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A Riba ya no le duele la cadera

El español, hundido del número 65 al 636 por una operación, se cita con Wawrinka al ganar 7-6 y 6-3 en primera ronda a Lorenzi

J. J. MATEO
Pere Riba, en una imagen de archivo.
Pere Riba, en una imagen de archivo.Barrenechea (efe)

Dicen que llegó a rezar para volver a jugar al tenis. Que cuando se operó del lábrum (roto) para que dejara de dolerle la cadera no pudo imaginar lo que vendría luego: subirse entre lágrimas a una bicicleta estática justo el día después de que le abrieran con el bisturí; casi diez meses de sufrimiento; pasar de ser el número 65 a ser el número 636; y dejar el ático del tenis para volver al sótano con la intención de volver a subir la escalera para recuperar su sitio. Todo eso le ocurrió a Pere Riba desde que pasó por el quirófano en 2012. Hoy, en el Masters 1.000 de Roma, el ya número 98, de 26 años, logró la primera victoria en un año en un torneo de la categoría (7-6 y 6-3 a Lorenzi), tercera de su carrera, y se citó con Stanislas Wawrinka, el número tres mundial, por el pase a tercera ronda. Para él, una hazaña.

“Tengo muchas ganas, ilusión no va a faltar e intentaré plantear el partido lo más difícil posible”, afirmó en declaraciones a Efe Riba, que antes de su cirugía mayor ya tuvo que someterse a otras para arreglar sendas hernias inguinales. “Se me está dando bien la semana, espero que siga así”, dijo el español, clasificado para el cuadro principal tras pasar la previa para un torneo muy diferente a los challengers y las clasificaciones que ha disputado este año con el objetivo de volver a donde estaba antes de que le atacara el mismo dolor agudo que ya martirizó a Kuerten o Nalbandian.

No es ese el territorio que pisa Novak Djokovic, al que se ve entrenarse en la capital italiana sin la aparatosa férula que cubría en Montecarlo su muñeca derecha, la que le impidió participar en Madrid. Tampoco son esos los escenarios a los que acostumbra Roger Federer, de vuelta a la competición tras su baja por paternidad, con la que explicó su ausencia madrileña. La presencia de los dos campeones asegura que el torneo romano sea todo un examen para Rafael Nadal, de vuelta a uno de sus torneos favoritos tras su extraña victoria del domingo, cuando levantó el título del Mutua Madrid Open por la retirada de Nishikori, su oponente.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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