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PREMIER AL AJILLO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Rojos en el cielo, rojos en el infierno

Luis Suárez celebra su segundo gol al Tottenham
Luis Suárez celebra su segundo gol al TottenhamPAUL ELLIS (AFP)

Llevan casi un cuarto de siglo mirando al resto del país por encima del hombro y les cuesta mucho darse cuenta de que ahora están abajo. Hoy, muchos le echan la culpa al entrenador, David Moyes, olvidando quizá la teoría de los ciclos y la realidad de que no son los únicos que tienen dinero para comprar la gloria. Es el Manchester United. El sábado le metieron cuatro al Aston Villa, pero para muchos hinchas ha sido la peor semana de su vida.

Acostumbrados a vivir en el cielo, los hinchas del United tienen que acostumbrarse ahora a las tinieblas del infierno. El martes, los eternos rivales ciudadanos, el City, les metieron tres en su tercera victoria consecutiva en Old Trafford. Para aumentar su calvario, los otros rivales a muerte, el Liverpool, se pusieron líderes tras comerse al Tottenham (4-0). Ahora es el rojo del Liverpool el que está en el cielo, soñando con el paraíso de los años setenta y ochenta. Lleva dos puntos de ventaja al Chelsea y cuatro al City (aunque tiene dos partidos menos) y los dos han de pasar por Anfield…

Nada que ver con el panorama del Manchester United. Bajo el largo imperio de Alex Ferguson solo sabían ganar. Han conseguido con él 13 de las 21 Premier disputadas, 10 más que el Arsenal y 10 más que el Chelsea. Han ganado también dos Champions, cuatro Copas de Inglaterra, dos Mundiales de Clubes y tres Copas de la Liga. Ahora, clasificarse para la Liga Europa, esa competición que ningún grande quiere jugar porque participar en ella es tener un certificado de fracaso, es su objetivo más realista. Ni siquiera eso lo tienen fácil: el Everton les lleva seis puntos y tiene un partido menos.

Ni el más optimista de los hinchas del United parece tener fe en las posibilidades de su equipo en la Champions

Ni el más optimista de los hinchas del United parece tener fe en las posibilidades de su equipo en la Champions, entre otras cosas porque el martes recibe al actual campeón y equipo de moda, el Bayern de Pep Guardiola. La hinchada parece más preocupada por no salir tan escaldados como el Barcelona el año pasado que por pasar la eliminatoria.

Moyes está en el punto de mira de la crítica y parte de la afición. Tras los abucheos a él y a su padrino, sir Alex, se sometió el sábado con bastante éxito al veredicto de la afición. Como si fuera un gladiador derrotado cuya vida depende de que el público marque su destino con el pulgar hacia el cielo o el infierno, saltó al campo un par de minutos antes que los jugadores y le puso al mal tiempo buena cara mientras hacía el interminable paseíllo que separa en Old Trafford el túnel de vestuarios y los banquillos. Cosechó más palmas que pitos. La gente se guardó los silbidos para la avioneta que se paseaba por el cielo con una pancarta pidiendo su cabeza.

Moyes no perdió la cabeza, pero Mourinho estuvo a punto de perderla cuando salió corriendo del banquillo para reprender a un recogepelotas que estaba perdiendo el tiempo y ayudando así a culminar la derrota del Chelsea ante el Crystal Palace (1-0). El portugués acabó reprendiendo paternalmente al chaval sin llegar a mayores. El portugués dijo luego que su equipo ha perdido la Liga porque depende de los errores ajenos. Esta vez pareció que decía lo que pensaba. El City le ayudó dejándose dos puntos en su visita al Arsenal.

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