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Los vigilantes de la Liga

Desde hace dos jornadas, el Departamento de Integridad de la LFP tiene observadores, algunos de incógnito, en los campos para detectar cualquier situación sospechosa de amaño

Ladislao J. Moñino
Palco de autoridades durante el Levante - Atlético de Madrid del pasado domingo.
Palco de autoridades durante el Levante - Atlético de Madrid del pasado domingo. DIARIO AS

De incógnito, en algún lugar estratégico del estadio de Ciutat de València, donde el Atlético buscaba un triunfo que le acercara al título de Liga ante un Levante con la permanencia asegurada, un observador del Departamento de Integridad de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) estaba pendiente de todo aquel lance del juego, estadística, conversación o movimiento sospechoso que pudiera darse. El vigilante oculto podía estar cerca de los banquillos, en el túnel de vestuarios o detrás de una portería. En Almería, en el encuentro que medía a los locales, inmersos en la lucha por la salvación, con el Betis, ya descendido, otros dos miembros del citado departamento operaban con el mismo fin, aunque acreditados para tener acceso a cualquier parte del campo. Desde hace dos jornadas, la LFP ha reforzado la vigilancia en todos los estadios de Primera División con observadores, identificados o camuflados, con aviso previo a los clubes o sin notificación, para analizar si los partidos se disputan en buena lid.

Cada club tendrá un delegado para este fin la próxima temporada

La presencia de estos celadores del buen funcionamiento deportivo forma parte de un plan de ataque para tratar de impedir los amaños de partidos con fines meramente deportivos o su incidencia en las apuestas, que preocupan sobremanera a los dirigentes de la LFP y también a la UEFA.

De hecho, a partir de la próxima temporada, con motivo de una resolución sobre integridad del máximo organismo del fútbol europeo, cada club contará con un delegado de integridad que será designado por los propios equipos, aunque será formado por la patronal.

Durante estas dos jornadas de seguimiento exhaustivo, que continuarán hasta el final del campeonato, cada uno de los observadores reportan informes a las oficinas de la Liga. Los partidos también se monitorizan desde la Liga para detectar posibles anomalías. En las informaciones se recogen estadísticas, tiros a puerta, faltas o cualquier incidencia que pueda ser evaluada a posteriori como anómala, ya sea un gol logrado en circunstancias extrañas, una expulsión provocada o un cambio de actitud de los equipos en los partidos dependiendo del minuto y de los resultados en ese mismo partido o en otros. También se analizan las tácticas empleadas por los entrenadores e incluso las actuaciones arbitrales por ser también los colegiados sujetos potenciales de soborno.

Pueden situarse cerca de los banquillos o las porterías, o en el túnel de vestuarios

La información reunida puede ser cruzada con los datos que llegan de las casas de apuestas. En la LFP consideran que esta información es vital en el seguimiento de los posibles amaños: “En las apuestas pasa como en las matemáticas, cuando dos y dos no son cuatro, salta el chivato. Contamos con la colaboración de una casa de apuestas que nos hace este servicio porque ellos son los primeros interesados al no querer perder dinero”, advierten fuentes de la LFP. En el Real Madrid-Valencia se dio el caso de un apostante que depositó 6.000 euros por la victoria de los visitantes que le hubieran reportado aproximadamente 180.000 euros de haber acertado en su pronóstico. La LFP lo supo a través de esa información facilitada por la casa de apuestas con la que colabora.

Durante las últimas semanas, el Departamento de Integridad ha visitado a los clubes para asesorarles sobre integridad. Ayer le tocó al Real Madrid, y como en el resto de visitas, al taller asistieron jugadores, técnicos, médicos, dirigentes y trabajadores de las oficinas del club. Manuel Quintanar, director de Integridad de la LFP, y Luis Rubiales, presidente del sindicato AFE, fueron los encargados de dar la charla en Valdebebas.

En estas visitas a los clubes, los organizadores de las charlas se han encontrado con futbolistas y directivos que preguntaban por qué en otros países sí habían sido procesados jugadores y dirigentes y en España aún no. La respuesta fue que hasta su reforma, las leyes españolas habían impedido actuar y que ahora hay casos que están en manos de la justicia, como los del Girona [supuesto amaño de su partido con el Racing en Santander de la temporada pasada] y el Sabadell [dos partidos del mismo ejercicio]. Incluso un entrenador de un equipo madrileño preguntó si a los directivos también se les investigaba en estos casos.

Cada final de campeonato las sospechas sobre amaños de partidos son la comidilla en los diversos mentideros futbolísticos. Se habla de maletines, de equipos que no dan el ciento por ciento porque no se juegan nada o que se emplean con todo en las mismas circunstancias. Todos hablan, incluso los jugadores, como sucedió este sábado pasado en el restaurante de una estación de tren. Alrededor de una mesa, los integrantes de un equipo profesional escucharon a un veterano contar cómo en un partido en el que estaba pactado el resultado un jugador mandó fuera del estadio un balón en una falta directa al borde del área.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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