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“La situación de Casillas es muy difícil”

El capitán de Chile se pone en la piel de su colega y advierte que para un portero no es fácil competir esporádicamente

Diego Torres
Claudio Bravo celebra la victoria ante Australia.
Claudio Bravo celebra la victoria ante Australia.afp

Ningún futbolista chileno enfrentó más veces a la selección de España que Claudio Bravo (Santiago, 1983). El portero de la Real suma cuatro encuentros internacionales contra el equipo de Casillas y repetirá experiencia este miércoles en Rio de Janeiro. Antes de viajar a Brasil examinó su carrera y sus expectativas en el Mundial y destacó la dificultad que supone para Casillas reajustarse a la competición después de ser reserva en la Liga.

Pregunta. Dicen que con manos grandes se blocan peor los balones.

Respuesta. No lo sé. Yo soy de mano no tan grande. A la gente le llama un poco la atención porque tengo manos normales. Yo me siento muy cómodo porque bloco con facilidad.

P. ¿Cómo se hizo portero?

R. Tenía siete u ocho años. Arranqué jugando de delantero. Golpeaba bien el balón. Le pegaba más fuerte que mis amigos. Pero no me gustaba jugar de delantero porque no me gustaba correr, ni me gustaba la ropa que llevaba, y veía que era similar a lo que hacían los demás. No me entretenía. Ser portero era hacer algo diferente, llevar un color distinto, dar órdenes, parar un balón, tener más responsabilidades. Me involucraba más que corriendo detrás de un balón y golpeando.

P. A Zubizarreta lo preocupaban los colores de las camisetas de los porteros. Decía que el verde y el negro eran los más adecuados. ¿Por qué los porteros se obsesionan con los colores?

R. Yo si pudiera jugaría siempre de verde. Me da buenas sensaciones ir de verde entero: pantalones y camiseta.

P. Usa mucho los pies para parar. ¿Se lo inculcaron o lo trajo de fábrica?

R. De la calle. De jugar con los amigos, de buscar recursos. No hay por qué parar todos los balones con las manos. Hay que enfocarse en que el balón no entre, sea como sea, con cualquier parte del cuerpo. Buffon dice: “No importa cómo pares la pelota. ¡Pero párala!”.

Cuando no compites pierdes los movimientos, la coordinación con tu defensa. El juego aéreo te complica. Llega el partido y todo es distinto"

P. ¿Qué portero merece un análisis?

R. En Europa te enfrentas con todo tipo de porteros. El que más me ha llamado la atención es Courtois. Está haciendo cosas increíbles para la edad que tiene en un equipo que tiene una presión enorme. No es fácil competir con 22 años.

P. ¿No cree que Courtois es vulnerable por abajo?

R. Muchas veces se asocia la altura con el hecho de que a los altos les cuesta llegar a los tiros rasos. Pero Courtois tiene unas condiciones increíbles para su estatura. Se desplaza bien, es ágil, y llega muy bien también abajo. Él no se ve rígido, se ve suelto, coordinado. Así esconde su gran envergadura.

P. ¿Qué significa para un portero jugar dos veces al mes, como ha hecho Casillas este año?

R. Es una situación muy difícil. Y más en el Madrid, que juega cosas muy importantes. El portero necesita competir, necesita sentirse vivo semana a semana. Muchas veces cuando pierdes la continuidad tratas de hacer lo justo, no cometer errores, no hacer grandes cosas por miedo a que te puedan pasar cosas. Es una situación complicada, más cuando estás habituado a competir como Casillas, un hombre que la conseguido grandes logros. A Casillas lo engrandece lo bien que ha llevado este tema.

P. ¿Qué es lo que se pierde cuando un portero no compite con frecuencia?

R. Los movimientos, la coordinación con tu defensa, los balones aéreos son muy difíciles porque los puedes entrenar toda la semana pero cuando llega el partido y tienes los rivales enfrente y tienes gente que se mueve la verdad que todo es distinto. Cuando dejas de jugar y te pones ahí con los ‘muñecos’ descubres que todo es totalmente distinto y tienes que habituarte, tratando de que la cabeza funcione de otra manera, haciendo trampas para que la cabeza se habitúe como si siguieras compitiendo semana a semana sin que sea realmente así.

Tenemos una manera un poco kamikaze de competir pero nos enorgullece"

P. ¿Hace autoanálisis durante los partidos?

R. Es una pelea interna. Un diálogo interno. Somos un apartado distinto al resto del equipo. El color, la distancia del resto de compañeros, el calentamiento es diferente… Piensas distinto y te haces compañía de otra manera porque estás más solo. A veces pasan 50 minutos y no intervienes y tienes que estar funcionando mentalmente para que cuando te lleguen poder actuar de buena manera. Es complejo.

P. Dijo Vidal que Chile está para ganar el Mundial. ¿Esto es un disparate?

R. No me parece. Los partidos que hicimos en el invierno con selecciones que han sido campeonas del mundo como Inglaterra, Alemania o España, nos dieron para soñar. Hacen pensar que tenemos un potencial muy grande.

