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“Se ha notado la tensión”

El vestuario azulgrana valora el triunfo tras caer en la Champions y la Copa mientras Martino defiende el amor propio de sus jugadores y evita juzgar los abucheos de la grada

Jordi Quixano
Martino, pensativo en el banquillo durante el partido
Martino, pensativo en el banquillo durante el partidoVicens Gimenez ((c) Vicens Gimenez)

Hace 15 días la afición del Camp Nou se las prometía felices, con opciones en todas las competiciones, argumento de peso para el vestuario y el entrenador a la hora de subrayar su paso por el curso. Pasados los días, sin embargo, Martino entona un discurso apesadumbrado y sin satisfacción alguna. Apeados de la Champions por el Atlético y derrotados en la final de la Copa por el Madrid, el Barça naufragó ante el Granada como antes lo hizo contra el Valladolid y la Real, del mismo modo que anoche estuvo a punto de suicidarse frente al Athletic. Y el Camp Nou explotó en una pitada que duró poco pero fue notable, después extendida en la figura de Cesc. Juicio público del que se desentendió el técnico, que prefirió centrarse en lo futbolístico: “Si un equipo hace 13 ocasiones de gol no gana por casualidad”.

La confianza del Athletic en el triunfo, resquebrajado el Barça por los últimos resultados, la expresó Ernesto Valverde, firme candidato para relevar a Martino la próxima temporada en el banquillo azulgrana: “Pensábamos que esta vez podíamos ganar, respetando su condición de gran equipo”. Pero el Barcelona atinó a tiempo en el remate. “Hicimos un buen partido, pero estamos fallando muchas ocasiones. Nos cuesta marcar y adelantarnos en el marcador. Otra vez tuvimos que correr desde detrás. Pero es la única manera que tenemos de agarrarnos a una ilusión y ver qué pasa”, explicó Mascherano. Martino abundó: “Tuvimos mucho corazón, deseo de revertir una semana difícil. Y se acrecentó con el gol del Bilbao. Pero insisto en que no es un triunfo exento de fútbol”.

El Camp Nou no entendió lo mismo, sobre todo tras el gol rival. “La afición se implicó en la remontada… yo me quedo con los 90 aspectos positivos y no con los 10 negativos”, reflexionó Martino sobre el abucheo, adornado con algún pañuelo. Y más evasivo fue aún con la chifla a Cesc, el segundo jugador que más ha utilizado tras Busquets, y que, ante el Ahtletic entró en el minuto 70 en sustitución de Xavi. “No estoy para entender ni analizar las pitadas. A mí los culebrones no me interesan”, dijo con sequedad, aunque amplió: “Es un futbolista que tiene mucho temple, siempre quiere jugar, pide la pelota, nunca se esconde, no tiene miedo de equivocarse… Es valiente. No tengo dudas de él”. Pedro tampoco quiso mojarse: “El público puede decir siempre lo que quiera”. Aunque Xavi añadió: “Se ha notado la tensión porque hemos fallado en Copa y Champions, pero lo hemos de afrontar con profesionalidad”. Lo mismo opinó Mascherano: “La gente puede apoyar o criticar, lo que no puede pasar es que nosotros cambiemos nuestra manera de ser. Durante estos años hemos mostrado nuestra dignidad y vamos a seguir así”. Y Zubizarreta remató: “La grada nos ha ayudado cuando la hemos necesitado y nos exige porque es exigente. Puede expresar sus opiniones, pero cuando ha entrado Cesc se ha remontado”.

Sin embargo, el escepticismo es evidente y generalizado en las filas azulgrana respecto a la posibilidad de remontar en la Liga. “Pensamos que es posible, pero dependemos de dos empates en dos partidos”, reflexionó Xavi. “Tenemos que esperar a que se equivoquen”, apostilló Martino. Algo que no puede hacer el Barça, ya pitado por su afición. Aunque Iniesta tiró de optimismo: “Una pequeña alegría o resultado positivo viene bien”.

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