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Una estrella de dos puntas

El clima en Mercedes vuelve a la normalidad a la espera de que otro roce entre Hamilton y Rosberg pueda enfrentarles otra vez

Oriol Puigdemont
Hamilton, en los entrenamientos en Montreal.
Hamilton, en los entrenamientos en Montreal.STAN HONDA (AFP)

Reconocía Lewis Hamilton hace unos días a través de las redes sociales que su relación con Nico Rosberg había vuelto a la normalidad, que él y su compañero en Mercedes eran amigos de nuevo a raíz de una conversación que tuvieron después del Gran Premio de Mónaco de hace dos semanas. La tensión se había enfilado en el equipo de las flechas de plata y era necesario atemperar los ánimos. “Somos amigos desde hace mucho tiempo y como tal, hemos tenido nuestros altibajos. Hoy hemos hablado y todo está bien, seguimos siendo amigos” , fue el mensaje que Hamilton colgó en su cuenta de Twitter aquel viernes pasado, en el que adjuntó una foto de hace muchos años en la que se les ve a los dos, en el ‘paddock’ de algún circuito, subidos cada uno a un monociclo. Mercedes ha agradecido el gesto del británico, aunque habrá que ver cómo evolucionan las cosas dada la coyuntura que de esta temporada: la igualdad que existe entre los dos pilotos del constructor de la estrella es directamente proporcional al abismo que les separa a ambos del resto del pelotón.

En Mónaco, Rosberg hizo una diana que valió por tres. Además de ganar, rompió la racha de cuatro triunfos seguidos que había encadenado su vecino de taller, y de pasó le arrebató el liderato, que ahora le corresponde a él por cuatro puntos de ventaja. La victoria se materializó el domingo pero se cimentó el sábado a partir de una maniobra polémica. El germano poseía el mejor tiempo en la eliminatoria decisiva de la cronometrada (Q3), cuando se fue recto y aparcó su W05 en uno de los callejones que allí hacen las funciones de escapatoria. El incidente provocó que los comisarios ondearan las banderas amarillas y que los corredores que venían por detrás tuvieran que levantar el pie del acelerador siguiendo las directrices que marca el reglamento. Hamilton, que estaba en condiciones de rebajar el registro, consideró aquello una jugarreta de mal gusto y a partir de ese momento se cruzó, criticando que la estructura no hubiera impedido que se llegara a esa situación e insinuando incluso que podía tomarse la justicia por su mano, en la pista, como en su día hizo Ayrton Senna con Alain Prost.

Hamilton encabezó la clasificación con una sola décima de ventaja sobre su compañero

“No ha cambiado nada. Mercedes siempre nos ha ayudado a los dos. El miércoles cenamos todos juntos. La relación que tenemos Nico y yo en estos momentos no es distinta a la que hemos mantenido todos los años que hemos corrido juntos”, conviene Hamilton ya desde Montreal. La pista le encanta al chico de Tewin, aquí estrenó su casillero de victorias el año de su debut (2007), y aquí se ha impuesto tres veces, más que ninguno de sus colegas de la parilla. Sebastian Vettel, Kimi Raikkonen y Jenson Button han ganado una vez, lo mismo que Fernando Alonso, que fue el más rápido en la primera sesión de ensayos que se celebró en el Gilles Villeneuve. Detrás del español se colocaron los dos Mercedes; Hamilton a solo 16 milésimas y Rosberg a una décima.

Ya por la tarde, el tabla de tiempos volvió a mostrar las líneas habituales. Hamilton encabezó la clasificación con una sola décima de ventaja sobre su compañero y de cuatro sobre Sebastian Vettel (Alonso fue el quinto), a la espera de que la cronometrada de este sábado (19:00 horas, Antena 3, TV3 y MovistarTV) depare otro cara a cara entre los dos principales protagonistas de este 2014. De momento, las aguas bajan tranquilas en Mercedes, pero la sensación que invade la trastienda del circuito de Montreal indica que una sola chispa puede hacer que todo vuelva a saltar por los aires.

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