El City gana una Premier de transición
La Liga más trepidante del mundo acabó de manera soporífera. El Manchester City se llevó su segunda Premier en tres años. Esta vez, sin sobresaltos de última hora, sin sospechosos goles en el último suspiro. Al equipo de Manuel Pellegrini —primer entrenador no europeo que conquista el campeonato inglés— le bastaba empatar en casa contra el desmotivado West Ham y ganó sin despeinarse (2-0), con un gol de Nasri en la primera parte y otro del capitán Kompany al arrancar la segunda. Un aburrimiento.
Al final, la Premier de este año no ha estado a la altura de las expectativas. Con el Manchester United autoexcluido desde el primer suspiro (y fuera de las competiciones europeas para la próxima temporada), la irrupción inicial del Arsenal, espoleado con la llegada de Özil, no fue más que un espejismo. Con City y Chelsea de grandes favoritos desde el principio, los de Mourinho han realizado una temporada extraña en la que han alternado momentos de extraordinaria brillantez con pájaras incomprensibles. El Chelsea se ha llevado los 12 puntos en juego contra el City y el Liverpool, pero al final ha quedado tercero.
El Liverpool ha sido la gran sorpresa. Brillantes desde el principio, han tenido al mejor jugador del año, el delantero uruguayo Luis Suárez; a la mejor promesa, Sterling; y al mejor resucitado, Sturridge. Pero eso no ha sido suficiente para obrar el milagro: su debilidad defensiva (han concedido 50 goles) y el resbalón terrible del gran capitán, Gerrard, el día del partido ante el Chelsea en Anfield les han acabado dejando fuera de combate. Renunciaron a cualquier posibilidad de milagro el lunes pasado, cuando concedieron tres goles en diez minutos fatales, a última hora en campo del asombroso Crystal Palace.
La disolución del United, que el año que viene no estará en Europa, anuncia un verano intenso en fichajes
El City empezó la temporada imperial en casa pero desastroso en campo contrario. Poco a poco fue ganando terreno fuera de casa y al final ha acabado ganando la Liga casi por falta de rival. Yaya Touré ha sido su gran sostén durante toda la temporada y el triunfo ha llegado más por su poder atacante que gracias a una defensa que no siempre ha exhibido solidez. David Silva ha vuelto a ser el mejor valor de su legión española. Navas ha tenido momentos brillantes, pero sin continuidad. Negredo tuvo una primera vuelta de ensueño pero ha sido un ausente total desde hace ya meses. Javi García, en cambio, ha ido de menos a más.
Pellegrini ha ganado su primer título serio en Europa, después de ganar la más bien fallera Copa de la Liga derrotando (3-1) al Sunderland en la final en marzo. El chileno le ha dado al City una solidez que nunca tuvo con el histriónico Roberto Mancini, pero nunca sabremos qué habría sido de él sin el fatídico resbalón de Gerrard ante Demba Ba.
La gran decepción del año ha sido el Manchester United, que ha acabado cortándole la cabeza antes de tiempo a David Moyes, el elegido en su día para sustituir a sir Alex Ferguson. La disolución del United, que el año que viene no estará en Europa, anuncia un verano intenso en fichajes. La que ahora acaba ha sido una temporada de transición. Mourinho va a querer refuerzos. El Arsenal puede aprovechar su probable victoria copera el domingo que viene ante el Hull para despedir a Wenger con honores. O sin honores si pierden la final. Quizás todo eso es lo que más le duele al Liverpool: es muy difícil que el año que viene lo tenga todo tan de cara para poder ganar la Premier.