P. ¿En qué ha cambiado Chile desde Sudáfrica?

R. Los nombres siguen siendo casi los mismos pero hemos ganado en madurez y experiencia. En Sudáfrica éramos la selección más joven del torneo. Hoy tenemos muchos más partidos, más bagaje. Y a nivel de juego hemos seguido manteniendo la misma idea. Buscar al rival lo más arriba posible, hacer una presión asfixiante, crear ocasiones de gol, llevar las riendas del partido. En lo que más hemos ganado es en la experiencia de haber vivido una Copa del Mundo y otro proceso de clasificación, con gente que lo ha hecho muy bien en grandes equipos, como Vidal en la Juve o Alexis en el Barça.

P. ¿Qué significa para un portero jugar así con Chile?

R. Tienes que modificar un poco tu juego. En la Real los centrales no presionan tan arriba y yo estoy en una posición más cómoda. Con Chile los centrales están casi siempre en mitad del campo o pasada la mitad del campo, y ahí la distancia entre el central y el portero y la mitad y el área varían y tienes que situarte más adelante y participar casi como un central. Juegas mucho con los pies porque tratamos de tener mucho el balón y el portero es fundamental para eso.

En la Real los centrales no presionan tan arriba y yo estoy en una posición más cómoda. Con Chile participo casi como un central. Tratamos de tener mucho el balón y el portero es fundamental para eso"

P. ¿Tiene más fútbol que con Bielsa?

R. Ese ritmo nos mermaba un poco en el aspecto físico. Los partidos se nos hacían muy largos. Atacar a gran velocidad y volver a defender a una velocidad inusual te genera un desgaste que al final te pasa factura. Los equipos se daban cuenta que durábamos 60 minutos y después empezábamos a sufrir un poco. En ese aspecto la verdad es que hemos mejorado. Si bien tratamos de recuperar rápido el balón y de hacer una presión asfixiante en todo momento a la hora de jugar tenemos más pausa y tratamos de orientar más nuestras acciones en este aspecto. Quizás ahora no seamos tan verticales como con Bielsa, cuando tratábamos de llegar arriba en dos toques. Ahora tratamos de tener un poco más de pausa pero seguimos llevando las acciones apelando a ese ímpetu de querer siempre el balón.

P. ¡Por qué fue importante Bielsa? ¿Por sus ideas o por su energía?

R. Por ambas cosas. Él transmitía mucho y lo hacía de una manera bien distante y seca. Es un tipo que con la manera de llegar a un campo o un vestuario te das cuenta de que las bromas corren poco que soo hay que entrenar y esforzarse y creer en el trabajo. Ese tipo de cosas nos ayudaron a preparar los partidos, a hacer grupo, a creer en nuestro entrenamiento y en los planteamientos que él nos mostraba y que luego se concretaban en los partidos cuando lográbamos ganar de una manera distinta. Nos llenó mucho su espíritu porque nos hizo creer que éramos los mejores ante cualquiera. Lo que hemos hecho hasta ahora es una continuación del trabajo de Bielsa porque nos sentimos con el mismo espíritu. Intentamos jugar siempre de la misma manera y no nos sentimos inferiores a nadie.

P. ¿En qué se advierte que San Paoli es de la misma escuela que Bielsa?

R. Hay similitudes en las prácticas y en el modo de enfrentar los partidos. Los jugadores nos sentimos cómodos jugando de esta forma porque sentimos que incomodamos a los rivales. Notamos la incomodidad de Inglaterra, de Alemania, de España… Es una manera un poco kamikaze de competir pero nos gusta. Generalmente los equipos no juegan de esa manera, de presionar bien arriba, de generar intensidad los 90 minutos. Normalmente los equipos buscan empezar de un modo más lento. Con nosotros es totalmente distinto. Tratamos de imponer ese ritmo y nos sienta bien. Nos enorgullece.

Con Bielsa los partidos se nos hacían muy largos. Durábamos 60 minutos y sufríamos. Ahora tratamos de tener un poco más de pausa. Hemos mejorado"

P. Dicen que usted en Chile manda más que nadie.

R. Eso dicen. Llevo muchos años jugando con Chile. Casi 80 partidos. Pero más que mandar soy el que trata de orientar, de echar una mano. Hay gente muy joven. Para parar estamos todos. Ahí influimos sí o sí. Pero luego con el tiempo vas conociendo a los compañeros. Muchas veces tienes que acudir a una buena palabra o a una mala palabra para el que ese día no está bien anímicamente, o está un poco dormido, o para alguno que necesita una palabra de motivación. Ese tipo de cosas trato de hacerlas mucho. Ese plus al que no está espabilado, de echarle una buena puteada, muchas veces es imprescindible. Por la forma de defender de Chile, de situar la defensa muy arriba, necesitamos estar con las antenas bien desplegadas.

P. Todos los goles que le hicieron en Sudáfrica se los metieron por su perfil izquierdo: Villa, Iniesta, Luis Fabiano, Robinho… ¿Eso significa que va mejor hacia su derecha?

R. Quizás sea una casualidad. Yo tengo más potencia por la izquierda que por la derecha. Me siento más cómodo por ese lado. Hay que estar pendientes de todo. Siempre repaso los goles que me convierten para mejorar y eso me parece una casualidad. Para mi izquierda tengo más capacidad. Las pruebas que me han hecho en el club arrojan que soy más fuerte con el brazo izquierda y con la pierna izquierda. Ahí soy más potente. Yo golpeo con mi derecha pero soy más fuerte con la izquierda.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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