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El ‘demonio’ aguarda a Nadal

Hewitt logra su victoria 600 y se cita la madrugada de este sábado con el español, que debuta

J. J. MATEO
Hewitt celebra un punto ante Haase, en primera ronda.
Hewitt celebra un punto ante Haase, en primera ronda. Alan Diaz (AP)

Un tenista endemoniado aguarda a Rafael Nadal en su debut en el Masters 1000 de Miami (madrugada del sábado al domingo). Se llama Lleyton Hewitt, fue número uno mundial, hoy es el 44, tiene 33 años y el jueves logró una marca al alcance de muy pocos: de nuevo enrojecido de grito en grito, remontó 3-6, 6-3 y 6-3 al holandés Haase y asi sumó su victoria 600 en el circuito profesional. En toda la historia del tenis, solo 21 jugadores han alcanzado esa marca. Entre los competidores en activo, que son los que se han visto sometidos a mayores exigencias, porque nunca hubo tantos viajes ni tantos cambios de superficie (venenos para el cuerpo y la mente), solo otros dos han celebrado ese hito. Son Roger Federer (937) y Rafael Nadal (674).

"Y esta es la razón por la que sigo jugando", anunció el australiano, un tenista que es de fuego, gane o pierda; "para darme oportunidades ante los mejores jugadores".

Con Toni Nadal de vuelta al banquillo, el número uno busca recuperar el hilo del juego, que perdió en Indian Wells

Hewitt ha perdido los últimos cinco duelos con Nadal, pero sabe que el español no es el competidor granítico e inalcanzable de 2013. Tras un estimable comienzo de año, el mallorquín se enfrenta ahora a dudas que no ha conocido nunca en su carrera. El número uno mundial, que tiene una oportunidad inmejorable para sumar puntos en el ránking porque no jugó en Miami 2013, sintió un latigazo en la espalda durante la final que perdió en el Abierto de Australia. Desde entonces ha sido capaz de ganar un título (Río de Janeiro), pero no se ha vuelto a mover con la seguridad que le distingue y ha protegido frecuentemente las lumbares con esparadrapos. En Indian Wells, su templo de cemento (tres títulos), estuvo a punto de caer a la primera y se inclinó ya en su segundo partido.

Desde entonces, Nadal prepara Miami, un torneo que no ha ganado nunca, en el que se dio a conocer al mundo tumbando a Roger Federer (2004) y en el que siempre le ha afectado la humedad. El español dedicó los días que quedaron liberados en su calendario por la temprana derrota de California para atender a patrocinadores y entrenarse. En el segundo Masters 1000 de la temporada, Toni Nadal, su tío y entrenador, reemplazará a Francis Roig, el técnico que  acompañó en California al campeón de 13 grandes. El mallorquín, que se dice muy mejorado de la espalda, pone ahora el acento en otra preocupación: alertado por los dolores, en el último torneo perdió algo el hilo del juego. Fue un Nadal desnaturalizado, sin filo en el drive, en el que lo más reconocible fue el espíritu de lucha, la pelea como valor irrenunciable. En Miami, y ante Hewitt, Nadal busca a Nadal.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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