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Los nuevos héroes americanos

Sin Tiger y caído Mickelson, Bubba Watson es líder con siete bajo par y el debutante Jordan Spieth sorprende con el tercer puesto

Juan Morenilla
Bubba Watson estudia el green del 18.
Bubba Watson estudia el green del 18.TANNEN MAURY (EFE)

La secuencia empezó en el hoyo 12. Birdie, birdie, birdie, birdie, birdie. Acabó en el 16. Cinco birdies seguidos de Bubba Watson pusieron patas arriba el Masters y dejaron al estadounidense con un liderato de tres golpes de ventaja sobre el australiano John Senden (y eso que se dejó uno de los golpes por el camino ya en el cierre del 18, con un putt fallado más sencillo de los que antes había anotado en una racha atronadora).

Bubba va en serio. Si el público quería un héroe para no llorar la ausencia de Tiger, aquí tiene a Watson, ganador ya de la chaqueta verde en 2012. En el primer fin de semana de Masters sin Tiger (lesionado) o Mickelson (fuera del corte) desde 1994, Bubba está para tirar del carro. El compañero de ronda de Sergio García y de Luke Donald fue un cubito de hielo, impasible, muy calmado, casi siempre correcto. Hace años se matriculó como el mejor pegador, y ahora tiene en la receta el juego corto necesario. Mientras El Niño se ponía de los nervios en un día puñetero por el viento, Bubba iba a lo suyo, a amarrar los golpes y a desatarse cuando le llegó la inspiración en esa segunda vuelta mágica. Ya se sabe que a los zurdos Augusta les sienta de maravilla por la curvatura de sus calles, y Bubba está listo para engordar la estadística: en los últimos 11 Masters, cinco veces un zurdo (entre Mike Weir, Bubba y tres Mickelson) se ha vestido de verde el domingo.

En los últimos 11 Masters, en cinco ocasiones ha vencido un golfista zurdo

Watson es ese hombre religioso que en 2012 rompió a llorar en los hombros de su caddie y de su madre cuando ganó el Masters. Dos semanas antes había adoptado un hijo y fue su mujer quien le convenció para no retrasar su preparación para el torneo. Hoy el público le adora, grita su nombre en cada hoyo. Sin Tiger y sin Mickelson, se ha convertido en el nuevo héroe estadounidense. Un tipo que recauda fondos para niños enfermos y que graba vídeos musicales junto a Ricky Fowler, Ben Crane y Hunter Mahan. Tiene más de un millón de seguidores en Twitter (Tiger sube a 3,85 millones) y de él dice Hank Haney, expreparador del Woods, que en ocasiones domina el juego como su pupilo solía hacer.

Jordan Spieth saca la bola del búnker.
Jordan Spieth saca la bola del búnker.EMMANUEL DUNAND (AFP)

Y de una referencia a Tiger a otra. Si Bubba Watson es la apuesta segura, el debutante Jordan Spieth ha dejado a todos con la boca abierta con su tercer puesto, empatado con Adam Scott, el ganador del año pasado. Spieth solo tiene 20 años, aparece en su primer Masters y si por una sorpresa mayúscula venciera el domingo arrancaría al Tigre su récord de precocidad en Augusta, los 21 años triunfales de 1997. Por eso decía McIlroy, de 24 años, que se sentía casi un veterano compartiendo ronda con dos debutantes como Spieth y Patrick Reed, los nuevos chicos de casa. En su quinto grande, primero entre las azaleas, Spieth ha demostrado que el traje no le viene grande. Su aterrizaje en Augusta es de momento una ronda de 71 golpes y otra de 70. Los dos primeros días en el Masters bajando del par no es casualidad.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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