El Madrid encuentra el interruptor a tiempo

Fue un partido interruptus que comenzó hasta en tres ocasiones y duró dos horas y 25 minutos. Con apagones en los marcadores y en el parquet. Con desconexiones eléctricas y baloncestísticas. Fue un combate de apagones y fogonazos resuelto en la cornisa y jugado a trompicones. Se lo llevó el Madrid con más emotividad que acierto, con tanto sofoco como solvencia. Lo peleó Unicaja hasta la orilla con orden, descaro y puntería.

El marcador registraba un 83-83 a falta de 18,4s con bola de partido para el Madrid, se la jugó Sergio Rodríguez y falló dando paso a la prórroga. En el tiempo extra apareció Mirotic para darle a los blancos su primer punto en la serie al mejor de cinco. Siete puntos del montenegrino en ese tramo (16 en total y 9 rebotes para un 28 de valoración) desenredaron el partido para su equipo, completaron el trabajo que sostuvieron Llull y Sergio Rodríguez, y desmontaron a un Unicaja intrépido liderado por Calloway y Vázquez (30 puntos entre ambos).

A los 13 segundos de partido y tras la primera canasta de Rudy se descubrió que el contador de la canasta en la que atacaba el Madrid no funcionaba (antes del salto inicial había fallado el del lado opuesto). Comenzó el trajín de los operarios, aparecieron alicates y destornilladores, se removieron cables y se tocaron todos los botones hasta que, con un cuarto de hora de retraso y tras rescatar del almacén un reloj de pista, se arregló el oficial y se reanudó la contienda. Se enfriaron los de Laso y aceleró Unicaja con un parcial de 4-14 en poco más de cuatro minutos cimentado en la superioridad de Caner-Medley y Vázquez sobre Mirotic y Bourousis.

El líder buscaba soluciones a su desconexión cuando se reprodujo el problema eléctrico. Se desincronizaron los marcadores de encima de las canastas y las zancadas de los currantes sustituyeron a las de los jugadores, que volvieron a enfundarse el chándal para calentar. Tras un amago de reanudación a los 10 minutos cundió la impaciencia del personal al comprobar que había que resetear todos los cronómetros. A la antigua usanza se recurrió finalmente al reloj en el suelo, en una de las esquinas, y se apagó el de la canasta de Unicaja. Se perdieron otros 20 minutos hasta que comenzó el partido por tercera vez.

Acto seguido, un triple de Toolson dio la máxima ventaja a los de Joan Plaza (6-15, m. 5). Los visitantes seguían hurgando con descaro y afinación en la destemplanza de los blancos hasta que, en una jugada trabada bajo el tablero, los de Laso encontraron el interruptor. Bourousis sacó la tercera falta a Caner-Medley a 3m 50s para el final del primer acto y con su dos más uno se despertó el Madrid. Darden y Mirotic sellaron un parcial de 14-2 que equilibró el pulso (20-19, m. 9). Recurrió Laso a Sergio Rodríguez y Felipe Reyes para lubricar el engranaje de su equipo, pero el banquillo de los verdes ofreció mejores soluciones. La batuta de Calloway, el tino de Urtasun y la brega de Stimac dieron lustre a la segunda unidad de los verdes en un segundo estirón que retrató la irregularidad local (34-44, m. 17).

Unicaja dominaba el rebote y todos los porcentajes de tiro y el Madrid no acababa de encontrar la tecla. El perímetro blanco chirriaba con un 2 de 10 en triples mientras que un diana de Kuzminskas desde el 6,75 redondeaba el 41-52 justo antes del descanso. Mientras los electricistas reparaban el reloj en el entreacto subidos a una escalera, Laso buscaba en la caseta soluciones al apagón de su equipo. La primera medida, alguna defensa en zona que no asustó a su rival (45-57, m. 22). La segunda, la agitación de Llull, que minimizó los daños de Vázquez en la pintura y volvió a reenganchar a los suyos (58-60, m. 26). El base menorquín se elevó entre la espesura del ataque madridista y con 10 puntos en el tercer acto (incluidos dos triples de su catálogo) exploró la solución emotiva. Se volvió a parar el reloj, pero ya no se detuvo el partido.

A la carrera, el Madrid se lanzó a enderezar la tarde y con el vértigo de Sergio Rodríguez dejó el partido en el alambre (67-68, m. 30). Los blancos aseguran estar repuestos del varapalo europeo, pero aun les cuesta borrar el poso de melancolía y coger el carril del contraataque. De nuevo con Calloway al mando, los de Plaza encararon el tramo final controlando los tiempos y la iniciativa en el marcador. Pero los recursos del líder son inagotables. Dos tiros libres de Rudy igualaron el partido (70-70 a 6m 40s) y un par de carreras del Chacho y del propio Rudy cambiaron la cara mustia de los locales, que encontraron su sprint al tiempo que se empinaba la cuesta para Unicaja. La llegada de foto-finish tuvo que resolverse en la prórroga. Apareció entonces Mirotic para agarrar una sufrida victoria para los madridistas. La número 65 en 73 partidos oficiales, el primer punto de la serie. El segundo capítulo, este domingo (12.15, RMTV/Auton.) también en el Palacio.