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Brasil pretende “sorprender y encantar” en el Mundial

Brasil trabaja a destajo para finalizar las obras y hacerle ver al mundo que está capacitado para organizar el evento pese a los retrasos en las obras y las posibles revueltas sociales

Ladislao J. Moñino
Edmilson, ex internacional brasileño y campeón del mundo en 2002, posa junto a la mascota de Brasil 2014.
Edmilson, ex internacional brasileño y campeón del mundo en 2002, posa junto a la mascota de Brasil 2014. Europa Press

A menos ya de 100 días del Mundial, Brasil trabaja a destajo en dos frentes: acabar a tiempo los estadios y tratar de mostrar al mundo que está capacitado para organizar un evento que pondrá los ojos del mundo entero sobre el país. Madrid ha sido una de las sedes escogidas por el Comité Organizador, junto a París, Lisboa o Johannesburgo para promocionar el evento, el propio país y, de paso, ante las preguntas de los periodistas, dar explicaciones sobre los retrasos en las obras o sobre el clima de incertidumbre que se generó durante la pasada Copa Confederaciones por las manifestaciones populares que demandaban principalmente mejoras en educación y sanidad.

El acto A 100 días de la Copa del Mundo fue organizado en la Casa de Brasil de Madrid. Allí comparecieron el viceministro brasileño de deportes, Luis Fernandes, el embajador brasileño en Madrid, Paulo César de Oliveira , y Saint-Claier Milesi, director de comunicación del Comité Organizador. También asistieron los ex futbolistas Edmilson, campeón de mundo con Brasil en 2002, y Demetrio Albertini, ex internacional italiano y actual vicepresidente de la federación italiana.

Todas las infraestructuras necesarias tienen que estar listas para el Mundial y estarán" Luis Fernandes, viceministro de deportes de Brasil

Tras los vídeos y los discursos promocionales, fue Luis Fernandes el que llevó el peso en las explicaciones ante las cuestiones incómodas que se le plantearon sobre las demoras en la construcción de los estadios y las revueltas en las calles durante la Copa Confederaciones. “Brasil es un país democrático que reconoce la libertad de manifestación, y que haya protestas desde el punto de vista del Gobierno no es un problema, es un derecho inalienable. Lo que sucedió en la Confederaciones es que las manifestaciones acabaron con grupos no legítimos que cometieron actos vandálicos”, advirtió Fernandes, que se apoyó en encuestas para asegurar que la mayoría de los manifestantes condenaron los actos vandálicos. "El Mundial dejará una plataforma para que los brasileños puedan vivir mejor en el futuro", prosiguió Fernandes.

Ante los problemas durante la ejecución del proyecto, incluidos la muerte de trabajadores que lamentó profundamente, Fernandes optó por hacer hincapié en una mirada hacia adelante. “En la cuestión del retraso en las obras hay que verlo con perspectiva. Todas las infraestructuras necesarias tienen que estar listas para el Mundial y estarán". El estadio de Curitiba, en el que España disputará el tercer partido de la fase de grupos ante Australia, es uno de los que más retraso acumula: "Ya está el 93 % del estadio terminado y por eso el pasado día 18 se pudo garantizar que Curitiba seguía siendo una sede". Todos los estadios que faltan por terminar tendrán que pasar tres pruebas para determinar si reunen las condiciones necesarias para albergar partidos: la primera con un partido ante 10.000 espectadores, la segunda con otro ante 30.000 y la tercera a aforo completo.

El estadio de Curitiba, en el que España se medirá a Australia y fue puesto en duda, ya está construido en un 93% 

Fernandes justificó la opción de las 12 sedes, en vez de haber optado por un número menor que hubiera generado un proyecto menos problemático y más económico, porque "es una oportunidad histórica y única para fomentar el desarrollo por todo el país". Puso como ejemplo Manaos, la sede amazónica, a la que la infraestructura tecnológica que el Mundial dejará como legado permitirá que su universidad pueda estar conectada permanentemente a la red de investigación científica de todo el país mediante la llegada de la fibra óptica. Brasil "pretende sorprender y encantar" a todo el mundo merced a su riqueza cultural, a su tolerancia, que el fútbol ayudó a construir.

No pudo evitar Fernandes hablar del Maracanazo, la historia de las historias del fútbol mundial: "Hay que exorcizar ese fantasma con la victoria. Luego se podrán ganar cinco o seis Mundiales más, pero si se gana en este se sacará de encima este fantasma".

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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