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Guardiola, contra la complacencia

Todo a favor del Bayern de Múnich, que defiende en casa y en un gran estado de forma el 0-2 del partido de ida ante el Arsenal

Pepe Guardiola bromea con Müller en un entrenamiento previo al partido contra el Arsenal.
Pepe Guardiola bromea con Müller en un entrenamiento previo al partido contra el Arsenal.Matthias Schrader (AP)

El principal peligro del Bayern este martes en el Allianz Arena es la complacencia. Sentirse con todo a su favor después de haber ganado 0-2 en la ida en el Emirates y venir de arrasar en la Bundesliga, donde ya está a 20 puntos del segundo (el Dortmund) tras haber demolido el sábado al Wolsburgo a domicilio (1-6). Las estadísticas en la Champions también los sitúan muy por encima de los gunners. El cuadro de Pep Guardiola suma 19 goles por solo 8 del de Arsène Wenger; 96 tiros a puerta por los 38 de los gunners; y 5.531 pases por 4.456. Toda esta exhibición de los bávaros, actuales campeones de Europa, podría volverse en su contra, según advirtió la prudencia de Guardiola, si se deja llevar por la euforia y no se centra en el partido.

"Debemos tener la pelota y atacar bien porque ellos tienen mucha calidad", ha declarado este martes el entrenador catalán del Bayern, consciente de que en la ida se vio beneficiado por las circunstancias: el fallo de Özil en el penalti a favor de los gunners, repelido por el portero Neuer; y la posterior expulsión del arquero local Szczesny antes de los goles de Kroos y Müller. Existe, además, el precedente inquietante del año pasado, en la misma competición, cuando el Arsenal, tras perder en casa 0-3, consiguió vencer 0-2 en el Allianz Arena, a punto de una remontada heroica sobre quien después se convertiría en campeón de la competición.

El Bayern parece dispuesto a pulverizar todos los récords. Rivaliza con el Real Madrid como el equipo más afinado de Europa. Espoleado por la presencia en el banquillo de un Guardiola con un pantagruélico desafío de superar el triplete de su antecesor, Jupp Heynckes, al ganar la Champions, la Liga y la Copa alemana. La Supercopa de Europa, ante el Chelsea de Mourinho, le dio a Pep una cierta tranquilidad, con el Mundialito de clubes y la Liga también en el bolsillo, tres títulos para empezar a hablar. La variedad de recursos también ha crecido exponencialmente con la presencia de Lahm como mediocentro, el renacimiento de Rafinha en el lateral derecho y la eclosión en la dirección del juego del español Thiago.

El Arsenal, por su parte, respiró este pasado fin de semana al golear 4-1 al Everton en los cuartos de final de la Copa inglesa, siendo el único grande en las semifinales de esa competición, junto a otros humildes como el Hull, el Wigan, de Segunda, y el Sheffield, de Tercera. Pero en la Liga, el conjunto de Wenger se ha desinflado una vez más, arrastrado por la ausencia en los últimos meses de Ramsey y, sobre todo, por la baja forma de Özil. Los gunners no ganan nada desde 2005. Les espera el Allianz Arena y un Bayern voraz que no quiere agradarse demasiado.

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