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“Cambiar para que nada cambie”

La victoria del clásico refuerza la idea del Barça de dar continuidad a su modelo por más que el futuro de Martino sea indescifrable

Los jugadores del Barça festejan un gol en el Bernabéu.
Los jugadores del Barça festejan un gol en el Bernabéu.P. HANNA (REUTERS)

En el área deportiva del Barça andan preocupados porque se ha roto una tradición que empezó con Guardiola y prosiguió con Vilanova: tres reuniones al año donde se encontraban el entrenador con el director deportivo, el coordinador de fútbol y el presidente. Allí se discutía sobre el rumbo a tomar, sobre las altas y las bajas, las posibles ventas y los jugadores a subrayar en rojo. “Eso se ha perdido”, lamentan desde el club. Pero se ha perdido porque Martino, técnico azulgrana, así lo quiere, reacio a entablar conversaciones con la dirección deportiva porque considera que la estructura del Barça no requiere planificación —“en Argentina esto se hace cinco minutos antes de que empiece el curso”, dijo—, sino que le alcanza con su nombre para fichar a quien se le antoje, a jugadores de alto copete y salario. Lenguaje que chirría en el club, sobre todo porque la planificación y la cantera es primordial, más allá de que consideran que el dinero disponible —el vicepresidente económico Xavier Faus lo cifró en 50 millones, lo que daría para una estrella y aleja a los Vidal, Hummels y Agüero— asegura la continuidad del modelo Barça.

La victoria en el clásico no ha hecho más que reforzar la sensación de que la fecha de caducidad de este grupo la pondrán los mismos intérpretes, bien por la edad o por el cansancio de ganar. Así, la obsesión del área deportiva es prolongar el modelo porque se niega a creer en los denominados ciclos, convencida de que el desplegable de Zubizarreta —los jugadores del filial— garantiza la prolongación de la idea. Tesis que afectaría a Xavi, garante de la continuidad del juego, en caso de que quisiera aceptar la oferta que maneja del soccer estadounidense, sobre todo porque le pedirían que se quedara un año más hasta que llegara el relevo. Según el club: Samper. “Se trata de cambiar para que nada cambie”, explican desde las oficinas azulgrana. Eso y que continúe Messi, piedra angular, con quien hay pendiente una charla de renovación, todavía con la fecha por determinar.

Fichado Ter Stegen, el club traerá a uno o dos centrales, además de a un lateral alto

De momento, se marchan por voluntad propia el central Puyol y el portero Valdés. Para el portero ya hay recambio: Ter Stegen (Borussia Mönchengladbach). Un fichaje que se tanteó hace tiempo y que se cerró en enero porque tanto los azulgrana como los alemanes no querían entuerto alguno con la FIFA. Del mismo modo, el club ha descartado a Reina para que el alemán no sufra más presión que la que da el Camp Nou. Tampoco se cuenta, de inicio y a expensas de la opinión de Messi, con Pinto, de 38 años, pero sí que gusta la idea de un portero experimentado de segundo nivel por si se tuerce Ter Stegen.

Desde el club manifiestan que no existe ninguna lista de refuerzos exigida por Martino. En verano, el técnico sugirió nombres que en nada convencieron al área deportiva. Se sabe, sin embargo, que el club persigue a un lateral alto (si se vende a Alves) y a un central o dos (dependiendo de si Mascherano continúa), y que gusta y mucho Agger (Liverpool), fichaje fallido este verano, toda vez que Thiago Silva sigue en sus trece de ganar más dinero que posiblemente títulos, y que Marquinhos (PSG) se les escapó por interferencias del expresidente Rosell, decantado por David Luiz (Chelsea). Circunstancia que ha virado por completo con la llegada de Bartomeu, quien da total potestad al área deportiva y que acentúa el poder de decisión de Zubizarreta.

Buscan salida a Tello, Cuenca, Dos Santos y Afellay, y escucharán ofertas por Alves y Song

Todo queda pendiente del futuro de Martino, indefinido e indescifrable hasta el punto de que desde el club unos apuestan por su permanencia y otros por su marcha porque entienden que evitar las reuniones es síntoma de que evita señalar las posibles bajas. Algo que inquieta al área deportiva pero que no le quita el sueño; ya tiene planificado cualquier desajuste, con cuatro nombres por puesto. Incluso el del entrenador, que de renunciar de forma unilateral debería abonar 4,5 millones, pero que tiene hasta la semana de después de último partido de la temporada para dar su decisión.

Tiene claro el Barça que recuperará a Rafinha y a Deulofeu (este si se concretan las salidas), al tiempo que buscarán acomodo a Tello, Cuenca, Afellay y Dos Santos, y escucharán ofertas por Alves, Song y quizá Alexis, también si es descomunal por Cesc. “Vendemos lo que no queremos y compramos lo que sí quieren, por lo que hasta cierto punto es lógico que no hagamos gran caja”, consideran en el club. Pero por el momento no han recibido una sola oferta. Confían, por otra parte, en que Adama, Samper y sobre todo Halilovic (fichaje para el filial) llamen el año que viene a la puerta del primer equipo, y ya han advertido de que la mejor fórmula para Denis Suárez —que por contrato debería jugar en año próximo en el primer equipo— será una cesión para que acumule minutos en la alta competición. Un equipo por hacer; el modelo de siempre.

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