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Cesc se entrega a Mourinho

El medio firma por 33 millones con el Chelsea porque tiene “asuntos pendientes en la Premier

Cesc posa con la camiseta del Chelsea.Foto: atlas
Jordi Quixano

Hace un año, el Manchester United le persiguió hasta la extenuación, hasta el que Barça le tiró por la cara que no dependía de los millones —hasta 45 llegó a ofrecer en la tercera y última oferta— sino de la voluntad de Cesc Fàbregas (Arenys de Mar; 27 años), reacio a abandonar el club de sus amores, el que le formó y le acogió de nuevo, después de su periplo en el Arsenal de Arsène Wegner, por 34 millones más seis de variables. Hace un año, el Camp Nou expresaba sobre el 4 azulgrana unas dudas que no pasaban de ahí. Incertidumbre que se resolvió en este curso cuando, ya al final y frente al Athletic, le dedicaron una pita de lo más estruendosa. Fue el adiós de Cesc al Barça, la invitación para que la Premier le llamara de nuevo.

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Primero fue el Manchester United, que tanteó al jugador antes de hacer una oferta oficial, escaldado por el ridículo del verano anterior. Cesc no dijo ni ni no, sino todo lo contrario, y la llegada de Van Gaal al banquillo del MUFC acabó con la pretensión de firmar al volante. No así con la aspiración del Chelsea, que ayer oficializó el fichaje, esta vez por 33 millones de euros más tres por variables. Traspaso que festejó Cesc en Brasil y en la habitación de un hotel, donde se enfundó la elástica con el 4 del Chelsea.

“Todavía tengo asuntos pendientes en la Premier y es el momento adecuado para volver”, expresó el jugador en una carta abierta de despedida a la afición azulgrana, donde también lamentó que el Arsenal no ejecutara su opción de compra; “para mí era fundamental que el traspaso se hiciera antes del Mundial para centrarme en ayudar a mi país a conseguir la Copa del Mundo”. Xavi recogió el testigo: “Es una pérdida importante para el Barça, pero le veo tranquilo y contento por haber definido su futuro”.

La carta de despedida de Cesc

"En primer lugar, me gustaría dar las gracias a todos en el FC Barcelona donde he disfrutado de 3 años maravillosos. Ha sido mi club de la infancia y siempre me sentiré orgulloso y honrado de haber tenido la oportunidad de jugar en este gran equipo.

Siento que todavía tengo asuntos pendientes en la Premier League y que ahora es el momento adecuado para volver. Todos sabéis que el Arsenal fue el primero en tener la opción de ficharme. Decidieron no hacerlo, así que el destino no ha cruzado nuestros caminos de nuevo. Les deseo todo lo mejor en el futuro.

He considerado todas las otras ofertas con mucha atención y creo firmemente que el Chelsea es la mejor opción. Mis ambiciones futbolísticas coinciden con su hambre y deseo de ganar trofeos. Tienen una increíble plantilla de jugadores y un entrenador extraordinario. Estoy totalmente comprometido con este equipo y no veo el momento de empezar a jugar.

Para mí era fundamental que el traspaso se realizara antes del inicio del Mundial, de modo que mi mente pueda estar plenamente centrada en ayudar a mi país a ganar la Copa del Mundo.”

La marcha de Cesc ya la solicitó el verano anterior el expresidente Sandro Rosell, que a voz en grito pidió tanto su traspaso como el de Alexis. Entonces, el área deportiva le hizo ver que era mejor que Isco (pretensión de Rosell), que mejor aguantarlo. Cómodo con el juego directo que instauró Martino al inicio del ejercicio, Cesc absorbió el protagonismo y también goles. Pero recuperado el toque y la posesión, el volante, en ocasiones extremo y las menos falso delantero, se desbravó. “Si entras con el pie izquierdo es muy complicado. Costando lo que costó, al volver a casa siempre parece que tengas que dar más”, reflexionó hace una semana Piqué, que desveló en un error de cálculo —los micros captaron la conversación privada con Del Bosque— el adiós de su gran amigo en el vestuario; “creo que en el Barça no se le ha valorado como se merece. Es el centrocampista que más goles y asistencias ha dado”.

Obsesión de Vilanova con la aquiescencia de Guardiola, Cesc contó del mismo modo para Martino. Pero no para el barcelonismo. Así, tras 42 goles en los 151 partidos de azulgrana, Cesc se marcha a Stamford Bridge para dar relevo a Lampard, que jugará con Villa en Nueva York. Se muda Cesc de nuevo a Londres, a la ciudad que le aupó a los altares de la Premier, primero como relevo de Vieira, después como compinche de Henry y finalmente como el santo y seña gunner. Ahora, se entrega a Mourinho —“el Chelsea tiene un equipo fantástico y un mánager increíble”, manifestó— y deja un vacío en Barça, por más que Rafinha pida paso y el fichaje de Rakitic (Sevilla) esté próximo.

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