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El golf es de todos

Bubba Watson recupera la chaqueta verde que logró en 2012, Spieth se queda a las puertas del récord de Tiger y Jiménez, cuarto, demuestra que a los 50 años le queda mucha cuerda

Juan Morenilla
Bubba Watson recibe la chaqueta verde de Adam Scott.
Bubba Watson recibe la chaqueta verde de Adam Scott.TIMOTHY A. CLARY (AFP)

El golf es único por estas cosas. Porque en la última jornada del Masters un niño lucha por romper con 20 años el récord de precocidad de Tiger Woods en Augusta. Porque al mismo tiempo un hombre de 50 años lucha por quebrar todas las leyes de la lógica y convertirse en el más veterano ganador jamás de un grande. Porque Jordan Spieth, el niño, y Miguel Ángel Jiménez, el hombre, pelearon hasta el último golpe aunque al final ni uno ni otro se llevaran el gato al agua, sino que repitió gloria Bubba Watson, vencedor ya en 2012.

Pocas veces ha visto Augusta una batalla generacional como esta. En el bando de los jóvenes, junto a Spieth se alineaban Rickie Fowler, de 25 años y finalmente quinto, y Rory McIlroy, de 24 y octavo. Y en el equipo del Pisha jugaba otro sorprendente cincuentón, el alemán Bernhard Langer, que a los 56 quedó en tablas con McIlroy. Eran como dos mundos frente a frente, dos universos chocando bajo el bello calor primaveral de un domingo en Augusta. El careo lo resolvió Bubba Watson con ese músculo de pegador que tanto agrada a los seguidores en el Masters. El estadounidense confirmó que en este jardín los zurdos tienen la primera palabra: en las últimas 12 ediciones, en seis han mandado tres de ellos (Mike Weir, Phil Mickelson y Bubba).

Pocas veces se ha visto una batalla generacional como la de esta primavera en Augusta
Spieth y Watson, tras el final de la jornada.
Spieth y Watson, tras el final de la jornada.REUTERS

Una nueva era se ha abierto sin Tiger. Con Woods en la camilla de masaje por la lesión de espalda, son muchos los golfistas que opositan a grande. Por momentos parecía que Jordan Spieth iba a escribir otra revolución como la del Tigre en 1997, y ese birdie que logró en el cuarto hoyo, un par tres, tenía la firma de los elegidos. Pero el Masters es mucho Masters, y más si hablamos de un chico de 20 años que aparecía por primera vez entre las azaleas. Spieth se quedó a mitad camino, al par en el día, sin derrumbarse pero sin dar el estirón que reclamaba una empresa tan mayúscula. También a la sombra aparcó otra revelación, Jonas Blixt, segundo empatado con Spieth y que a punto estuvo de conceder a Suecia su primera tarde grande. Blixt, por cierto, es entrenado por Jorge Parada, un joven preparador gallego que trabaja en la academia de la PGA en Sawgrass, en Florida, y que casi estaba más nervioso que el golfista. El podio de Augusta tuvo ese sabor español.

El golpe definitivo lo dio Bubba Watson, con tres bajo par en el día y por tercer año seguido en la ceremonia de entrega de la chaqueta verde. El curso pasado se la prestó al australiano Adam Scott, pero este la ha recuperado para el armario con tres rondas por debajo de los 70 golpes (69, 68, 74, 69) para un total de ocho bajo par.

Posiblemente es cuando me he sentido más cerca de ganar un grande Miguel Ángel Jiménez, cuarto

Y en medio de la fiesta no podía faltar Jiménez. El cuarto lugar es su mejor resultado en el Masters (fue octavo en 2008) y el tercero de su carrera en los grandes, tras el segundo escalón del US Open de 2000 y el tercero del Open Británico de 2001. El Pisha empezó con el brazo agarrotado. En el uno falló la calle cuando había sido un seguro desde el tee en el torneo, se quedó corto y luego falló un putt de dos metros, ese tipo de golpe que en una última ronda de un grande hay que meter sí o sí para comerse el pastel. Aunque recuperó con un birdie en el segundo hoyo, en el tercero dio otro paso atrás. Su bola de salida voló muchos metros menos que la de su compañero de jornada, Fowler (recuerden, 25 años, la mitad que el Pisha), síntoma de estos tiempos en los que los pegadores van un paso por delante. Y de ahí volvió a dejarse tras un approach otro putt de dos metros. Aun así se arremangó el andaluz para acabar entre la élite. El carnet de identidad dirá que tiene medio siglo, pero su juego florece. “Amo competir, amo el juego”, explicó, “disfruto, sigo sintiendo el nudo en el estómago. Estoy contento, pero me he dejado muchos putts y queda un sabor un poco agrio. Posiblemente es la vez que me he sentido más cerca de ganar un grande. Tengo 20 torneos y me gustaría tener un major”.

Hace un año tenía una pierna rota. Este ha sido cuarto en Augusta y esta semana debuta en el circuito estadounidense sénior. “Y el próximo año aquí estaré, con 51”.

Clasificación final: 1. B. Watson (EEUU), 280 golpes, ocho bajo par. 2. J. Blixt (Sue) y J. Spieth (EEUU), 283. 4. M. Á. Jiménez, 284. 5. R. Fowler (EEUU) y M. Kuchar (EEUU), 286. 7. L. Westwood (Ing), 287. 8. B. Langer (Ale), J. Walker (EEUU), R. McIlroy (N.Irl), J. Senden (Aus), K. Stadler (EEUU) y. T. Bjorn (Din), 288. 26. G. Fdez-Castaño, 292. 34. J. M. Olazábal, 294.

Clasificaciones completas del Masters 2014.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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