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Más intención que fútbol

El Espanyol gobierna el duelo, pero las manos de Keylor Navas firman el empate

Juan I. Irigoyen
Córdoba pelea por el balón con El Adoua.
Córdoba pelea por el balón con El Adoua.A. DALMAU (EFE)

El partido invitaba al Espanyol y al Levante a olvidarse del descenso, del objetivo prioritario en la Liga, toda vez que su cartera ni seduce ni da para más. A pensar que hay vida más allá de la zona de nadie. Y mirar a Europa. Pero todo sucumbió en las insinuaciones de los muchachos de Aguirre, más atrevidos que los de Caparrós, demasiado atados a su guion del pico y pala.

Amaneció el partido a merced de la fórmula favorita del Espanyol, la estrategia. Simão le puso rosca al esférico y Héctor Moreno se elevó más alto que todos en la cueva del Levante para martillar un testarazo fortísimo. Pero la custodia de los tres palos granotas está a cargo de Keylor Navas, un portero de garantías, que sacó a relucir lo mejor de su reportorio. Reflejos de oro para escupir el cuero. Avisaban los blanquiazules con lo mejor de su librillo, pero la tarde no estaba para alegrías.

ESPANYOL, 0; LEVANTE, 0

Espanyol: Casilla; Javi López, Colotto, Héctor Moreno, Fuentes; Víctor Sánchez (Torje, m. 90), David López; Stuani, Pizzi (Álex Fernández, m. 73), Simão (Córdoba, m. 59); y Sergio García. No utilizados: Germán; Raúl Rodríguez, Sidnei y Abraham.

Levante: Keylor Navas; Vyntra, David Navarro, Rodas, El adoua; Diop, Mate; Rubén García (Sissoko, m. 87), El Zhar (Víctor Casadesús, m. 64), Ivanschitz (Xumetra, m. 74); y David Barral. No utilizados: Javi Jiménez; Babá, Nikos y Pedro López.

Árbitro: Fernández Borbalán. Mostró la cartulina amarilla a Héctor Moreno, Diop, Rodas, David López, Fuentes, Rubén García y Córdoba. Tarjeta roja a Casadesús (m. 88).

Cornellà-El Prat. 19.665 espectadores.

El Levante se atrincheró cerca de Keylor Navas. Se sienten cómodos los muchachos de Caparrós sin la pelota y con las líneas apretadas, siempre muy vecinos a su portero. Así, más por la poca osadía de su rival que por su propia voluntad, el Espanyol se adueñó de la pelota. Y, al contrario que otras ocasiones en las que no supo cómo resolver el caramelo, no le chirrió. Sergio García encontró en Pizzi un buen amigo. Un socio que habla el mismo idioma de juego. Y con Simão con las pilas cargadas, el Espanyol manejó la pelota con paciencia. Siempre con más buenas intenciones que con profundidad, amenazó el área del Levante, aunque sin inquietar al arquero costarricense.

Los manuales de instrucciones del fútbol de Aguirre y Caparrós guardan profundas similitudes. Fundamentalistas del pragmatismo. El Espanyol y el Levante son esclavos de sus señas de intensidad. Morder y fútbol directo. Nada de glamour. Aferrado al 4-4-2, no había noticias en el equipo del técnico andaluz de Ivanschitz ni Rubén. Demasiado ajenos al juego. Y con Diop y Mate más pendientes de rascar que de tocar, Barral y El Zhar no podían decir ni pío. Pero el Levante también sabe de jugadas de estrategia y antes que sonara el pitido del primer tiempo Rodas pifió un remate a bocajarro y sin oposición alguna. Casilla solo pudo mirar, pero, para su fortuna, la pelota se perdió por el exterior de su poste derecho.

Aguirre y Caparrós, fundamentalistas del pragmatismo, guardan profundas similitudes

A la vuelta de los camerinos, sin embargo, el portero blanquiazul sí tenía algo que contar. Sacó un gran manotazo a la peinada de Barral, que por fin decía presente en el partido. Casilla otro paladín bajo los palos, también quería lucirse. Un susto para el Espanyol, que seguía mandando en el juego, pero que empezaba a perder fiereza defensiva. Con poco, el Levante se arrimaba al meta catalán. Movió la pizarra Aguirre y sacó a su cuate grandote —adjetivo que definía su exigencia veraniega de traer a un delantero centro para completar la plantilla—, Córdoba, por un Simão que antes de despedirse del partido malogró un buen pase de Sergio García al corazón de área. También entró al terreno de juego Álex Fernández por Pizzi; movía fichas el técnico mexicano, pero no encontraba respuestas. Algo que no desalentaba a la hinchada del Espanyol, que quiere creer en Europa.

Por entonces, el Levante ya estaba demasiado atornillado en su área. Perdió pausa el equipo de Aguirre, pero ganó vértigo con la entrada de Córdoba. Acechaba a Keylor Navas, con un hombre de más por la tarjeta roja directa a Víctor Casadesús después de una tarascada al punta colombiano. Sin embargo, todo quedó en cero.

Buenas intenciones de los muchachos de Aguirre, poco del Levante. Los dos se aferran a Primera División, pero se alejan de su sueño continental.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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