_
_
_
_
_
HISTORIAS DE UN TÍO ALTO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La final que queríamos

Wade entra a canasta ante Ginobili
Wade entra a canasta ante GinobiliChris Covatta (AFP)

Es la final que queríamos. La final que estábamos esperando. La final que creíamos que debíamos tener. Por un lado, San Antonio Spurs, hogar del noble trío formado por Tim Duncan, Manu Ginobili y Tony Parker. Por el otro lado, los Miami Heat, hogar de otro trío, un trío considerado no tan noble, pero que tiene entre sus miembros al mejor jugador de baloncesto del mundo. Una pareja notablemente igualada. Sería muy difícil afirmar con certeza que un equipo es mejor que el otro. Pero eso no quiere decir que no se pueda intentar.

A pesar de toda la paridad de la final de este año, hay una diferencia significativa entre los dos equipos que participan en ella. Una diferencia que quizá nos ayude a predecir quién ganará. Una diferencia cuya mejor ilustración es un acertijo que acabo de inventarme.

En un lado de un lago infestado de tiburones hay dos vecinos. Al otro lado del lago, sobre una mesa de picnic, hay un festín abandonado. Gracias a un bandido que hace poco robó a los vecinos hasta su último euro para pagar una deuda de juego, los dos tienen un gran interés en el festín (ninguno ha comido en varios días). Enfrente de los dos vecinos, cerca de un embarcadero, hay dos botes. El de la izquierda tiene un flamante motor nuevo. El de la derecha está provisto de un par de remos. La mesa de picnic que hay al otro lado del lago se encuentra en una zona habitada por osos hambrientos, así que el festín no durará mucho al aire libre. Uno de los vecinos cogerá el bote a motor, y el otro, el bote a remo. ¿Cuál de los dos comerá?

Los Spurs son todo movimiento y fluidez; los Miami Heat, todo fuerza bruta y voluntad

Da gusto ver jugar al baloncesto a los Spurs, todo movimiento y fluidez. Pero para que jueguen bien, todo el mundo tiene que estar en armonía. Tony Parker no puede ponerse egoísta. Kawhi Leonard no puede tomarse un descanso mental. Boris Diaw no puede estar pensando en el postre.

Por el contrario, los Heat, todo fuerza bruta y salvarse por los pelos, confían menos en el movimiento armónico y más en la voluntad pura y dura. A veces es feo, pero lo es porque puede serlo. Saben que si tienen que hacerlo, siempre pueden pasarle el balón a LeBron James, que está dispuesto a arrimar el hombro al remo en cualquier momento.

¿Significa esto que los Remeros de Miami estén a punto de ganar el Campeonato del Lago? Por supuesto que no. Entre el lugar donde se encuentran y la otra orilla pueden pasar muchas cosas. Una horquilla que se parte. Un desgarro del manguito rotador. A alguien se le podría caer un remo al agua. Alguien se podría caer al lago.

Pero si yo tuviese que apostar por uno de los dos botes, probablemente me pondría de parte del de remos. Porque, como te dirá cualquiera que alguna vez haya estado desesperado por conseguir comida que estuviese al otro lado de un lago, si vas a subir a un bote, siempre es buena idea llevar un remo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_