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El universo croata

Rakitic y Modric rivalizan en calidad en un duelo de enorme pasión en el que se impone el sevillista con una jugada magistral

R. PINEDA
Rakitic lleva el balón ante la persecución de Pepe.
Rakitic lleva el balón ante la persecución de Pepe.Paco Puentes (EFE)

Media selección de Croacia, por la calidad y el talento de sus protagonistas, se dio cita en el perfecto césped del Sánchez Pizjuán. A un lado Modric, cada vez más protagonista, y al otro Rakitic, el capitán y líder del Sevilla. La ausencia de Di María por sanción la suplió Ancelotti con la entrada de Illarra, un futbolista de características totalmente distintas a las del argentino, que acabó siendo sustituido por Isco. El desborde y la velocidad de Di María se echaron de menos en el Madrid, quien sin embargo se encontró con una aceptable versión de Modric. Incrustado en la parte izquierda del centro del campo, en la teórica posición de interior, Modric fue el elemento más dinámico de su equipo. Sus buenos pases apenas encontraron la finalización de sus compañeros. Todo lo contrario que su compañero Rakitic.

El capitán y guía del Sevilla rivalizó con su compatriota, ofreciendo detalles de una sublime grandeza. Como ejemplo, el sombrero de tacón que Rakitic le hizo a Pepe en el segundo tanto del Sevilla. Enorme el gesto técnico, así como el pase a su compañero Bacca. Todo lo que buscó Modric lo encontró Rakitic. Espacio por delante para habilitar a su compañero, que volvió a batir a Diego López para llevar el paroxismo a las gradas de Nervión. Modric se quedó en el camino, a pesar de la indudable calidad de sus pases a Cristiano, que se topó con Beto, o a Marcelo, cuyos dos centros al área tras grandes gestos técnicos de su compañero se perdieron en el área del Sevilla, mucho más poblada que de costumbre.

Disfrutaba Rakitic y se veía disminuida la participación de Modric. El Madrid, angustiado, se olvidó de su croata, buscando el gol con un juego más directo, sin intermediarios. Sin paredes ni pases filtrados, el escenario donde mejor se mueve Modric. Mientras, Rakitic, incansable, generoso y rápido, levantaba la bandera de un Sevilla de enorme pasión y esfuerzo. Se echó a su equipo a las espaldas con conducciones eternas, recibiendo faltas y marcando los tiempos de un magnífico equipo andaluz. Modric acabó siendo sustituido por Morata, eclipsado por su compatriota, el alma de un Sevilla en plena racha, con ganas de pelearle el cuarto puesto al Athletic.

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