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Lahm, fortaleza y debilidad

El capitán mejora al Bayern en la medular pero su ausencia en el lateral lo afloja

Lahm trata de robarle el balón a Isco.
Lahm trata de robarle el balón a Isco.luis sevillano

La baja de Thiago Alcántara le ha hecho un daño difícil de remediar al Bayern. Su ausencia ha obligado al entrenador, Pep Guardiola, a darle el control del equipo a Lahm, lo más parecido en la distribución del balón, al mediocentro hispanobrasileño. Pero al tiempo debilita su lateral derecho, donde Rafinha sufrió anoche un calvario, desbordado una y otra vez por las embestidas de Cristiano Ronaldo y de Isco.

La bonhomía del capitán Lahm enfureció a sus propios aficionados, unos 3.000 seguidores bávaros concentrados en una esquina de uno de los fondos de Chamartín. Se apuraba la primera parte con desventaja para el Bayern, que tenía prisa por marcar. El equipo de Guardiola atacaba con superioridad porque Pepe, el central madridista, estaba tendido en el suelo tras una entrada de Kroos no señalada como falta por Howard Webb. Lahm dudó unos instantes y, finalmente, abortó el ataque. Echó la pelota fuera ante la ira de su hinchada. Schweinsteiger volvería a enviar fuera del campo la pelota aunque de manera muy diferente, con rabia, y porque esta vez parecía mucho más justificado: Carvajal se retorcía en el césped tras recibir el impacto en la cara de la bota de Alaba.

Lahm representó la fuerza y la debilidad del cuadro de Guardiola. La facilidad para asociarse y aparecer siempre en el espacio justo a fin de apoyar escalonadamente a sus compañeros en el avance de la ofensiva. Pero al mismo tiempo, su marcha al centro del campo, donde ocupó la baja del lesionado Thiago Alcántara, abrió un boquete en su lateral derecho, ocupado por Rafinha. El lateral brasileño tampoco podía contar con mucha ayuda por parte de Boateng, el central diestro, cuya lentitud causó estragos en la zaga muniquesa.

El Bayern se vio lastrado por la baja forma de Ribéry, superado en el duelo por Carvajal

Ancelotti hizo sangre. Alternó por ese flanco a Cristiano Ronaldo y a Isco, nada menos. Las tres ocasiones clarísimas del Madrid en la primera parte llegaron por ese extremo. La primera fue el gol de Benzema tras el pase milimétrico de Coentrão, propulsado a su vez por otro servicio majestuoso en vertical de un Cristiano en posición de 10. En las otras dos, tras centros de Benzema e Isco, erraron estrepitosamente en el remate Cristiano y Di María.

Los aficionados del Bayern se fotografiaban sonrientes antes del partido con el estadio Santiago Bernabéu al fondo. Pocos rivales excitan tanto a los jugadores e hinchas bávaros como el Real Madrid, orgullosos aquellos de ser “la bestia negra”, así en español, del conjunto madridista. A cada embestida fallida madridista, Neuer respondía con celeridad, poniendo muy rápido el balón en juego, enfrentándose más de una vez a los empleados de detrás de la pelota, a quienes acusó de obstruirle la obtención de la pelota.

La sutileza en el manejo del juego del Bayern por parte de Lahm no se tradujo en la igualdad, lastrados por la baja forma de Ribéry, superado en el duelo por Carvajal. Guardiola cambió de planes: retrasó a Lahm al lateral derecho, retiró al desenfocado Rafinha y le dio la manija del centro del campo a Javi Martínez en el minuto 66. Esa opción empeoró la circulación del balón en el Bayern porque el jugador navarro se encontró muy incómodo con la pelota.

Guardiola le di un rapapolvo a la alineación en las siguientes dos sustituciones: Götze en lugar de Ribéry y Müller en el de Schweinsteiger. Dos pesos pesados del vestuario, los sustituidos, en horas muy bajas. A poco que se juntaron Götze y Müller, este último envió un zurdazo desde la frontal rechazado por la bota salvadora de Varane. Poco después sería al revés, el pase muy rápido desde la derecha de Müller y el disparo de Götze repelido por los guantes de Casillas ante el éxtasis del Bernabéu, que aclamó el nombre de su portero.

El último cuarto fue un ataque desesperado de Lahm y Robben, los mejores jugadores del Bayern por el flanco derecho. Un centro del capitán desembocó en un intento frustrado de remate de Müller dentro del área pequeña. Müller reclamó acaloradamente penalti de Xabi Alonso, pero no se lo concedieron. La “bestia negra” deberá recuperar la mejor versión de algunas de sus estrellas (Ribéry ySchweinsteiger) o prescindir de ellas en la vuelta si quiere repetir en la final de la Liga de Campeones.

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