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Iturraspe, el amigo de todos

El centrocampista del Athletic se ha convertido en uno de los ‘cuatros’ de referencia en el continente

Iturraspe sonríe a la cámara en el entrenamiento del Athletic.
Iturraspe sonríe a la cámara en el entrenamiento del Athletic.Juan Flor (DIARIO AS)

Probablemente, el fútbol moderno se define sobre todo por la invención del cuatro, algo así como un servicio de urgencias, abierto los 90 minutos de juego, sin derecho a descanso para el bocadillo o el café, auxilio permanente de defensas y delanteros. Por lo general, se trata de futbolistas más poderosos que rápidos, más inteligentes que ágiles, que hacen de la orientación en el campo su modus vivendi: que el compañero sienta siempre su aliento en la espalda y que el contrario sepa que siempre se lo encontrará por el camino. Ander Iturraspe pertenece a esa estirpe de cuatros a los que el campo siempre se les hace pequeño, acostumbrado a tirar de compás para calcular por donde irá el balón del rival o por donde tiene que circular el suyo propio.

Ander Iturraspe no es un virtuoso del balón ni un gato con botas. Es un tipo espigado de casi 1,90 metros que no llega los 75 kilogramos de peso lo que simula aún una mayor estatura y una mayor presencia en el campo, un larguirucho con aire de beatle más dado a marcar el compás de la canción que a puntear actuaciones solistas. Nacido hace 25 años en la pequeña localidad de Abadiño (Vizcaya), se hizo grande en el Athletic de la mano de Marcelo Bielsa que le dio las llaves del equipo para que cerrase puertas y ventanas ante la llegada del rival, relegando a Javi Martínez a la posición de central como último guardián de la guarida.

Iturraspe era para Bielsa como el Busquets de Guardiola, aquel en el que todo comienza con la sencillez como tarjeta de identidad. Aquel año con Bielsa, Iturraspe ocupó su lugar en el patio de los mejores cuatros europeos y su nombre figuró y aún figura en las agendas más elegantes del concierto futbolístico.

Desde entonces no ha dado ni un paso atrás. Adornado por un buen sentido de la orientación, Iturraspe no rehúye el choque ni mira el área rival con prismáticos. A sus 25 años, se ve con las fuerzas necesarias para proteger a sus centrocampistas y defensas y ayudar a sus delanteros aunque no está matriculado para el gol (solo ha conseguido uno oficial ante el Rayo Vallecano desde que debutó en 2008 con el Athletic). Rodeado de futbolistas singulares en el Athletic, Iturraspe ha sido el fiel de la balanza.

La llamada inicial de Del Bosque en la lista previa para el Mundial es el premio a una progresión constante, sin altibajos del que para muchos es uno de los tres mejores cuatros del continente. Un tipo de fiar al que todo el mundo quiere tener como amigo.

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