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El poder del toque

El Barça que más se acerca a sus raíces ha jugado con cuatro medios alrededor de Messi

Jordi Quixano
Martino, saluda a Messi al inicio del entrenamiento.
Martino, saluda a Messi al inicio del entrenamiento.LLUIS GENE (AFP)

En su último año como técnico del Barcelona Pep Guardiola llevó la idea al extremo, cuando decidió reunir a cuatro centrocampistas alrededor de Messi. Era el argumento del toque y la posesión por encima de todos los conceptos. Persiguió Tito Vilanova la misma patente y Tata Martino trató de voltearla, de encontrar en el juego directo la sorpresa que desnaturalizara a las ya habituales defensas abigarradas. “Hemos jugado de las dos maneras, con cuatro medios y con tres delanteros”, argumentó ayer Martino; “y con tres delanteros hemos llegado a un lugar bastante expectante en las competiciones”. Aunque en los duelos capitales, como en la Supercopa ante el Atlético, frente al Madrid en Liga y con el Manchester City en Europa, Martino recupera la fórmula de los medios. “Hay partidos en que es necesario que tengamos más el balón. Y eso lo dan los cuatro volantes (Busquets, Cesc, Xavi e Iniesta) dentro del equipo”. No ofrecen solo eso, toda vez que en los siete duelos (de los 44 disputados) que se han encontrado los cuatro, han sumado seis goles y no han encajado ninguno. El poder del toque en campo ajeno.

“A Leo le gusta llegar tocando, con paredes, no con pases largos”, dice Bilardo

Mascherano lo tiene bien claro: “Debemos ser fieles a nosotros mismos, quedar reconocidos con nuestro juego. El camino correcto es tener el balón”. Una filosofía que hizo al equipo el ejemplo universal. Ahora, después de los tropiezos ligueros —a cuatro puntos del Madrid— y un juego que está lejos de ser un imán para la afición, se duda de los intérpretes, que no del molde. Esa es la visión del planeta fútbol. “Un equipo joven solo piensa en ganar y ganar. Con los años, piensa en cómo mantenerse y, al final, se plantea hasta cuándo tendrá que mantenerse”, explica Carlos Salvador Bilardo, coordinador de las selecciones nacionales de Argentina. “Y todo el mundo sabe cómo juega el Barça. Ya no es un secreto y saben cómo defenderlo”, ahonda Dino Zoff, exportero de la Italia que ganó el Mundial de 1982. “No solo eso”, amplía Gustavo Poyet, técnico del Sunderland; “sino que es muy difícil mantener el mismo nivel tantos partidos y tantas temporadas. Muy, muy difícil”.

Con la seguridad de que el área deportiva agitará al equipo, al menos en la portería y la zaga, también con la intención de traer a un medio y otro delantero, la defensa de la plantilla empieza contra el City. Con los cuatro medios. “En los partidos cruciales deberían jugar los cuatro porque entienden perfectamente el juego y mantienen el ritmo que les conviene”, apunta Poyet. “Con ellos, el Barça tiene mucho más control del balón y aflora la calidad del resto. El problema es que últimamente se ha demostrado que solo con el control no basta”, matiza Zoff. “Y que también se desgastan de tantos años y cargas emocionales, deportivas y extradeportivas”, añade Bilardo.

El lazo para los volantes, en cualquier caso, es Messi. “Claro, a Leo le gusta entrar al área tocando, se siente cómodo cuando le lanzan la pared y no el pase largo”, señala Bilardo. “Con ellos detrás, Messi puede romper a cualquier defensa”, agrega Zoff. “Es que si están a su nivel...”, puntualiza Poyet; “ganan en todo menos en la velocidad para jugar a la espalda de la defensa rival”. Pero juegan al toque, a lo que saben, y, de momento, también con Martino les ha ido de fábula.

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