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Messi abraza las dudas

Argentina, sin ideas ni puntería, solo empata ante Rumanía en un partido donde apenas Agüero y Lavezzi dejaron algún destello

Faustino Sáez
Messi intenta controlar ante Rat
Messi intenta controlar ante RatRADU SIGHETI (REUTERS)

Argentina es un quiero y no puedo y Messi un mar de intrigas. El lenguaje corporal de La Pulga es tan inquietante como el juego de un equipo con pocas certezas rumbo a Brasil. El plan inicial de Sabella pasaba por mezclar en el centro del campo el toque de Gago, el nervio de Mascherano y el dinamismo de Di María, como sostén y sustento de su flamante tridente ofensivo, acaudillado por Messi y agitado por Agüero e Higuaín. Pero a menos de 100 días para el comienzo del Mundial, el 4-3-3 de la albiceleste es tan versátil sobre el papel como inconsistente sobre el tapete.

A Rumanía le bastó la intensidad de sus hombres de banda, Tanase y Rat, y la pujante llegada del todocampista Maxim para hacerse con el mando del partido. Con un juego concreto y afilado, el conjunto de Piturca arrinconó a Argentina en la primera mitad y cargó de trabajo a su guardameta Sergio Romero, suplente en el Mónaco y en pleno casting por hacerse con el puesto en la selección.

Mientras Messi deambulaba destemplado, entre arcadas y vómitos, Argentina perdía el trazo y la idea con el paso de los minutos, reduciendo sus apariciones en campo contrario a los fogonazos inconexos de sus delanteros. Incapaces de masticar el juego, los de Sabella buscaban las dentelladas de Agüero como recurso. El punta del City, que llegaba al encuentro con apenas 60 minutos de rodaje en la Premier tras reponerse de su reciente lesión muscular, fue quien tuvo las ocasiones más peligrosas de su equipo, pero a la hora de partido se le acabó el depósito y fue sustituido por Rodrigo Palacio.

Rumanía, 0 - Argentina, 0

Rumanía: Tatarasanu (Pantilimon, m. 46); Matel (Luchin, m. 75), Gardos, Luchin, Rat; Tanase (Lazar, m. 56), Maxim (Torje, m. 50), Doru, Grozav; Stancu y Ciprian Marica (Rusescu, m. 67). No utilizados: Buzbuchi; Filip, Stancu, Papp, Rus y Anton.

Argentina: Romero; Zabaleta, Fernández, Basanta, Rojo; Mascherano, Gago (Lucas Biglia, m. 56), Di María (Maxi Rodríguez, m. 89); Agüero (Rodrigo Palacio, m. 56), Messi e Higuaín (Lavezzi, m. 75). No utilizados: Orión, Andújar; Campagnaro, Peruzzi, Sosa, Otamendi, Ricky Álvarez y Ever Banega.

Árbitro: Gianluca Rocchi (Italia). Sin amonestados.

55.000 espectadores en el estadio Nacional de Bucarest. Partido amistoso de preparación para el Mundial de Brasil 2014.

Para entonces ya había comenzado el carrusel de cambios y, el seleccionador rumano, sin Mundial a la vista, se entregó a las probaturas. Piturca retiró consecutivamente a sus tres mejores hombres sobre el césped, Maxim, Tanase y Ciprian Marica, y aunque los amarillos no perdieron entusiasmo, sí flaquearon en orden y firmeza. Aprovechó Messi la coyuntura para ensayar, más por compromiso que por convicción, algún eslalon en el balcón del área. Pero su zigzagueo se perdió en la madeja de piernas de la aplicada defensa rumana.

Lucas Biglia tampoco fue capaz de descifrar la brújula desnortada que le entregó Gago y Argentina se perdió en una sucesión de pases, tan espesa como insustancial. Solo Lavezzi estuvo a punto de alterar la soporífera inercia de un partido condenado a la nada. El delantero del PSG remató a bocajarro una combinación entre Messi y Palacio, pero Pantilimon, habitual suplente en el City con Pellegrini, despejó con un palmoteo felino y selló el 0-0 que retrató la ausencia de ideario y puntería de Argentina.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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