La caída de Ribéry agranda a Benzema

A Francia le cuesta recuperar el espíritu de equipo que le llevó a ganar la Copa del Mundo en 1998, título muy celebrado en el país anfitrión con calificativos como el de “selección multiracial” o el éxito del “mestizaje”, y a disfrutar después de su condición de finalista en Alemania 2006. Los blues han quedado en fuera de juego después del éxito del método encarnado por la escuela de Clairefontaine y del liderazgo de Zinedine Zidane. Didier Deschamps, capitán del doblete —Mundial 1998 y Eurocopa 2000—, ha asumido la responsabilidad en el banquillo una vez que no funcionaron ni Laurent Blanc y mucho menos Raymond Domenech. No hay relevo en cambio en la cancha. Este viernes se cayó de la lista para Brasil 2014 Frank Ribéry, campeón de Europa con el Bayern de Múnich en 2013 y finalista de la última edición del Balón de Oro ganada por Cristiano Ronaldo, por delante de Leo Messi.

La lumbalgia ha derrotado finalmente a Ribéry, operado en febrero, renqueante desde mayo, inédito en los dos últimos amistosos de Francia contra Noruega (4-0) y Paraguay (1-1). La última radiografía confirmó “el brusco agravamiento del estado” del futbolista hasta el punto de ser descartado por Deschamps. A sus 31 años, Ribéry asumió el diagnóstico de manera resginada después de haber anunciado que el de Brasil sería su último Mundial, tras 2006 y 2010. No fue la única mala noticia para el seleccionador francés, que también ha perdido a Clément Grenier, centrocampista del Lyon, de 23 años, que sufre problemas en los abductores. Ambos serán sustituidos por Morgan Schneiderlin (Southampton) y Rémy Cabellam (Montpellier).

“Se me ha roto el corazón al tener que despedirme de mis compañeros”

“Antes de la sesión de entrenamiento colectivo”, relató Deschamps ayer por la mañana, “Frank tuvo que parar. El dolor era demasiado fuerte. No sería capaz de jugar en dos semanas y menos de disputar un partido entero”. Y se lamentó: “Ha sido una sorpresa muy negativa porque las pruebas médicas anteriores indicaban que se podría recuperar a tiempo”. “Se me ha roto el corazón al tener que dejar a mis compañeros”, respondió el jugador.

La caída de Ribéry añade una mayor incertidumbre al comportamiento de Francia, muy irregular en la fase de clasificación para la Copa del Mundo. El delantero se presentaba como la figura desequilibrante en un equipo que cuenta con excelentes solistas como el delantero madridista Karim Benzema, el centrocampista Paul Pogba, del Juventus, jugador muy codiciado en Europa, y el también volante Blaise Matuidi, del Paris Saint Germain.

Deschamps recordó que Francia no ha ganado ningún partido mundialista desde 2006, cuando perdieron el título contra Italia. Todavía se recuerdan sus penalidades en Sudáfrica 2010, después de ser eliminada en la fase de grupos —con un solo punto—, y las dificultades que tuvo para acceder a la fase final por su irregularidad en la clasificación: ocho victorias, cuatro empates, seis derrotas y una agónica repesca contta Ucrania. Ahora, en cambio, le favorecen los primeros rivales en la Copa de Brasil: Honduras, Ecuador y Suiza.

“A tenor de los últimos resultados”, intervino Deschamps, “nuestra prioridad será superar la primera fase”. El seleccionador francés ha reunido un plantel con jóvenes interesantes de la talla del madridista Varane o del realista Griezmann y veteranos protagonistas de multitud de visicitudes como el lateral Evra. Ahora el papel de figura recae en el delantero centro Benzema, máximo goleador en activo, pese a que estuvo 1.222 minutos sin marcar. Ausente Ribéry, nadie refleja mejor la incógnita que es Francia, para bien o para mal, que el inescrutable y talentoso Benzema.