocer la derrota y ha roto con el gafe que le perseguía desde 2007. Desde que fue campeón por segunda vez de la Copa de la UEFA, el equipo andaluz había caído en las tres eliminatorias europeas que disputó después del parón invernal. Sin duda, factores positivos en el haber de un Emery cada vez más discutido por el entorno. Ahora, ante el Betis, en un inédito derbi europeo, el técnico vasco se jugará buena parte de su futuro.

SEVILLA, 2; MARIBOR, 1

Sevilla FC: Javi Varas; Alberto Moreno, Fazio, Pareja (Iborra, min.46), Figueiras; Carriço, Reyes (Marin, min.73), Trochowski, Rakitic; Vitolo y Gameiro (Bacca, min.81). No utilizados: Beto, Cristóforo, F. Navarro y Coke.

Maribor: Handanovic; Milec, Rajcevic, Arghus, Viler; Filipovic, Mezga (Cvijanovic, min.53), Bohar, Dervisevic; Mertelj (Vrsic, min.60) Mendy (Vrsic, min.60). No utilizados: Vuklisevic, Zahovic, Mejac y Cotman.

Goles:1-0. M. 42. Reyes. 2-0. M. 59. Gameiro. 2-1. M. 92. Vrsic

Árbitro: Luca Banti (Ita). Amonestó con tarjeta amarilla a Mezga (min.49), Cvijanovic (min.69) y a Filipovic (min.85) en el Maribor.

Ramón Sánchez Pizjuán. 30.000 espectadores.

No está el Sevilla para demasiados trotes. Padece una pizca de ansiedad, lo que alborota algo sus esquemas. Emery busca y busca, pero raramente da con la fórmula. Ante el Maribor, un equipo animoso pero poco más, el Sevilla ofreció 10 minutos buenos, una puesta en escena que le correspondía por su favoritismo y el empeño que había puesto el entrenador en no seguir la estela del fracaso copero ante el Racing. Un equipo fuerte y dinámico, que se puso en dos ocasiones de gol por mediación de Gameiro y de Reyes. Sus disparos fueron bien repelidos por Handanovic. Cumplido con lo preceptivo, el equipo de Emery fue bajando el ritmo de forma más que preocupante. Su dominio a partir de ese instante fue irreal, sin picante. Quizás es que poco se podía pedir de un centro del campo compuesto por Carriço y Trochowski. Tampoco Rakitic tenía su día, con todo lo que eso conlleva en el Sevilla teniendo en cuenta el peso del croata. Mientras el Sevilla amagaba y no daba, el Maribor tampoco acababa de creérselo, con lo que el partido acabó por los suelos.

Cuando el primer tiempo languidecía, llegó una jugada con un protagonista inesperado. Reyes, que ofreció solo detalles de su clase, pues el físico ya no le acompaña, presionó el golpeo de Handanovic con una fe desconocida. El balón rebotó en la espalda del andaluz y entró mansamente en la portería del Maribor. Un gol inimaginable en un futbolista como Reyes. El tanto, increíble, llegó cuando menos lo merecía el Sevilla, al que parecía sobrarle el partido.

El tanto anestesió al Maribor, que apenas tuvo ya capacidad para pleitearle el encuentro a los de Emery. El Sevilla se tranquilizó y dominó a su antojo, siempre sin grandes alargues, sabiendo aprovechar la debilidad del equipo esloveno. Así, un buen toque de Vitolo en busca de Gameiro lo tocó Arghus para dejarle franco el balón al francés. El delantero cruzó la pelota de forma estupenda. Gameiro apura sus opciones de jugar el Mundial con Francia y se le nota, picado por arrebatarle la titularidad en Liga a Bacca.

Con el segundo tanto se acabó el partido en el Ramón Sánchez Pizjuán. Sevilla hierve ahora con un derbi continental histórico.

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