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El Barça castiga la apatía del Madrid

La intensidad y la eficacia de Tomic, Papanikolaou y Abrines rompen un partido (86-75) mediatizado por el inminente duelo europeo y en el que Rudy fue expulsado

Robert Álvarez
Tomic anota ante Mirotic.
Tomic anota ante Mirotic.Toni Garriga (EFE)

La imponencia de Tomic, la garra y la puntería de Abrines y Papanikolaou y la intensidad del Barcelona castigaron la apatía de un Real Madrid que no supo jugar a contemporizar, ni regularse, ni templar los nervios cuando las cosas se pusieron tensas en el Palau Blaugrana. Por si todo ello no fuera poco, el equipo madridista acabó diezmado por la expulsión de Rudy Fernández, en el minuto 27, por protestar a los árbitros.

La estampida del Barcelona arredró al Madrid, que tardó un buen rato en tomar nota y empezar a carburar siquiera para intentar evitar un descalabro en un partido inevitablemente condicionado por el que les enfrentará el próximo viernes en la Final Four de Milán. El Madrid tenía la posibilidad de asegurarse el primer puesto de la fase regular, pero mantiene una buena ventaja y parece difícil que se le escape a pesar del trepidante ritmo con el que le persigue el Valencia. El Barcelona defendía simplemente el tercer puesto, pero tampoco muy atosigado desde la cuarta plaza por el Unicaja.

Las perspectivas y lecturas de este clásico liguero pueden ser múltiples e incluso estar sujetas a como cada uno le fuera en la fiesta. El Barcelona compareció con un rostro muy fiero, decidido a imponer altas revoluciones en su ritmo de juego, a explotar al máximo el rebote ofensivo y los movimientos de Tomic en el interior de la pintura. Pablo Laso decidió reservar a Felipe Reyes, con problemas en una cadera, en una decisión que sonó a guardarse la baza para el compromiso europeo. Xavi Pascual hizo jugar a Navarro durante nueve minutos. Paradójicamente, una decisión contrapuesta persigue el mismo fin. Si Felipe necesitaba un descanso, Navarro, después de haberse pasado un mes largo de baja a causa de una lesión muscular, necesitaba minutos. Habrá que ver qué peso tendrán los dos capitanes en Milán; en el partido de ayer no tuvieron ninguno.

BARCELONA, 86 - R. MADRID, 75

Barcelona: Marcelinho (6), Oleson (5), Papanikolaou (18), Lorbek (6), Tomic (12) —equipo inicial—; Dorsey (0), Abrines (20), Nachbar (6) y Pullen (10).

Real Madrid: Llull (13), Rudy Fernández (4), Darden (2), Mirotic (19), Bourousis (9) —equipo inicial—; Díez (3), Sergio Rodríguez (13), Carroll (3), Slaughter (4) y Mejri (5).

Parciales: 21-10, 21-22, 30-18 y 14-25

Árbitros: Bertrán, Peruga y Pérez. Expulsaron a Rudy Fernández (m.27).

Palau Blaugrana. 7.002 espectadores. Partido de la 32ª jornada de la Liga Endesa.

El Barcelona había perdido los tres clásicos disputados esta temporada: en la Supercopa, en la Copa y en la primera vuelta de la Liga. También va muy por detrás en la clasificación y jugaba ante su afición. El Madrid se meció en exceso en la lujosa almohada confeccionada por su espléndida trayectoria durante esta campaña, hasta ahora casi impecable. Tomic tiró del hilo y se impuso en el interior de la zona, donde abrumó y anotó tantos puntos como todo el Madrid cuando en el minuto 11 ya se había resquebrajado el marcador: 25-12.

El Barcelona se lució durante muchas fases del partido en facetas en las que precisamente suele hacerle daño el Madrid: el rebote ofensivo e incluso en las transiciones rápidas. Llull, Rudy, Sergio Rodríguez, Bourousis... casi todos los hombres importantes del Madrid estuvieron dos o tres grados por debajo de su rendimiento habitual. Perdida la batalla del juego interior, también perdió la del juego exterior y la del ritmo de juego, penalizado porque acumuló ocho pérdidas más que el Barcelona y recuperó tres balones menos.

Papanikolaou abrumó a Darden. El alero griego estuvo certero como pocas veces y demostró su versatilidad capturando una docena de rebotes. Abrines desquició a Rudy Fernández. El alero mallorquín del Barcelona se sintió muy a gusto y certero en el lanzamiento. El mallorquín del Madrid perdió los papeles tras recibir un golpe. Sus protestas acabaron con su expulsión. El Madrid empezó a acumular desventajas de más de 20 puntos mediado el tercer cuarto y el Barcelona se paseó hasta el final con un tridente arrollador, el que formaron Abrines, Papanikolau y Tomic.

El Madrid consiguió minimizar los daños gracias a una buena segunda parte de Mirotic, Llull y Sergio Rodríguez. Los tres penalizaron la defensa del Barcelona cuando se relajó, una vez que el partido ya estaba más que decidido. El clásico significó una inyección de moral para el Barcelona y un toque de atención para el Madrid, aunque, suceda lo que suceda, nada parece que pueda volver a ser igual dentro de seis días en la Final Four de Milán.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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