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Frenar para ganar

Tras seis carreras y ayudados por un cambio en el reglamento los pilotos Yamaha ya pueden parar la M1 a la entrada de las curvas

Nadia Tronchoni
Jorge Lorenzo de Yamaha en el Gran Premio de Catalunya.
Jorge Lorenzo de Yamaha en el Gran Premio de Catalunya. ALBERT GEA (REUTERS)

Cruzaron la meta separados, apenas por una décima de segundo. Habían estado discutiéndose el liderato en cada curva. En cada frenada. Por fin el mejor Lorenzo competía con el gran Márquez. Al bajarse de la moto explicó: “La Honda es muy buena en las frenadas, pero yo me empiezo a encontrar más cómodo. Solo he sufrido en un 40% del circuito. Felicito a Yamaha por el esfuerzo. Hemos encontrado algo que me hace sentirme mucho más fuerte”. Ayer, cuando terminó la segunda sesión de entrenamientos libres en Montmeló, uno de los circuitos más duros en frenada del calendario, Lorenzo corroboró la mejoría: “Aquí en casi todas las frenadas me siento mejor”.

Este circuito es uno de los tres en los que hasta ahora estaba permitido el uso de los discos de freno de 340mm (20mm más anchos que los regulares), lo que da buena cuenta de su exigencia. Yamaha, con serios problemas este año para parar la moto a la entrada de las curvas más lentas, solicitó a mediados de abril un cambio en el reglamento. Y el cambio entró en vigor en Mugello, dos semanas atrás. “Valentino tenía problemas con los discos pequeños; la frenada no era nunca constante, resultaba peligroso. Ese fue el motivo por el que pedimos tantas veces que se nos permitiera usar discos más grandes, por un motivo de seguridad más que para evolucionar la moto”, explica el director deportivo de Yamaha, Massimo Meregalli.

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Reconoce Yamaha que cuando los pilotos probaron estos nuevos discos la primera vez en unos entrenamientos en Misano apenas notaron la diferencia en los tiempos; “el gran adelanto que permiten es que la frenada es más segura porque es más constante”, añade Meregalli; “tras Mugello, Valentino dijo que el disco de 340mm quizá frenara un poco más fuerte, pero que le permitía frenar igual de bien desde el primer giro hasta el último”. Si bien, el gran avance de la M1 en la entrada de las curvas no responde a esos discos más grandes, que, como explica Pedrosa, permiten parar la moto en menos metros y apurar la frenada “porque muerden más fuerte”. “Lo que nos ha dado una mayor ventaja es la evolución de la electrónica, que ha permitido trabajar mejor con el freno motor. También ayudó una distinta distribución de los pesos en la moto, como en Mugello”, explican en Yamaha.

Lorenzo, además, apunta a otra área: “Hace dos años que pedí a Yamaha que intentara trabajar en un sistema para reducir sin embrague. Al principio de temporada me encontraba incluso peor que con el sistema corriente, pero poco a poco fue mejorando”. Aunque prosigue: “Creo que todavía no hemos mejorado todo lo que podríamos”. Montmeló le pondrá a prueba a él y a su M1: los pilotos pasan aquí un 23% del tiempo por vuelta frenando. La primera curva, donde se debe aplicar una presión de 6,2 kilos para parar una máquina que llega a la curva a 344km/h, según los datos de Brembo (suministradora de frenos para MotoGP), es una de las más críticas.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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