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Sin rival para el Chelsea

El equipo de Mou impone su ritmo para batir a un Galatasaray que no remata a puerta pese al emotivo regreso de Drogba

Drogba, abrazado por Ivainovic y saludado por Hazard.
Drogba, abrazado por Ivainovic y saludado por Hazard.BEN STANSALL (AFP)

Tumbado Cech en la hamaca toda la noche, el Chelsea alcanza los cuartos de final en una eliminatoria sin apenas desgaste, ante un rival invisible en Stamford Bridge, sin un solo tiro en todo el partido del Galatasaray. Ni exviejas glorias (Drogba y Sneijder) ni entrenadores tan bien remunerados y venidos a menos (Mancini) dieron al conjunto turco la mínima posibilidad. El Chelsea jugó como le gusta, agresivo para recuperar la pelota y veloz en la finalización, alumbrado por algunos destellos de Hazard. Y el síntoma de Azpilicueta, intratable como lateral izquierdo, en un estado físico afinadísimo. Se arrancó Eto’o en los primeros compases para perfilar la victoria, confirmada al filo del descanso por el remate a bocajarro de Cahill. A Fernando Torres, que había marcado el tanto del empate en Estambul, Mourinho solo le regaló los últimos cinco minutos, en lugar del enrachado Eto’o. Abrazado a Terry y admirado por todos, Drogba cayó abatido por la nostalgia de sus mejores años. Sin una sola opción ante sus excompañeros.

Eliminados el Arsenal por el Bayern y el Manchester City por el Barça, a la espera de si el United supera esta noche la renta de 2-0 del Olympiacos, el Chelsea podría quedarse como único representante inglés entre los ocho mejores de Europa, competitivos como son los conjuntos de Mourinho en medio del desierto de los conjuntos británicos.

CHELSEA, 2- GALATASARAY, 0

Chelsea: Cech; Ivanovic, Terry, Cahill, Azpilicueta; Lampard, Ramires, Hazard, Óscar (Schürrle, m. 81), Willian (Kalas, m. 92); Eto'o (Fernando Torres, m. 85) . No utilizados: David Luiz, Obi Mikel y Demba Ba

Galatasaray: Muslera; Eboué (Hajrovic, m. 76), Semih Kaya, Chedjou, Alex Telles; Felipe Melo, Kurtulus (Balta, m. 66), Burak Yilmaz (Umut Bulut, m. 53), Selcuk Inan, Sneijder; Drogba. No utilizados: Ceylan, Burdisso, Gulselam y Sarioglu.

Goles: 1-0. M. 3. Eto'o. 2-0. M. 41. Cahill.

Árbitro: Félix Brynch. Mostró tarjetas amarillas a Felipe Melo, Óscar, Ivanovic, Drogba y Selcuk Inan.

Stamdford Bridge. Unos 30.000 espectadores.

Distintas maneras de envejecer. Eto’o, de 33 años, se resiste al paso del tiempo: con el pelo a lo mohicano, rapado por los costados, el camerunés mantiene parte de la chispa que lo ha convertido en uno de los más laureados de la historia, alentado si cabe por las mofas del entrenador sobre su edad. A las primeras de cambio, en el minuto 4, recibió el pase abierto de Oscar para disparar raudo y cruzado ante la mano derecha blanda del meta uruguayo Muslera. Uno más de las docenas de tantos marcados así por Eto’o, que no hace prisioneros. El Chelsea tenía el partido donde quería: abierto el Galatasaray y muchos metros a su espalda para correr los mediapuntas blues (Oscar y Hazard), encargados de catapultar a Eto’o.

Sneijder, de 29 años, subraya ante el escaparate de la Champions una decadencia imparable, incapaz de recobrar el dinamismo con el que se sintió tantos años protagonista en el Inter y en la selección holandesa. Arrumbado por Mancini en el primer tiempo al interior izquierdo, su presencia resultó irrelevante. También en el segundo. La escasa resistencia del Galatasaray procedía de Drogba, de 36, de vuelta a casa envuelto en grandes honores de sus exaficionados. “Always in our hearts [siempre en nuestros corazones]”, le recibió Stamford Bridge. Drogba besó la cabeza de Mou, su exentrenador en el Chelsea, antes de chocar contra sus excompañeros, Terry y Cahill, dos rocas contra quienes ya no puede la energía al marfileño. Los pretendidos remates de chilena, se fueron al cielo. Las faltas directas, al limbo.

John Terry, de 33, ha recuperado el vigor de antaño, en evidencia en los córners a favor de los blues, entrando como un búfalo al punto de penalti para impactar de cabeza el centro de Lampard. El rechazo de Muslera lo remachó Cahill sin oposición, dejado el arquero uruguayo al pie de los caballos. A casi una decena de intervenciones fue obligado Muslera mientras Cech se estuvo abanicando hasta el final, esperando a un rival ya más serio en los cuartos de final.

El Chelsea se había tomado la segunda parte casi como un entrenamiento para la Liga, preparando su choque del sábado en casa ante el Arsenal, que lo persigue, junto al Liverpool, a cuatro puntos y un partido menos.

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