_
_
_
_
_
BALONCESTO | LIGA ENDESA

Una huelga en tiempo muerto

Los jugadores del Bilbao Basket estudian aceptar los pagarés del club para desconvocar el paro después de que el dueño, Gorka Arrinda, traspasara sus acciones al grupo alternativo

Mumbrú y Hervelle, en el momento de convocar la huelga.
Mumbrú y Hervelle, en el momento de convocar la huelga.Miguel Toña (EFE)

El primer paso para evitar la huelga de jugadores y rescatar al Bilbao Basket del caos institucional en el que se encuentra se dio el jueves cuando el máximo accionista, Gorka Arrinda, cedió sus acciones al grupo alternativo que quiere hacerse con las riendas del club. Esa era una de las primeras exigencias de los jugadores del equipo bilbaíno vistas las continuas pérdidas de confianza en el anterior gestor, que curiosamente es representante de algunos de ellos. Ese paso ya se ha dado —se firmó oficialmente este viernes—, como acción previa a que los nuevos gestores puedan serlo de pleno derecho en una Junta Extraordinaria que podría celebrarse a primeros de abril. La cesión de acciones no significa pérdida de derechos económicos del máximo accionista, sino la gestualización jurídica del cambio de propietarios que permita a estos obrar con plenos poderes en espera de canjear esas acciones por dinero, según el acuerdo que se establezca.

El primer paso ya se ha dado, aunque no se materializará hasta abril. Mientras tanto, los gestores alternativos han propuesto un acuerdo a los jugadores para abonar una pequeña parte de sus deudas si desconvocan la huelga, y el resto quedaría aplazado hasta la materialización del cambio en el Consejo de Administración. Sería entonces cuando el Bilbao Basket procedería a abonar la deuda con los jugadores mediante pagarés avalados por la propia entidad. Una nueva prueba de confianza para los jugadores y empleados a los que se adeudan distintas cantidades, algunas provenientes de la temporada pasada, que incluso afectan a personal que ya no está en el club, y otras a partir de enero del presente año.

Lo que los jugadores debaten todavía es si asumir de nuevo una prueba de confianza, tras demasiadas promesas incumplidas, o mantener la huelga por la fiabilidad perdida de la entidad. En principio dicha huelga sería efectiva a las 00.00 horas del domingo, día en el que deberían enfrentarse al Barcelona (12.00). No hay soluciones inmediatas y eso enrarece el ambiente, tanto que algunos han decidido tomar decisiones individuales para salir del atolladero. Así, casi al mismo tiempo que se conocía el acuerdo institucional para el traspaso de las acciones el Bilbao Basket, se tenía constancia de que el pívot lituano Antanas Kavaliauskas rompía el contrato con el club bilbaíno para fichar por el Lietuvos Rytas de su país. Kavalauskas —que no ha rendido lo que se esperaba de él tras un buen inicio—, tenía recogido en su contrato que podía obtener la carta de libertad si se producían impagos. El pívot lituano sentenció antes de abandonar Bilbao: “Mi salida es la primera, pero podría haber más”.

La marcha de Kavalauskas tiene dos lecturas. Una deportiva, porque deja al Bilbao Basket muy mermado de efectivos, ya que cuenta con las lesiones de Raúl López y Axel Hervelle, que, si la Liga sigue para el club, volverán muy al final del campeonato. Con tres jugadores menos, el Bilbao Basket solo puede echar mano de dos jugadores vinculados al club, Borja Mendia y el montenegrino Nikola Lucic, ambos muy jóvenes, de 18 y 17 años respectivamente, pero ninguno juega de pívot.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_