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El Villarreal gana en mayo la batalla de julio

La Real cae ante los castellonenses en Anoeta (1-2) y, al ser séptima, deberá disputar dos eliminatorias de la Liga Europa

Giovani, tras batir a Bravo.
Giovani, tras batir a Bravo.Juan Herrero (EFE)

A la Real le costó 45 minutos hacer la digestión de un desayuno apresurado. Tampoco sabía por dónde le daba el sol porque, en realidad, le daba por todas partes y no salía por ningún sitio sino por todos a la vez. Un sol enorme, un sol sólido que aplatanó a pesar de jugarse el no tener que lidiar la próxima Liga Europa bajo el sol de julio, el que premia al séptimo clasificado con un trabajo extra de esos que alteran toda la temporada. El Villarreal, mediterráneo puro, salió con la mejor sombrilla del fútbol: la que da el dominio del balón, de los espacios, del minutero, todo lo que conduce a la calma, que suele ser el mejor argumento para ser voraz, después, ante el gol.

R. SOCIEDAD, 1 - VILLARREAL, 2

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez (Chory Castro, m. 75), Ansotegi, Íñigo Martínez, José Ángel; Bergara, Rubén Pardo (Zurutuza, m. 45); Vela, Canales, Griezmann; y Agirretxe (Granero, m. 45). No utilizados: Zubikarai, Mikel González, Seferovic y Xabi Prieto.

Villarreal: Juan Carlos; Mario, Musacchio, Gabriel, Jokic; Bruno (Pina, m. 51), Trigueros; Aquino (Jaume Costa, m. 55), Giovani (Pereira, m. 80), Moi Gómez; y Uche. No utilizados: Asenjo, Pantic, Joan Román y Nahuel.

Goles: 0-1. M. 26.Giovani. 0-2. M. 69. Uche. M. 93. Vela.

Árbitro: Velasco Carballo. Anmonestó a Granero, Musacchio, Jokic y Jaume Cosa

24.140 espectadores en Anoeta

Mientras la Real estaba con el paipay, el Villarreal se abanicó con un gol de Giovani que convirtió un acto de egoísmo (con dos compañeros solos ante Bravo esperando el pase) en un tanto precioso que le absolvió de ese pecado.

Daba la sensación de que el Villarreal había madrugado y la Real accedía a Anoeta con los últimos bostezos de la pereza. El equipo de Arrasate era un equipo confundido en el que se mezclaba el entusiasmo errático de Canales, con la desaparición de Rubén Pardo, como si le deslumbrase el sol, la apatía de Griezmann y el desconsuelo de un Agirretxe aburrido. El Vlllarreal, sin embargo, era un ejército de plastilina que se estiraba en ataque por la velocidad de Giovani y se encogía en la seguridad defensiva de Musacchio, un central espectacular que combina el juego aéreo, la orientación y la fortaleza con un compás admirable. No consta fallo alguna en su expediente en Anoeta y sí muchas virtudes. La gloria le correspondió a Giovani, autor de un gol constructor de otro, desequilibrante, inquietante, revoltoso como un chico rebelde, pero el poder fue del central argentino del Villarreal, repudiado por el seleccionador Sabella.

La Real y el Villarreal son dos buenos equipos que han hecho una gran temporada, más exigente aún para la Real por la Liga de Campeones, pero lo cierto es que el equipo mediterráneo llegó más ansioso que el cantábrico al desenlace de su guerra particular por la sexta plaza. La Real le regaló una primera mitad abúlica y tediosa y el conjunto de Marcelino agradeció la deferencia con un gol y elevó su autoestima. En la segunda mitad, la Real se quitó el esmoquin de la pereza y se puso el buzo de trabajo. Reforzó el centro del campo con Granero y Zurutuza, amplió el campo de visión de Griezmann, invadió el campo del Villarreal y pareció que este se confiaba exclusivamente a los galones relucientes de Musacchio para resistir el asedio del conjunto donostiarra.

Pudo haber penalti en un derribo de Jokic a Griezmann, pero todas las bombas de la Real iban desatinadas, mientras por la otra pradera cabalgaba Giovani con las ganas de un juvenil debutante. Y si las bombas de la Real iban lejos del objetivo, el Villarreal aprovechó la incursión de su espía mexicano para habilitar a Uche y hacer el segundo gol que desplomaba el sol sobre Anoeta. La batalla de julio estaba perdida. Aún así, Carlos Vela quiso despedirse (¿para siempre o de momento?) con el gol de la honrilla a menos de un minuto del final. La Real trabajará de sol a sol, con dos eliminatorias previas de la Liga Europa,y el Villarreal gana un mes al calendario, librando una eliminatoria. Eso estaba en juego y triunfó el mediterráneo.

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